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Hace cuarenta años

Me acuerdo perfecto, Federico. Recuerdo que cuatro días antes de que nacieras, tu madre empezaba a sentir una que otra contracción.

Me acuerdo perfecto, Federico. Recuerdo que cuatro días antes de que nacieras, tu madre empezaba a sentir una que otra contracción. Al no poder conciliar el sueño por las noches, mientras hacía mis ejercicios del método psicoprofiláctico, miraba las noticias en la tele. Entre que inhalaba y exhalaba, veía a Luis Echeverría en el auditorio Salvador Allende. En la pantalla aparecían centenas de estudiantes furiosos. “¡Insisto en que el grito anónimo es cobarde jóvenes! ¡Escuchen jóvenes pro-fascistas!”, exclamaba Echeverría entre chiflidos e insultos. Lo insultaban y hasta le lanzaron una moneda a la cabeza. (Ha de haber sido casi como un centenario porque después se manejó que en realidad se había tratado de una piedra). Era el quinto año del ex Presidente y las cosas en México no estaban bien. Lo cual tenía a tu señor padre muy nervioso. (Qué mal andarían las cosas en el país que cuando cumpliste un año el peso se devaluó de 12.50 a 22.00 pesos). Finalmente naciste el 18 de marzo de 1975. Sin duda se trataba de una fecha emblemática para nuestro país. “A lo mejor este bebé que pesó 3 kilos 800, cuando sea grande será como su padre un gran empresario, pero muy nacionalista”. Suponía que el día de tu nacimiento era como una señal.

Nunca se me olvidará una anécdota preciosa que tiene que ver con lo anterior y que me contaste entre divertido y avergonzado. El día de tu cumpleaños número 10 llegaste muy ufano al Liceo. Antes de iniciar la clase la maestra preguntó a sus alumnos si sabían qué se celebra esa fecha. Nadie contestaba. “Es un día muy importante que deben tener siempre presente. Hoy celebramos algo que ha marcado nuestra historia”, les decía muy seria. Nadie contestaba. De pronto, con una enorme timidez, levantaste el brazo. “Muy bien, Federico, dinos, ¿qué celebramos el día de hoy?”, inquirió la profesora. Se hizo un silencio. Te pusiste de pie y respondiste con una voz muy tenue: “Mi cumpleaños”. Seguramente tu mentora te miró con unos ojos muy enternecidos, para luego felicitarte sin olvidar decirles, naturalmente, que aparte de tu cumple, también se celebraba la Expropiación Petrolera.

Desde entonces han pasado muchos cumpleaños. Ahora eres padre de cuatro hijos. Eres economista por la Universidad Paris-Dauphine y tienes un MBA de Stanford. Hace 10 años eres profesor universitario en el ITAM y en Stanford. Además eres consejero del AMEXCAP, Asociación Mexicana de Capital Privado y presidente de la AFICO, Asociación Mexicana de Fondeo Colectivo.

Ayer Cecile, tu mujer, nos invitó a una comida familiar para celebrar tu cumpleaños número 40 (me resisto a creer que el segundo de mis hijos ya cumplió cuatro décadas). Mientras disfrutábamos la mousse de  chocolate que te preparó tu hermana Constanza, te observaba a lo lejos y trataba de recordar a ese niño travieso, inteligente y siempre creativo. Ahora, desde hace tres años te has convertido en un inversionista. Sé que le dedicas 150% de tu tiempo a Venture Capital o como le dicen los americanos a Venture Capitalist. Pasas tu tiempo invirtiendo en empresas innovadoras en el sector salud, financiero y digital. Junto con tu socio Fernando Lelo de Larrea han creado una empresa que se dedica a operar fondos de inversión en Venture Capital que se llama ALLVP - Antoni & Lelo de Larrea Venture Partners. Su fondo ha invertido en empresas como: “Carrot”, “Prestadero” y “Médica Santa Carmen”.

De todo lo que haces, Federico, lo que más me llama la atención es la empresa que Fernando y tú crearon con Alfonso Tamés: “Fondeadora”. Me gusta porque esta empresa se dedica a ayudar a creadores y fundaciones a levantar fondos para películas, libros, invenciones, proyectos sociales, urbanos etc... ¿Te acuerdas cuando reunieron fondos para rescatar muchas pinturas de Chucho Reyes (en papel de china) que estaban muy deterioradas por el tiempo? Ayer me contaste que juntaron 2 millones de pesos para la operación de corazón de una niña. Me gusta mucho que hagas trabajos filantrópicos. Aprecio mucho que te intereses por el otro y que siempre te mantengas tan optimista y propositivo respecto a todo lo que haces. Hay sin embargo algo que me apena mucho: la situación de nuestro país. Perteneces a una generación que ha transitado de crisis en crisis. Es decir que México no ha cambiado mucho en estos últimos 40 años: la misma corrupción, impunidad, inseguridad y desesperanza incluso por nuestro petróleo. ¿No te parece extraño, Federico, que la misma semana en que despiden a Carmen Aristegui de su noticiario, aparezca en la portada, a todo color, de la revista ¡Hola! Angélica Rivera con cara de mala de telenovela? “Impactante reaparición de la Primera Dama en su estilosa visita oficial al Reino Unido”, dice el título.

No, no quiero ser aguafiestas. Te deseo mejor muchas felicidades. Estoy muy orgullosa de ti, Federico.

gloaezatovar@yahoo.com