Tomada la decisión... se acabó la discusión
El domingo 05 de junio salimos a votar más del 50% de la lista nominal para elegir al próximo Gobernador del Estado para el periodo 2022 - 2028. Una elección con grandes expectativas que nos refieren a la lucha constante frente al poder en turno y una nueva corriente que buscó por todas las formas posibles conquistar el Estado, situación que reconozco ampliamente.
En términos eminentemente políticos se da una alternancia que puede considerarse irreversible sobre la persona de Américo Villarreal Anaya a quien le extendemos una felicitación por su triunfo.
Añado al texto que esta elección tuvo una participación suficiente más no arrasante. El 53% de la participación lastimosamente no nos da mucho por entender solo que 1 de cada 2 salió a votar y 1 de cada 4 votó por la alternancia. De ahí, que sea importante y tome relevancia el tema. Para dejarlo en términos de operación política, fueron más los votos nulos que los que el PRD obtuvo en las urnas.
Pero lo medular de esto, esta descrito en la siguiente sentencia: "Tomada la decisión... Se acabó la discusión". Se tiene que entender que la materialización del triunfo es el ejercicio de las voluntades del pueblo en una nueva administración pública y eso, cambia el sentido de las cosas porque ya estamos hablando del ejercicio del poder público que se traduce en el ejercicio de la administración pública y que requiere de un elemento esencial para su ejercicio: la política.
En primera instancia, el futuro gobernador constitucional requiere (porque no puede hacerlo solo) de un gran articulador con respetabilidad, honorabilidad, honradez, credibilidad y una enorme capacidad de tejer fino.
Un político de cepa que comience a construir los puentes necesarios para la edificación de su gobierno y de la gobernabilidad democrática. No es un tema menor es un tema esencial para un buen ejercicio del servicio público.
Requiere un político, porque Él no lo es, con el conocimiento territorial del Estado (conocer cada rincón de Tamaulipas y sus actores), con las conexiones en los diferentes grupos políticos que le permitan sanar heridas y al tiempo construir gobierno.
Requiere dejar a un lado amiguismos y compadrazgos por personas profesionales en cada una de las ramas y qué más que tuvieran el sentido político marcado en la mente y en el corazón como parte de su natural configuración. Hay que recordar que lo que bien empieza es más probable que aún termine.
Por eso es trascendental que el próximo gobernador sea capaz de lograr entender que necesita rodearse de los mejores porque a ellos posiblemente nadie los recuerde después pero para Él, siempre estará el juicio de la historia y será un juicio permanente como titular del Poder Ejecutivo del Estado.
Deseamos desde esta colaboración que el éxito inunde cada acción, que sea un gobierno a la altura de los tamaulipecos pero sobre todo un gobierno con grandes cimientos que permitan construir grandes éxitos y logros inolvidables.
