Columnas

´¿Qué es el phubbing?´

  • Por: GERARDO MORENO
  • 26 OCTUBRE 2017
  • COMPARTIR
´¿Qué es el phubbing?´

Quién iba a creer que hace dieciséis años con el invento del iPod (dispositivo exclusivo para reproducir música digitalmente) sería la antesala a los teléfonos "inteligentes" y el aviso que eventualmente los seres humanos (particularmente los millennial) comenzarían gradualmente a relacionarse más con los dispositivos electrónicos que con las personas. 

Estás en una reunión y todo mundo metido en su teléfono, más preocupados por publicar la comida o el "momento" que ocupados en estar presentes e interactuando con los demás. Típico que estás ya en la cama con tu pareja y antes de dormir quieres platicar alguna anécdota y es prácticamente imposible que te preste atención plena porque sigue contestando alguno de los veintisiete grupos de WhatsApp en los que está. Y asumo que también te ha sucedido que estás esperando el reporte pendiente que necesita entregarte tu compañero de trabajo y simplemente no puede concluirlo por las interminables notificaciones que no dejan de sonar en su celular. ¡Qué horror, qué desesperación! 

No sé si les suceda a ustedes, pero a mí me gustaba más la vida de hace veinte años cuando te tenían que dejar mensaje con en la contestadora o recado con tu mamá o la secretaria; cuando las operadoras de tarjetas de crédito sólo te podían llamar a un teléfono fijo o cuando simplemente te ibas de vacaciones y los asuntos de la oficina se quedaban en la oficina. 

Por su puesto que lo que más me alarma, es que las nuevas generaciones traen teléfono y literal, nunca lo usan para hablar por teléfono, básicamente se comunican por textos; sin mencionar como pueden quedarse hasta las tres de la madrugada "hablando" (texteando) con su novio(a) y todavía me sorprende más como los emoticonos son los que les dan "entonación" a lo que están diciendo. Si piensas que soy anticuado, estás en lo cierto. No obstante, no hay día que no reciba pacientes en mi consultorio con grandes ciber-crisis con sus hijos, parejas o amistades por "la culpa" de alguno de estos aparatos del infierno, que si bien nos acerca de quienes estamos lejos, definitivamente nos aleja de quienes tenemos cerca. 

El verdadero problema no son los teléfonos inteligentes, sino la falta de inteligencia nuestra. Es más, ni siquiera necesitamos inteligencia lo único que necesitamos es sentido común. Necesitamos gobernar el uso de cualquier dispositivo electrónico y no que ellos nos gobiernen a nosotros. Hoy día, las tabletas son las nuevas niñeras y permitimos que los niños pasen hasta seis horas en ellas, cuando está comprobado que lo máximo recomendado sean dos horas por día y dos días de descanso (suspensión de su uso) Por más que los tiempos cambien, no podemos negar que la imaginación de los niños se está limitando y todo lo quieren "peladito y en la boca," en microondas y digerido. ¿Cómo pretendemos que haya comunicación entre hijos y padres si no establecemos límites? Y peor aún, cuando son los papás los que no se despegan de los teléfonos o tabletas. 

Las seductoras bondades de los teléfonos inteligentes han logrado que estemos más metidos en las pantallas que en la vida real, a esto se le llama "phubbing" palabra que proviene del anglicismo ph/phone (teléfono) y ubbing/snubbing (ignorar) Démonos cuenta de que el principal efecto negativo de esta práctica es como se forman las barreras de comunicación y la forma en cómo aísla a las personas. De acuerdo con estadísticas, hoy en día el 87 por ciento (leíste bien) de los adolescentes prefieren la comunicación textual que la verbal. Si esto continúa así, me pregunto cómo serán las dinámicas y gestiones educativas, laborales, políticas o cualquiera que implique un diálogo. ¡Qué miedo! 

Emocionalmente, el phubbing tiene impactos emocionales, ya que el mensaje NO verbal, inconsciente e involuntario que da a los demás una persona que está la mayor parte del tiempo en su teléfono es "tú no mereces mi total atención." Obviamente es imposible creer que podemos erradicar esta práctica, sin embargo, podemos cada uno de nosotros moderar su uso y gobernar nuestros hábitos. Seamos selectivos en las aplicaciones que bajamos y de corazón se los digo, póngale «mute» a los grupos de WhatsApp innecesarios que sólo distraen y no aportan a la vida real. Mi recién fallecida maestra Louise L. Hay decía: "Podemos sanar al mundo. Un corazón a la vez". Hoy día pienso lo mismo que ella, sólo que, con la nueva modalidad de sanar al mundo, "un teléfono a la vez". Nos leemos pronto ¡y anótele! 

Sígueme en mi página oficial en Facebook, encuéntrame como Coach Gerardo Moreno 

Decídete e inicia tu proceso terapéutico y de coaching. Contáctame: 956.560.2131 / Si deseas que escriba de algún tema en especial, escríbeme: consientemente@gmail.com

También me puedes seguir en: facebook.com/gerardomorenolc


Continúa leyendo otros autores

DEJA TU COMENTARIO