Columnas > HISTORIAS DE REPORTERO

Operación electoral con los desaparecidos

La nueva encargada de encontrar a los Desaparecidos en México es una operadora política de Morena. No tiene ninguna experiencia en los temas de búsqueda de personas, pero estuvo al frente del programa de "servidores de la nación", ese ejército de 20 mil obradoristas con chaleco guinda que van de casa en casa repartiendo programas sociales a nombres del gobierno, del partido y más recientemente, de la candidata oficial.

La nueva directora de la Comisión Nacional de Búsqueda de Desaparecidos se llama Teresa Guadalupe Reyes Sahagún. Cuál será su fama que dentro del morenismo su apodo empezó siendo Tere Lupe y hoy la conocen como "Tere Lumpen". No es un meme en redes. No es un agrio apodo de los opositores. Así le dicen dentro del propio Morena.

Operación electoral con los desaparecidos

Su trayectoria avala las sospechas. En el primer tramo del sexenio trabajó de la mano de Gabriel García, el operador financiero de López Obrador que tenía oficina en Palacio Nacional y se encargaba de la operación electoral de los programas sociales. Tere Lupe Reyes Sahagún estaba encargada del programa de "servidores de la nación" hasta que la Auditoría Superior de la Federación le encontró irregularidades por 450 millones de pesos. Para protegerla, García la mandó al Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) en la Secretaría de Educación Pública. Luego el propio Gabriel García caería en desgracia por sus sospechosas relaciones con los negocios del Banco del Bienestar, Internet para Todos y su alianza político-empresarial con Carlos Cabal Peniche y Alejandro del Valle —quienes por el caso Interjet terminaron con órdenes de aprehensión.

Pero Tere Lupe la brincó porque la protegieron a tiempo en la SEP. A tal grado trataron de limpiar su expediente, que Morena la candidateó después para ser consejera del INE, pero no pasó las pruebas. Ahora, el gobierno la rescata para ponerla al frente de la Comisión Nacional de Búsqueda de Desaparecidos. Tiene lógica: el presidente López Obrador quiere hacer un nuevo censo de personas desaparecidas y anunció que para ello usará a los "servidores de la nación". ¿Qué mejor que reciclar a su primera jefa para poner a trabajar a estos operadores electorales?

México tiene una cifra récord de desaparecidos. Más de 110 mil. El presidente no quiere encontrarlos. El presidente quiere bajar la cifra. No quiere mejorar la realidad. Quiere maquillar el dato. Para eso, Tere Lupe y sus 20 mil servidores de la nación se pintan solos.

Como el presidente López Obrador dice que muchas personas desaparecidas en realidad sólo se escaparon de sus casas o están con el novio. No cree que exista un problema tan grave de violencia en el país. Por eso va a mandar a los "servidores" casa por casa a que hagan el censo. Sin ningún criterio de búsqueda, sin seguir ningún protocolo internacionalmente recomendado. Por estar en desacuerdo con esta farsa renunció la anterior directora de la Comisión Nacional de Búsqueda de Desaparecidos, la que fue nombrada al inicio del sexenio.

Dentro del propio gobierno —me revelan fuentes— ya corrió la voz que los "servidores" van a ofrecer a las familias de los desaparecidos integrarlas al padrón de beneficiarios de programas sociales a cambio de que digan que su familiar ya apareció, y con eso ir bajando la cifra récord. Al tenerlos con transferencias económicas, y siendo muchas de las familias de desaparecidos de los estratos socioeconómicos más pobres, esperan que no protesten ni alcen la voz por miedo a perder el beneficio económico. Hay versiones de que estarían por contratar a 10 mil "servidores de la nación" más, siempre desde la base de la fidelidad morenista.

Está claro que el objetivo no es encontrar a los desaparecidos. Es desaparecer los expedientes.