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Fronteras de poder

Con el general Cienfuegos hay un borde que ya se había visualizado, el poder de las fuerzas armadas, que desde hace tiempo ha crecido, pero con este gobierno se ha pasado a un nivel mucho más fuerte de influencia, recursos y gobierno

A medida que avanza la 4T en su objetivo de luchar en contra de la corrupción y la impunidad, se muestran los límites que imponen los grandes poderes. El caso Cienfuegos expresa con claridad este tipo de fronteras, de bordes, que se establecen para reproducir el poder y garantizar intereses.

El discurso político suele ofrecer —como estrategia— el logro de objetivos que no se pueden cumplir. Recientemente lo escuchamos en una entrevista al expresidente Obama (El País 19/11/2020), cuando reconoció obstáculos que no pudo superar para hacer realidad sus planes de gobierno. De igual forma le sucede a AMLO, pero, quizá también por estrategia, no se atreve a reconocerlo de una manera transparente. Hay fronteras que la 4T no ha podido traspasar. Hay bordes que se generan desde la globalización, como el entramado de las finanzas internacionales que imponen sus condiciones a los gobiernos nacionales. La muestra más palpable fueron los arreglos y pactos que se hicieron para enfrentar la crisis de 2008 en Estados Unidos, como Joseph Stiglitz lo ha argumentado en su libro Capitalismo Progresista: la banca había causado la crisis y el rescate gubernamental aceptó el poder del capital financiero para hacer una generosa operación de rescate, sin mayores exigencias por su responsabilidad.

Fronteras de poder

En México, el poder corruptor del narco y el crimen organizado ha sido una frontera que todo el poder del Estado no ha podido cruzar todavía. No se ha podido reducir a esa fuerza al tamaño que tiene el crimen organizado en países con una autoridad potente que establece límites legales a ese poder. Un caso que mostró ese borde fue el operativo fallido, en octubre del año pasado, para la captura del hijo del Chapo Guzmán, Ovidio, porque —supuestamente— no se quiso producir un peligroso enfrentamiento.

Otro de los bordes es el poder de Estados Unidos, el presidente Trump, que durante todo su nefasto gobierno ha insistido en la construcción de un muro, real y simbólico, en la frontera de México. La decisión de imponer aranceles a México como chantaje para detener la migración centroamericana, obligó al gobierno a cambiar su política de apertura y tuvo que cerrar prácticamente la frontera sur del país.

Con el general Cienfuegos hay un borde que ya se había visualizado, el poder de las fuerzas armadas, que desde hace tiempo ha crecido, pero con este gobierno se ha pasado a un nivel mucho más fuerte de influencia, recursos y gobierno. El contraste lo dice todo, con García Luna, el gobierno de la 4T no movió ninguna pieza, se dieron por hecho las acusaciones sobre sus delitos. En cambio, con el general se movieron todos los recursos posibles: la vía diplomática, la negociación política, la presión y hasta la amenaza de romper acuerdos de colaboración en contra del crimen organizado y las redes del narcotráfico. Es muy posible que las élites del Ejército se hayan sentido agraviadas por la detención del general. Lo que aparece claro es el cambio en las declaraciones de AMLO, que hizo por una demanda de sus aliados militares, a los cuales cada día les da más poder, recursos, obras y responsabilidades. También es posible que Trump le haya pagado el favor a AMLO de no reconocer al presidente electo Joe Biden.

Cuando un sistema político se acerca al sistema judicial, se dan arreglos extraños que afectan la impartición de justicia. Eso fue lo sucedió en Estados Unidos, con un sistema judicial mucho más fuerte y eficaz que el nuestro. Ahora que el general está en México el gobierno de la 4T y la fiscalía “autónoma” se enfrentarán a un enorme reto. Aquí Cienfuegos no era sujeto de investigación, por lo que ahora se empezará de cero. 

Tal vez México no tendrá problema para hacer de este expediente un laberinto legal para no condenar al general en retiro. La 4T ha disminuido el poder de los huachicoleros, y ha hecho que las grandes empresas paguen impuestos, pero hay fronteras de poder que no ha podido traspasar, aunque los discursos digan lo contrario. Veremos qué hace AMLO con el poderoso borde militar.