¿Habrá guerra?
Por más que quiera, el destino del hombre no está en sus manos, ni siquiera en sus propósitos; sino en el acontecer que bien podría llamarse cósmico, porque, como lo expresa Edward Lorenz, en sus teorías físicas del efecto mariposa, según la cual, vinculada a la Teoría del Caos, "el aleteo de un insecto en Hong Kong puede desatar una tempestad en Nueva York". Un joven empresario educado en los Estados Unidos decidió asumir la presidencia de Venezuela y tiene apoyo mundial.
Tiene el apoyo de fuera; pero, no dentro de su país, por lo que él mismo y varios de sus padrinos han optado por la ocupación militar extranjera que le permita asumir plenamente el poder. Esta posibilidad se hace cada día más patente y es posible que ocurra en un plazo no mayor a dos semanas, porque vienen acontecimientos que la harán inviable a largo plazo por los altos costos que tendría para los involucrados, dado que la producción petrolera venezolana es estratégica.
Difícilmente puede resultar casual el arrojo de quien se autoproclamó presidente encargado. Tras de él hay una serie de eventos preparatorios que tienen la maquinaria a punto para llevar a cabo las acciones de ocupación. Precisamente, la notable periodista Beatriz Miranda Cortés, en un gran reportaje sobre la operación AmazonLog 17, publicado en el mes de noviembre del 2017, en El Mundo, inquiría: "¿Qué hay detrás de las maniobras militares conjuntas en la Amazonia?". Ahora, ya se sabe qué.
Explica la comunicóloga que la Operación América Unida, que se realizó del 6 al 13 de noviembre en Tabatinga, zona de frontera de los tres países Brasil. Colombia y Perú, tuvo como invitados a 22 países que enviaron a "observadores militares y que puede tener implicaciones estratégicas impredecibles". Parte de esa operación fue el ejercicio de logística multinacional interagencias, inédito en América del Sur, conducido por el Comando Logístico del Ejército Brasileño (Colog) e inspirado en el Ejercicio Logístico "Capable Logistician - 2015". Además, crearon una base militar.
No se anda por las ramas Betty Miranda cuando dice: "A pesar de que los medios oficiales afirmaron que el propósito de esta base multinacional temporal en la Amazonia, con su importancia ambiental y geoestratégica, tenga puramente fines humanitarios y de cooperación, es difícil creerlo; sobre todo si se considera la dificultad y limitación de los países amazónicos para combatir el crimen organizado, el narcotráfico y los enfrentamientos de estos grupos por la disputa de la ruta amazónica de la coca. Algunos analistas creen que podrían estar dirigidos al monitoreo del complejo contexto doméstico de Venezuela, país con las mayores reservas de petróleo del mundo. Los ejercicios militares, en el marco de la Operación América Unida, se desarrollaron a menos de 600 kilómetros de territorio venezolanos".
Al respeto explicó la experta en geopolítica Ana Cecilia Ceceña, que cree que el AmazonLog17 "consiste en colocar pertrechos de guerra que faciliten incursiones territoriales discretas, operaciones de respuesta rápida, ambas contemplando la intervención de fuerzas especiales ya sea extranjeras, de cuerpos locales o privados; o también, para permitir operativos masivos mucho más visibles o escandalosos, producto de supuestos peligros humanitarios".
Quizá por ello, aunque muchos países, incluyendo al Papa Francisco y la Organización de las Naciones Unidas se pronuncian por un diálogo abierto y directo (que el régimen de Maduro ya aceptó), la oposición se niega a ello. Con una fuerza de tal naturaleza tras de sí, ¿quién quiere ir al diálogo o la negociación, si todo está listos para servirse? Cualquier persona con la mente y el corazón abiertos, preferiría renunciar al poder antes que ver la patria teñida con sangre hermana.
Pero, no se trata de sentimientos o pensamientos altruistas, sino de poderosos intereses que tienen que ver con la aberrante acumulación de la riqueza a costa de la miseria de muchos. La facción beligerante del conflicto venezolano se niega al diálogo y así lo ha manifestado; quiere y prefiere la ocupación militar extrajera a sentarse a negociar una salida racional del conflicto. Es posible que esa posición sea entendible para algunos; pero, no para la gente de buena voluntad.
Sin embargo, como el destino de los hombres y por ende de los pueblos no depende tanto de la voluntad de uno o de varios; sino que obedece a leyes superiores cuyos efectos son impredecibles; si todo lo que se ha hecho hasta el momento no se utiliza a la brevedad, en un plazo no mayor a dos semanas de nada habrá de servir, porque la Madre Natura tomará la palabra y hará virar el reloj de la historia.
Esa madre que derrotó a Gengis Kan, a Napoleón y a Hitler, señores de la guerra que nada pudieron hacer en su contra, más que llorar.
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