Dios no da las a los alacranes
Extrañas e incompresibles son las razones de Luis Videgaray para colocar al frente de la coordinación de la campaña de José Antonio Meade a la presidencia a un personaje con tanta cola que pisar y tan escasas luces intelectuales. El Clavillazo no sólo quebró a la Comisión Federal de Electricidad, sino que procreó 10 nuevas coordinaciones para colocar a cuates que ahora habrán de servirle, y también cobró una liquidación ilegal.
Tan pobre es el magín de el Clavillazo que no ha podido decir nada bueno de su amigo; pero, sí ha desatado una campaña de denuestos en contra de los demás contendientes por la silla grande. Su principal blanco es el abanderado de Morena, a quien acusa de recibir apoyo logístico y en metálico de Venezuela y Rusia. Incluso ha mostrado como pruebas de ello alguna pintas firmadas por el Partido Socialista Unido de Venezuela.
Nomás tiene un micrófono al alcance y desatada su andanada de tonterías, como la de que: "Los focos rojos están prendidos y hay que exigir que se revise y se sancione, porque nuestra Constitución establece que está prohibida la intervención de países o personas extranjeras sobre las decisiones políticas de México. Es un principio fundamental de soberanía". Mediante comunicado señala directamente a los 2 países.
Para algunos despistados o con ganan de hacerle el caldo gordo, podría tener algo de razón; pero, son sus propios compañeros de aventura los que se han encargado de desmentirlo. Por ejemplo, el canciller Videgaray expresó en una entrevista para RT, que: "El Gobierno ruso ha afirmado de manera categórica al Gobierno mexicano que no existe ningún tipo de intención de interferir". Además, aclaró a continuación que "nosotros confiamos en lo que hemos escuchado del Gobierno ruso". Claro y diáfano.
Por otra parte, en entrevista radiofónica con Ciro Gómez, Jacobo Torres, miembro de la vicepresidencia Internacional del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), deslindó a su partido de las pintas que aparecieron en bardas de varias ciudades de Venezuela en supuesto apoyo a Andrés Manuel López Obrador, situación que calificó de "absurda y no tienen nada que ver con su política interna". El político venezolano dijo que "no es política de su partido estar haciendo campaña sobre un candidato mexicano" y enfatizó que no tienen que ver "absolutamente nada" con las pintas.
Desafortunadamente, los medios que dieron vuelo a las expresiones de el Clavillazo nada dijeron de las respuestas dadas por personas calificadas para desmentirlas. No sería remoto que el propio Videgaray reclame la coordinación de la campaña del candidato oficial a quien ha resultado tan malo que, presumiendo de un doctorado y de tres maestrías, no es capaz de hilar una perorata congruente y sensata. Puro lodo.
En un revire interesante, el abanderado de Morena acusó a el Clavillazo de contratar a al publicista venezolano Juan José Rendón, quien anunció que utilizará todos los medios para evitar que triunfe en las elecciones del 1º de julio. Rendón es especialista en guerra sucia, como lo fue aquel español de nombre José Antonio Solá que inventó la frase infamante que "López Obrador es un peligro para México", que tan exitosa le fue.
El Clavillazo se desmarcó inmediatamente de la contratación de JJ Rendón; pero, si dar a conocer elementos de probanza, como en los casos anteriores. Si no fue el partido oficial, entonces, ¿quién lo trajo a México y quién paga sus altísimo honorarios? Esta pregunta queda en el aire y corresponde a las autoridades electorales darle puntual respuesta. El INE debe emplearse a fondo para que las campañas, que en breve habrán de iniciar, sean propositivas, no baños de inmundicia, contenidos en colosales mentiras que ahora serán difíciles de creer, porque, el que con leche se quema, hasta al jocoque le sopla.
Quizá sea tiempo de chispar a el Clavillazo, que Dios no da alas a los alacranes y el agarrón será de antología.
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