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Pancho Villa y la educación
Durante la recién concluida Feria del Libro, que se llevó a cabo en la plancha del Zócalo de la Ciudad de México, uno de los ‘stand’ más concurridos fue en el que Paco Ignacio Taibo II presentó su libro sobre Pancho Villa
Durante la recién concluida Feria del Libro, que se llevó a cabo en la plancha del Zócalo de la Ciudad de México, uno de los ‘stand’ más concurridos fue en el que Paco Ignacio Taibo II presentó su libro sobre Pancho Villa. Dijo mordaz: “Cuando Pancho Villa llegó a Monterrey, reunió a los oligarcas; ahí les mostró unos calzoncillos y les dijo: ‘valen 50 centavos y los están vendiendo a peso. Son una bola de especuladores y de ladrones’.
Igual doblaron el precio del maíz, trigo y frijol. Tienen 24 horas para bajar los precios a la mitad. Y si no, los fusilo. Y los oligarcas de Monterrey, cuyos apellidos, por cierto, son los mismos de hoy, bajaron el precio del trigo, frijol y maíz a la mitad, con todo y que el director del Banco de Londres decía: -‘no tengo nada que ver con los precios de los productos alimenticios’. -¡No importa, lo fusilo también!”. Así tal era Pancho Villa.
El 20 de julio de 1923 fue asesinado en Hidalgo del Parral, Chihuahua, cuando ya había dejado las armas y estaba dedicado a las labores agrícolas en su rancho de Canutillo, en donde dicen que declaró enfático: “No estoy de acuerdo con los sueldos que ganan los profesores que atienden la escuela. El día que un maestro gane más que un general, entonces se salvará México”. El interés de Pacho Villa por la educación fue admirable.
Siguiendo la charla de Paco Ignacio, señaló que: “Villa era un analfabeto que cuando fue gobernador de Chihuahua fundó 50 escuelas en 30 días. Adoraba la educación. El no sabía leer, pero el primer libro que leyó fue Los tres mosqueteros. Completó su educación en la cárcel, encerrado por una injusticia que le achacó Victoriano Huerta. Se formó entre las rejas”. No sabía leer; pero, se rodeo de los hombres más ilustrados del momento histórico que le tocó vivir y logró conjuntar la fuerza bélica mas importante.
Agrega Taibo II: “Quien desde los 15 años hasta poco antes de entrar a la revolución fue bandolero, cuando toma el poder en Chihuahua, hace pomada a la oligarquía, la destruye de cuatro plumazos, les quita las haciendas, quita el derecho de paso de agua a las haciendas y la devuelve a las comunidades; les quita empresas de tranvías, los molinos de granos”. Pacho Villa encarna los principios revolucionario de justicia social.
Pancho Villa nació como Doroteo Arango Quiñones en 1878, en el Rancho La Coyota, en un lugar llamado Tierras del Río del municipio de San Juan del Río, Durango. En 1894 se convirtió en forajido, por lo que decidió cambiar su nombre por el de Francisco Villa. En 1911, colaboró con Victoriano Huerta para acabar con la revuelta de Pascual Orozco en Chihuahua; por su gran desempeño Madero le concedió el grado de General Brigadier. En 1912, fue encarcelado en la prisión de Santiago Tlatelolco. Allí convivió con el general Bernardo Reyes, de quien aprendió sobre estrategia militar. Escapó de su prisión y se fue a El Paso, Texas, EU, de donde regresó a la muerte de Madero en 1913.
Ese año, en Ciudad Jiménez, formó la División del Norte, cuerpo con el que conseguiría hazañas históricas, como las batallas de Ojinaga, Tierra Blanca, Torreón y Zacatecas, que contribuyeron decisivamente a la caída del régimen de Huerta. En 1914, Villa se incorporó a las fuerzas de la Soberana Convención Revolucionaria de Aguascalientes con Eulalio Gutiérrez como presidente de la República; pero, como el gobierno de los Estados Unidos optó por reconocer al régimen de Venustiano Carranza, Villa quedó al margen de la ley y quedó inhabilitado para adquirir armamento y municiones en la frontera norte. Ello significó el fin de la División del Norte, luego de ser derrotado por el Álvaro Obregón en las batallas de Celaya, Silao y León. En 1916 logró recobrar parte de su fuerza militar, efectuando una intervención en Columbus, Nuevo México, EU.
Con la muerte de Carranza en 1920, Villa depuso las armas a través de los Convenios de Sabinas, por los que se le concedió el grado de General de División y se le entregó el rancho de Canutillo. Murió en 1923 y ahora reposa en el Monumento a la Revolución.