Columnas > EN LA PELOTA
México candidata, pero nunca tendrá Grandes Ligas
Coral Gables, Florida (VIP WIRE). Ciudad de México aparece entre las posibles urbes sedes de futuros equipos de Grandes Ligas.
Eso es lo bueno. Lo malo es que sería muy mal negocio invertir más de tres mil millones, para pagar un negocio en dólares con ingresos en pesos mexicanos.
En promedio, una franquicia de MLB vale dos mil 320 millones de dólares, por lo que una suma igual habrán de pagar, quienes reciban autorización para instalar cada nuevo equipo.
Además, en honorarios de peloteros y otro personal de Grandes Ligas, habrá que invertir el primer año, entre 280 y 350 millones.
Más los gastos de las Ligas Menores, no menos de 250 millones.
Más Impuestos e imprevistos, 80 millones.
Vamos a suponer que el estadio lo construya y lo equipe el Gobierno del Estado o de la ciudad.
Se necesitan más tres mil millones de dólares, solo para poner a funcionar un equipo de MLB muy económico, sin muchos lujos. Después vienen los gastos de cada año.
La Habana parecía cerca cuando Fidel Castro llegó a la Habana, el ocho de enero de 1959, tras bajar de la Sierra Maestra, hacía solo días que Bobby Maduro, había dicho púbicamente: "Un paso más y llegamos".
Se refería a que, después de hacerlo todo en el beisbol, excepto jugarlo profesionalmente, le parecía estar cerca de poseer un equipo de Grandes Ligas con sede en La Habana.
Había llegado hasta Triple A, con los Reyes Azucareros. Y en conferencia de prensa, a fines de 1958, expresó:
"Con los mejores peloteros cubanos y uno que otro refuerzo estadounidense, podemos organizar un róster ganador a cualquier nivel".
Los cubanos se entusiasmaron en todo Cuba, seguros de que pronto tendrían un franquicia del beisbol Mayor.
Pero solo días después, Fidel dispuso que en Cuba no habría más deporte profesional. Bobby Maduro murió, exiliado en Miami, el 16 de octubre de 1986. Y los cubanos tienen un beisbol que, se supone es aficionado.
Después de esa transformación de Cuba, surgió en México el proyecto de conseguir para el país una franquicia de Grandes Ligas que operaría en Monterrey, de la mano del propietario de los Sultanes, Pepe Maíz, y a la vez en
Culiacán, por el propietario de los Tomateros, Juan Manuel Ley.
Pretendían utilizar así el estilo japonés de más una sede, con 41 de los juegos de home club en Monterrey y 40 en Culiacán.
Enviaron el documento de solicitud a la oficina del comisionado, pero no les hicieron caso. La respuesta fue solo la frase de cortesía: Recibido y en cuenta.
Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú.
jbeisbol5@aol.com
@juanvene5