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A todas las familias todos los derechos

La oposición al matrimonio igualitario expresada por un conjunto de instituciones religiosas y conservadoras se basa en una serie de prejuicios y mal entendidos, así como en una estrategia deliberada de desinformación. Las iniciativas del Presidente representan para estos grupos un “ataque a la familia”, que a su juicio sólo es posible bajo un modelo único, comandado por una pareja heterosexual y donde la institución matrimonial tiene en la procreación la única razón de ser.

La oposición al matrimonio igualitario expresada por un conjunto de instituciones religiosas y conservadoras se basa en una serie de prejuicios y mal entendidos, así como en una estrategia deliberada de desinformación. Las iniciativas del Presidente representan para estos grupos un “ataque a la familia”, que a su juicio sólo es posible bajo un modelo único, comandado por una pareja heterosexual y donde la institución matrimonial tiene en la procreación la única razón de ser. 

Para estos grupos, además, las iniciativas presidenciales no fueron sometidas a “consulta” entre la sociedad civil y son autoritarias porque, arguyen, “la mayoría de la población se opone a ellas”. 

A todas las familias todos los derechos

Una familia es una agrupación que se establece entre personas que se brindan solidaridad, apoyo mutuo y amor de forma estable. No cabe una sola definición de familia porque ésta existe en un sentido amplio y plural. Dos hermanas que se quedan viudas a cierta edad y deciden vivir juntas forman una familia. Lo mismo un tío y un sobrino que comparten un hogar o uno donde la abuela es quien se ocupa de los niños. 

La diversidad familiar es un hecho del México contemporáneo. Existen por igual familias homoparentales o lesbomaternales como familias monoparentales, parejas sin hijos, o niños, niñas y jóvenes que viven con familiares que no son sus padres o madres. La Encuesta de Cohesión Social para la Prevención de la Violencia y la Delincuencia 2014 muestra, por ejemplo, cómo en el caso de los jóvenes de entre 12 y 29 años que no son jefes de hogar sólo 64% vive con ambos padres. Por su parte, 23% vive sólo con su madre, 3% únicamente con su padre y 10% con uno o más parientes adultos (sean abuelos o abuelas, tíos o tías, padrastros, madrastras, hermanos, hermanas, etcétera). 

La iniciativa presidencial no representa un “ataque a la familia”, ni una amenaza a la familia nuclear tradicional míticamente constituida por un padre y una madre que se aman hasta el fin de sus días y nunca habrán de divorciarse. Nadie busca negar a las parejas heterosexuales su derecho a formar una familia, como hasta ahora se ha hecho con las del mismo sexo. El modelo tradicional de familia en el que cree buena parte de las iglesias podrá seguir siendo practicado libremente por sus feligreses. 

¿Que la iniciativa no se sometió a consulta? Por principio, los derechos humanos de las personas —incluido el derecho a no ser discriminado— no están sujetos a una lógica de mayorías y minorías ni pueden condicionarse a gozar de un apoyo político mayoritario. Estos derechos están asociados a la condición humana y corresponde a la República asegurarlos. Nadie se inventó el matrimonio igualitario de un día para otro. En última instancia, quedó establecido en la reforma al artículo primero constitucional, que el PAN votó y fue promulgada durante un gobierno panista y cuyos alcances fueron esclarecidos por la propia SCJN. 

Aunque no está claro que el matrimonio igualitario goce de un apoyo abrumador entre la población, lo cierto es que las tendencias han cambiado a gran velocidad en México y en muchos países del mundo. Según Parametría, mientras en noviembre de 2003 sólo 17% de la población creía que el matrimonio entre personas del mismo sexo se debía legislar, la proporción creció a 52% para julio de 2013. 

Sabemos también que la sociedad mexicana acepta cada vez más las diferencias y que los intolerantes cada vez son menos. En 2005 la Encuesta Nacional sobre Discriminación mostraba que casi cinco de cada 10 personas no estaban dispuestas a que en su casa viviera una persona homosexual. Para 2015 una encuesta similar elaborada por la UNAM mostraba que la proporción ya era de tres por cada decena. 

Vivimos hoy un escenario de aceptación y mayor tolerancia que no era realidad hace 10 años. Cada vez son más las familias mexicanas donde la diversidad sexual ha dejado de ser un tema del que no se habla. Muchos de estos cambios fueron motivados por el propio poder público. La decisión de legislar en materia de matrimonio igualitario en el DF y en varios estados ayudó a que muchos de estos cambios sociales fueran posibles. Pero esos pasos necesitan hoy de uno mayor que permita reconocer plenamente la realidad. Un México en el que quepan muchos méxicos es también uno en el que tengan cabida distintos tipos de familias. Donde se otorguen a todas las familias todos los derechos.