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Encuestas de inicio de campaña
Ya sabemos que las encuestas son una fotografía del momento en que son procesados los datos que por vía telefónica o domiciliaria se tomaron de una muestra segmentada de la población que representa el universo de un núcleo poblacional.
Además, tenemos claro que al inicio de las campañas uno de cada cuatro electores en promedio no ha tomado la decisión de por cuál candidato votar. También conocemos por experiencias probabilísticas tomadas con anterioridad que una parte de los electores que ahora dicen que van a votar por un candidato en el transcurso de la campaña cambian de opinión para finalmente favorecer a otra u otro de los contendientes.
Sin embargo estos estudios de opinión han sido muy útiles para orientar a los partidos políticos sobre las preferencias ciudadanas porque han podido reorientar el rumbo de una campaña ya sea cambiando los mensajes de los discursos, mejorando las propuestas de campaña o bien transformando radicalmente una imagen previamente aprobada.
Estas adecuaciones que hacen los contendientes sin duda benefician a los ciudadanos ya que mejoran la calidad de la oferta institucional fortaleciendo con ello la participación ciudadana no sólo el día de las elecciones sino una vez que haya concluido el proceso electoral.
En este inicio por la carrera a la Presidencia de la República y más de 3,000 puestos de elección popular ya se han estado publicando varias encuestas y les comparto dos de ellas que muestran las siguientes tendencias: 31% para el candidato de Morena López Obrador, 25% para el candidato José Antonio Meade PRI/PVEM/NA, 22% para el candidato Ricardo Anaya del PAN/PRD/MC, 5% para Margarita Zavala candidata independiente y 15% de indecisos. Fuente: El Heraldo de México.
SDP noticias por su parte arroja los siguientes datos: 39.5% para López Obrador, 25.6% para José Antonio Meade, 19.9% para Ricardo Anaya , 9.6% para Margarita Zavala y 5.4% de indecisos.
Estos datos nos dan varias lecciones que nos deben de servir para ir midiendo el desempeño de la “opinión pública” y sus probables repercusiones en los resultados del 1 de Julio. En primer termino ya se ve más claro que el segundo lugar en las preferencias electorales es para José Antonio Meade con una diferencia promedio de un poco más de seis puntos porcentuales sobre el tercer lugar. También es evidente que el puntero López Obrador ya no crece y está estancado en el mismo lugar y que las intenciones de voto que ha perdido Ricardo Anaya se están yendo con Margarita Zavala o a los indecisos.
Los indecisos en la mayoría de las encuestas que se han publicado rebasan las intenciones de voto del primer lugar o bien representan como es costumbre un 25% en promedio de los electores por lo que se confirma que la decisión de la elección aún está en “el aire”.
Por ello ahorita es inútil que cualquier candidato se manifieste como seguro ganador, más aun con los márgenes de diferencia de votos y de todos aquellos que aún no han decidido por quien votar.
Las razones principales por las que los ciudadanos votan por tal o cual candidato o partido son regularmente las siguientes: evalúan el desempeño del gobierno actual de acuerdo a su percepción de resultados. Valoran el perfil de los candidatos en función de sus conocimientos, sus historias personales y las propuestas que están exponiendo. Sopesan los aciertos de la campaña electoral sus mensajes, su propaganda electrónica, la apariencia de los candidatos, los resultados de los debates y el contacto directo que han tenido con cada uno de ellos.
Aparte de esas tres variables de decisión existen dos elementos que están marcando la agenda nacional: la inseguridad y el combate a la corrupción. Quien logre entusiasmar al elector sobre esto temas y pueda convertirse en la persona a la que la ciudadanía le tenga la confianza para resolverlos tendrá ya en sus manos una grandísima ventaja para convertirse en el triunfador. El desafío es enorme para lograrlo porque estamos tratando dos asuntos de una alta complejidad para resolver.
Con respecto a la corrupción su principal mal está en la impunidad, es decir en la falta de castigo. Aun cuando los sistemas estatales y el nacional de combate a la corrupción están en marcha la percepción ciudadana sigue siendo negativa. Por ello la eliminación del fuero que propuso José Antonio Meade es una respuesta a ese reclamo, y el mismo ha citado a debatir a los demás contendientes para abordar el tema de la construcción de sus propios patrimonios para que se aclaren algunas dudas que la población tiene ante este tema.
Por otro lado el tema de la inseguridad que ya ha cobrado más de 200,000 víctimas en los últimos 12 años tiene en un hilo los temas del mando único policial, el nuevo sistema penal acusatorio y la nueva ley de seguridad interior más el papel de las fuerzas armadas en el combate a la delincuencia. Estas herramientas institucionales del estado mexicano están soportando esta lucha complicada a lo largo y ancho del país.
Por todas estas razones la “moneda está en el aire” sobre el resultado electoral pero lo que sí es muy probable que sucede es que triunfara quien gane la confianza en los temas de combate a la corrupción y proponga las estrategias más creíbles para disminuir los niveles de violencia en el país así como quien garantice la viabilidad económica en tiempos de turbulencias mundiales.