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Tiempo de traiciones
Lo que se vio este jueves en el Congreso de Tamaulipas, y que dejó perplejos a morenistas y a toda la clase política del Estado y del país, es un ejemplo más que la política, al menos por estas tierras, es sinónimo de traición, corrupción y prostitución en su nivel máximo.
Y quienes aseguraban que en este gobierno no podía pasar algo peor, después de todo lo que se venía viendo, ocurrió. Queda claro entonces que, en Morena, la traición es un discurso que se escucha bonito; y que, en el PAN, el pudor y el escrúpulo, no lo conocen, ni lo entienden.
Desde hace un mes, se sabía que cuatro diputados de Morena y del PT habían caído rendidos ante la metralla de los millones, y también se sospechaba que tanto Leticia Sánchez y Lidia Martínez preparaban su brinco al PAN apenas llegara la nueva legislatura; pero lo que no sabían estos legisladores, es que desde el mismo poder azul se jactaban y presumían que ya los habían comprado.
En esta historia de traiciones, aplica el dicho aquel que "no tiene la culpa el indio...". Y aquí habrá que ver hasta donde tienen la culpa los alcaldes morenistas y el mismo líder de la bancada Armando Zertuche. Ellos, de alguna u otra forma jugaron, coquetearon y hasta negociaron en lo oscurito con el régimen azul, y hoy están viendo las consecuencias; por eso, si los diputados de Morena se siguen yendo al bando contrario, se corre el riesgo que les arrebaten el control de la Cámara, sobre todo porque la bancada del PRI, y el diputado de MC (Gustavo Cárdenas) suelen ser presa fácil de los sobornos.
Con todo esto, queda claro que el PAN y el régimen azul van a pelear hasta el último momento por conservar el poder, y están dispuestos a pagar el precio que sea para mantenerlo. Y sus armas, ya no es la amenaza y el chantaje, sino el poderoso caballero que es el dinero; sino que le pregunten a las y los morenistas renegados.
En suma, todavía falta mucho por ver en esta historia, y será el Congreso de Tamaulipas, el escenario donde se den los acontecimientos de mayor escándalo; las renuncias de las diputadas a Morena y su incorporación al PAN, es sólo el principio, porque existe la sospecha fundada que, en las próximas horas, dos más: un hombre y una mujer, se echarían a los brazos de la bancada azul.
Armando Zertuche, tiene una papa caliente en sus manos y debe asumir una actitud valiente frente a esta crisis.
Este día, cuando se inicie formalmente el periodo de sesiones y donde se espera la presencia de personajes de la política estatal, pueden ocurrir más sorpresas desagradables.
Sin exagerar, esto es un mugrero. Y lo que es peor: algunos lo ven como algo normal.
Así de mal estamos.