Recuperar el Trieltam

Si no hay cambios de última hora, el ahora exmagistrado electoral, Edgar Danés, estaría solicitando un amparo en contra de una orden de aprehensión y enfrentar en libertad los presuntos delitos por los cuales se le acusan desde el fiscal regional de la FGJE con base en Nuevo Laredo.

Los allegados al caso señalan que Danés está buscando todas las formas para evitar llegar a prisión y sus abogados están operando para que esto se logre.

Sólo que existen delitos y seguramente sus abogados también lo saben, donde un amparo no te protege de todo. Es posible que este derecho constitucional le permita al exmagistrado presentarse ante el juez, pero los alcances que pueda tener el amparo, quizás, no le permitan evitar su detención.

Uno de los puntos que no debe dejarse de observar en este caso es un cochinero en el que se ha convertido el Tribunal Electoral del Estado de Tamaulipas -Trieltam-. Todos y los mismos magistrados y magistradas lo saben, y como son autocríticos deben ser los primeros en admitir esta etapa de la vida institucional; es lo más álgido que está enfrentando esta instancia jurisdiccional.

Los desencuentros, los litigios entre los magistrados, las sospechas de algunos magistrados de estar a favor del PAN a través de beneficios personales, están en el ambiente.

Diferir entre uno y otro de los proyectos forma parte de la vida democrática al momento de debatir entre los magistrados en cada sesión, pero lo que pasa después de estos trabajos, lo que se registra entre los muros y fuera de ellos, ha llevado a un descontrol del Trieltam.

Los magistrados vieron por sus intereses personales, y las pruebas existen y ellos lo saben, pero lo que está pasando con el desafuero del primer magistrado electoral en la vida interna en Tamaulipas es el peor momento que vive el tribunal.

¿Qué van hacer los magistrados que quedan para limpiar el nombre de la institución? Por años se ha dicho que son los hombres los que se equivocan, los que fallan, pero la institución es la que se mantiene vigente. Sin embargo, ahora, no se ve sencillo recuperar el peso y la honorabilidad del Trieltam.

Quienes queden en el manejo del Tribunal van a requerir un trabajo adicional de apertura, de relaciones públicas... están obligados a mejorar la imagen después de lo que hizo Danés y no por sus delitos, porque, si existen, seguramente la Fiscalía tendría los elementos para probarlos.

Tienen que dejar aun lado la arrogancia, no ser vistos tan alto, dar buen trato al personal y tener la cortesía electoral para escuchar todas las voces, porque eso no lo hizo el ex magistrado desaforado que, además, inyectó arrogancia y prepotencia. Esos funcionarios no se necesitan en este tribunal.

Por cierto, que en la sesión del viernes en el Congreso del Estado, donde el pleno se erigió como jurado de procedencia para analizar el dictamen relacionado con la carpeta de investigación 377/2024, en la que el magistrado es señalado por presuntos delitos sexuales, llamó la atención la ausencia de la diputada de Morena, Lucero Diosdady Martínez López.

Tampoco llegó la priista Mercedes del Carmen Guillén Vicente y los dos panistas, Ismael García y Vicente Verástegui, como una forma de evitar que la mayoría alcanzara las dos terceras partes para emitir la Declaración de Procedencia en contra de Danés.

De esta manera, el Ministerio Público, con sede en Nuevo Laredo, a través del oficio 4515/2024, quien solicitó al Poder Legislativo iniciar el proceso para retirar el fuero constitucional, podrá actuar ahora con libertad. Pero vaya etapa a la que el Trieltam se enfrenta, y una vez que han tocado fondo, es tiempo de recuperar a este Tribunal.