Rapsodia
Aunque la película sobre la vida de Freddie Mercury tiene algunos pasajes que no se ajustan exactamente a la realidad, la historia presentada en el galardonado filme tiene enseñanzas que vale la pena tomar en cuenta. Me permito compartir algunas de ellas.
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´NO CON ESOS DIENTES´
Era tan notoria la particularidad de los dientes de Freddie (en la película, cuando se ofreció para ser vocalista del grupo, uno de sus integrantes le responde con las palabras del inicio de este párrafo) que varias veces, en la vida real, le preguntaron por qué no se los operaba. Él argumentaba que sus dientes le permitían alcanzar un mayor rango vocal. No sé si esa aseveración tenga fundamento, pero él se había convencido a sí mismo de que así era. Muchas personas utilizan lo que consideran defectos físicos para justificar el no poder lograr sus metas. "No con este cuerpo; no con esta estatura; no con este peso", etc. Pero al igual que Freddie, puedes empezar por aceptarte y convertir así una aparente desventaja en un arma a tu favor.
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´ESTA ES LA CANCIÓN´
La película narra las dificultades que tuvo el grupo para que su disquera y las radiodifusoras aceptaran promocionar su obra más representativa y que da nombre al filme. Sus dudas nacían de que, además de ser demasiado larga, era un género "extraño" para su época y no sabían si el público la aceptaría, por lo que le pedían que la acortara y la modificara. Freddie nunca dudó. Él estaba convencido de la calidad de esa pieza musical y se mantuvo firme en su decisión de decir: "esta es la canción y así, tal cual, debe darse a conocer". Más de 40 años después, los resultados le siguen dando la razón. La enseñanza es clara. ¿Tienes algo de cuya calidad estés convencido, aunque los demás duden de ello? Mantente firme en tu convicción y enfréntate a lo que sea.
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´HAREMOS UN AGUJERO EN EL CIELO´
Una de las partes más emotivas de la película es cuando Freddie, previo al concierto de Live Aid, les comunica a sus compañeros que tenía Sida. Lejos de manejarlo en plan de víctima, les advierte que, si cualquiera de ellos pierde tiempo en compadecerlo, le dará un puñetazo pues, les dice: "es tiempo que perderíamos para seguirnos preparando para tocar de tal manera que hagamos un agujero en el techo del estadio". "El estadio no tiene techo", le dicen sus amigos. "Entonces haremos un agujero en el cielo", responde Mercury. El ir por la vida jugando el papel de "soy una pobrecita víctima" no deja nada bueno, ni productivo. Sobreponte a tus circunstancias y enfréntalas con dignidad. Eso te convertirá en leyenda, tal vez no al nivel de Freddie, pero sí para quienes te rodean y se sientan inspirados por tu ejemplo.
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´BUENOS PENSAMIENTOS, BUENAS PALABRAS, BUENAS OBRAS´
Estas son las palabras que, como un mantra, el padre de Freddie le repetía constantemente en un intento por educarlo de acuerdo a su muy conservadora forma de pensar. Al ver que toma un camino muy diferente al que a él le hubiera gustado, hay un distanciamiento entre padre e hijo. Al final, el padre comprende que a su manera muy particular, su hijo está aplicando aquella enseñanza.
Puede ser que nuestros hijos no lleguen a ser lo que como padres habíamos planeado, pero en tanto que sean hombres y mujeres de bien, podemos estar tranquilos. Puede ser que no se conviertan en una copia al carbón de nosotros, pero no se supone que así deba de ser. Por encima de todo, debemos anteponer el amor por ellos.
Bien, pues estas son algunas de las enseñanzas con las que me quedo de esta película.
Recuerdo la primera vez que escuché "Rapsodia bohemia". Habíamos ido a un día de campo con mi grupo de la secundaria. Yo llevaba un pequeño radio de transistores. Cuando íbamos bajando del camión (llevaba mi radio encendido) empezó a sonar una interpretación extraña (¿ópera?), muy diferente a la que pasaban en las estaciones que normalmente escuchaba. No obstante, la interpretación captó mi atención y me alejé de mis compañeros para escucharla bien. Seis minutos después, Queen me había atrapado en su magia musical.
La película revivió esos viejos momentos y como ya mencioné, agregó algunos aprendizajes a mi vida. Después de todo, la vida es aprendizaje constante, así que vaya también mi reconocimiento para sus creadores. Y Freddie, hasta donde estés, un abrazo afectuoso. Puedes estar seguro de que tu música, aún hoy, sigue haciendo agujeros en el cielo.
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