¿Tu senador es trepador?
Los llamados presidenciales a portarse bien no han tenido eco en integrantes de la Cuarta Transformación que lo mismo se disputan el hueso en el Senado, que la dirigencia del partido
La disputa por la presidencia del Senado está mal por donde se le vea. Hasta la anterior legislatura, los tres partidos mayoritarios se turnaban la presidencia anualmente, según un añejo acuerdo parlamentario para suavizar las negociaciones entre bancadas durante los procesos legislativos. De eso no se quejó el PRD en el pasado.
Después de un año al frente del Senado, Martí Batres se sintió tan a gusto con el poder, que intentó repetir un año más en la presidencia de la Mesa Directiva, pero Ricardo Monreal tenía otros planes y con las típicas chicanadas parlamentarias, impuso a su candidata, la senadora Mónica Fernández, también de Morena; esto, en una votación amañada donde se sumó el PES, ya ni porque Martí fue invitado de honor al homenaje de Naasón en Bellas Artes.
Al acaparar la presidencia de la Cámara de Diputados y del Senado, Morena aplica el método poco democrático que utilizó el PRD en la Asamblea Legislativa del DF desde 1997, cuando obtuvo la mayoría hasta que el sol azteca fue fulminado en las elecciones de 2018 por un movimiento de ex perredistas.
Hoy la oposición en el pleno del Senado se ha quedado sin voz. No se escuchan pronunciamientos contra la falta de métodos para el reparto del poder al interior del poder legislativo. Muchos deben sentirse agradecidos porque aún conservan el voto y el fuero.
Democracias aparte, los dimes y diretes entre Batres y Monreal llegaron a la verbena mañanera en Palacio Nacional y el Presidente, que no debería intervenir en otros poderes; en dado caso, tiene la mediación de la Segob.
López Obrador tampoco debería intervenir públicamente en asuntos de su partido; pero no hay que detenerse en nimiedades, el Presidente -al viejo estilo priista- lanzó un mensaje a Ricardo Monreal sin mencionarlo por su nombre. Y es probable que la impugnación al proceso favorezca a Batres, el Presidente ya dio línea a la bancada guinda.
Para entender los códigos de la vieja liturgia política, hoy al ciudadano de a pie le vendría mejor un juego como el Adivina Quién para descifrar mensajes presidenciales, especialmente los dirigidos a los senadores de su partido, que incluya preguntas tipo: ¿tu senador es un trepador?¿tu senador ha militado en el PRI, el PRD, el PT y en Morena? o quizá, ¿tu senador piensa en intereses personales? O la mejor para que adivine el pueblo: ¿Tu senador tiene buenos sentimientos?
Los llamados presidenciales a portarse bien no han tenido eco en en integrantes de la Cuarta Transformación que lo mismo se disputan el hueso en el Senado, que la dirigencia del partido.
Ricardo Monreal podría ser el próximo sacrificado, la sentencia se dictó desde Palacio Nacional con la parábola del politiquero. Esto puede ser un jalón de orejas al zacatecano o un rompimiento definitivo entre dos aliados políticos. Las reformas legislativas para el siguiente periodo de sesiones pueden estar en riesgo. Y con la improvisación vista en otras reformas como la extinción de dominio, la parálisis legislativa podría ser buena noticia.
Periscopio. En el otro frente está la disputa por la dirigencia de Morena y desde ahí se repartirán las candidaturas para las elecciones del año próximo, en esa arena se debaten Monreal y Yeidckol, aliada con Batres. La irrupción de las tribus en Morena, que toma forma con este desencuentro en el Senado, es el inicio de una tendencia que llevó al PRD a su derrumbe.