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TRABAJO Y DESCANSO

  • Por: MSGR. JUAN NICOLAU
  • 14 SEPTIEMBRE 2021
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TRABAJO Y DESCANSO

¿Por qué no aprovechamos los días de asueto para encontrar un buen momento para reflexionar en nuestro modo de trabajar?

La tecnología, ahora más que nunca por la pandemia, ha permitido que tengamos al alcance de la mano el acceso automático a nuestro trabajo, si nuestras actividades implican el uso de e-mails, gráficas, informes, actividades financieras, etc., o si nos dedicamos a un área de servicio, el estar disponible y localizable 24/7 (todos los días y a toda hora), este avance en las telecomunicaciones, nos ha hecho trabajadores eficientes y superproductivos, pero también corremos el riesgo inminente de “esclavizarnos” y desarrollar una codependencia al rigor de nuestras obligaciones laborales que muchas veces nos impide disfrutar de nuestro tiempo de esparcimiento, en ocasiones hasta interfiriendo con nuestra dinámica familiar.

Hay que tener claro que el trabajar muchos horas y con ahínco siempre traerá mayores ganancias económicas, pero también tendrá un costo familiar.

Al no haber un “límite laboral” nos puede llevar a desconectarnos de la familia, llegando a ser como un extraño que mantiene todo funcionando en el hogar, pero que no tiene ni idea de la personalidad y las costumbres que están desarrollando sus hijos o su cónyuge, pues no convive con ellos debido al exceso de trabajo.

Lo peor es cuando la salud se ve seriamente afectada y de manera irreversible por el stress que nos provocamos al tratar de estar en todo, todo el tiempo.

Un refrán muy conocido es el que dice “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy” y si lo aplicamos a la vida diaria es de gran utilidad, pues muchas veces si dejamos las cosas para después ya no se hacen y se pierden oportunidades para avanzar en el trabajo, en los estudios, etc.

Un ejemplo muy claro de que cuánto cuesta procrastinar de acuerdo con información recopilada de la compañía H&R Block en 2002, cuando se reportó que ese año se pagaron 473 millones de dólares en multas por quienes dejaron el pago de sus impuestos para el último momento.

El procrastinar, es decir dejar las cosas para después, sin tomar en cuenta que tan importante es la tarea. Es muy notar que difiere mucho de la flojera, pues quien es flojo simplemente deja las cosas sin hacer.

Quien procrastina tiene la intención de hacer las cosas pero se distrae o se deja llevar por el impulso de hacer otras cosas, aunque sabe lo que debería estar haciendo pero se siente mal por no llevarlo a cabo, porque lo pospone o espera hasta el último momento para realizar aquello que tenía encomendado.

Los psicólogos han tratado de averiguar las causas de este comportamiento irracional, y algunos piensan que tiene que ver con que tan perfeccionista es la persona, con el miedo que siente de fallar, o que la ansiedad lo paraliza, o por el contrario, que están como adictos a la adrenalina de sentirse acorralados con un tiempo límite para acabar, lo que los lleva a dejar todo para después.

Lo cierto es que, en la sociedad en que vivimos donde todo sucede a la máxima velocidad, donde constantemente estamos revisando la internet, el correo de voz, el radio y la televisión, es muy fácil caer en comportamientos extremos que nos perjudiquen, tanto en nuestra ética de trabajo, como en nuestra salud y bienestar.

Si sabemos que los estímulos externos nos distraen con facili- dad, tratemos de aislarnos lo más posible, por lo menos durante las horas que pensamos dedicar a nuestra tarea, apaguemos el televisor, bajemos el volumen de las alertas o dejemos el celular sin sonido y si es posible en otro lugar, y comencemos a trabajar.

Y hagamos lo mismo cuando nos dispongamos a disfrutar un momento con la familia, pon el ejemplo y lograrás que tus hijos aprendan a “desconectarse” y le den la importancia que tiene a las relaciones humanas y saber disfrutar de un merecido descanso después de trabajar arduamente.

…Y recuerda que Dios te ama y yo también. 

Vive un día a la vez! ... ignite the moment!…Y recuerda que Dios te ama y yo también. 

Msgr. Juan Nicolau, Ph. D. STL. Sacerdote jubilado de la Diócesis de Brownsville. Es psicoterapeuta familiar y consejero profesional con licencias.

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