Editoriales

De lo trágico a lo ridículo

  • Por: FORTINO CISNEROS CALZADA
  • 15 FEBRERO 2019
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De lo trágico a lo ridículo

Centrar el sainete venezolano en el puente Las Tienditas recién construido sobre el río Táchira, que une las poblaciones de Cúcuta, Colombia, con el caserío de Tienditas de Ureña, Venezuela, pasa de lo terrible a lo risible y eso pueden constatarlo quienes viven o han visitado la región y saben que el puente se encuentra cerrado en el lado colombiano, desde antes de su inauguración.

Se cerró luego de que el gobierno de Colombia se pronunciara contra de la Revolución Bolivariana.

Situar el conflicto en Cúcuta tiene sus razones estratégicas, aunque ninguna de ellas esté ligada con la llegada de ayuda humanitaria a la población venezolana. 

Esta es la ciudad en que se redactó y promulgó la Constitución de 1821, con la cual se creó la Gran Colombia, Estado libre y soberano, conformado por lo que actualmente son Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá. Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander y otros próceres de la independencia se dieron cita en esta región (que también es lugar de nacimiento de Paula Santander), por su posición geográfica en los Andes.

El puente Las Tienditas es el tercero que existe sobre el río Táchira y según el director del Instituto Colombiano Agropecuario en el Norte de Santander, Carlos Alfonso Hernández Mogollón (quien renunció por el conflicto binacional), se construyó con el fin de descongestionar los pasos internacionales Simón Bolívar, que va de La Parada a San Antonio, y Francisco de Paula Santander que une a Cúcuta con Ureña, que registran un tráfico de 16.000 vehículos diarios, de los cuales, el 10 por ciento corresponde a transporte de carga pesada. Su erección se inició en enero de 2014.

El proyecto, con un costo de 32 millones de dólares, fue financiado en su totalidad por Venezuela e incorporó la más avanzada tecnología en la construcción de tres puentes paralelos sobre el Táchira: dos vehiculares con tres carriles por sentido y un puente peatonal de unos 10 metros de ancho de calzada, todos con longitud de 280,10 metros. 

Es por dovelas, con carros de avance. Se terminó de construir a principios del 2016; pero, como las tarifas de peaje deberían destinarse a la amortización de la inversión, el gobierno colombiano la hizo de pleito ranchero y lo tiene cerrado.

Ahora, convenientemente, lo ha involucrado en el conflicto para sacar ventaja, pues no sería raro que a cambio de ello y del apoyo militar, los promotores de la asonada le hayan prometido que se condonará el adeudo. Cualquier persona con la mente y el corazón abiertos entiende que no puede hacerse llegar ningún tipo de ayuda por un puente cerrado y que, en todo caso, hay otros, situados por encima del mismo río y en la misma región de la Cordillera Oriental de los Andes.

Con el cuento de la retención de la ayuda humanitaria, que no es tal, se ha armado un tinglado internacionales que llevó lo trágico a lo cómico, sobre todo por las expresiones de protagonistas de primera línea que buscan llevar agua a su molino con la crisis venezolana que está trasladando el clima de muerte y destrucción del Medio Oriente a las tierras indianas. Ojalá que la pérdida de credibilidad de los "guerreros de la democracia", no convierta esta asonada en un baño de sangre.

Ojalá que se hagan valer los principios del derecho internacional y que la Organización de las Naciones Unidas, que se ha pronunciado permanentemente por el diálogo, intervenga con el peso de su fuerza moral para evitar una nueva versión de la Noche de los Cuchillos Largos ahora en la Venezuela, a la que como dijo de la Suave Patria el gran vate Ramón López Velarde: "El Niño Dios te escrituró un establo/ y los veneros de petróleo el Diablo". Que saquen sus zarpas los demonios.

El presidente Nicolás Maduro no es monedita de oro, no le cae bien a todos y en alguna ocasión se dijo en este espacio que estaba muy lejos de la habilidad política de su promotor Hugo Chávez; pero, es el caso que no tiene que caerle bien a otras personas más que a los ciudadanos venezolanos que le dieron su voto en las pasadas elecciones. Su posición es la posición de quien se ve acosado por fuerzas externas cuyos propósitos son distintos a los declarados y se resguarda.

Más que defender a su gobierno, se defienden los principios de la política y del derecho como garantes de la paz y la estabilidad planetaria. ¡El respeto al derecho ajeno es la paz!


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