Columnas - Francisco Noriega Orozco

Más allá de los números

  • Por: FRANCISCO NORIEGA OROZCO
  • 26 MARZO 2025
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Más allá de los números

¿Puede una auditoría mejorar la vida de las personas? La respuesta a esta pregunta, que podría parecer técnica o burocrática, es un rotundo sí. Una auditoría no sólo revisa números y documentos, sino que se ha convertido en una herramienta fundamental para garantizar que el dinero público realmente sirva para mejorar la calidad de vida de las personas.

En México, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha impulsado un cambio de paradigma. Ya no basta con saber en qué se gasta el dinero, sino si ese gasto cumple su objetivo y tiene una repercusión positiva en la sociedad.

La Ley contempla tres tipos de auditorías: 1) las auditorías de cumplimiento financiero: Verifican que el dinero haya sido gastado según las normas. 2) Las auditorías financieras: Evalúan la confiabilidad de los estados financieros y 3) las auditorías de desempeño: Miden si los recursos realmente elevaron la calidad de vida de las y los ciudadanos.

Es por ello, que la auditoría de desempeño es la única que permite responder preguntas como:¿Los programas sociales cumplen con su propósito o son sólo gasto inercial?¿La inversión en infraestructura ha generado beneficios reales en la movilidad y seguridad de las personas? ¿Los servicios de salud y educación han mejorado con los recursos asignados?

Con este tipo de auditorías, se detectan deficiencias en el control interno, omisiones en información financiera y problemas en la eficiencia del gasto sobre todo en el municipal, lo que demuestra la necesidad de fortalecer la medición del impacto social del presupuesto público

“El reto de la fiscalización superior hoy es aprovechar el potencial de la digitalización y la tecnología para mejorar los procesos y garantizar que la rendición de cuentas tenga un impacto real en el bienestar de la gente”, ha señalado David Colmenares Páramo, Auditor Superior de la Federación.

Bajo esta perspectiva, la auditoría de desempeño ha cobrado una importancia central. Se trata de evaluar si los programas y políticas públicas no solo cumplen con la normatividad, sino si realmente transforman las condiciones de vida de lagente.

La fiscalización de los recursos públicos, sin duda siguen evolucionando. Ahora no se trata solo de revisar si el dinero fue gastado conforme a la ley, sino de cuestionar si ese gasto tuvo un impacto real en la sociedad . En Tamaulipas, la Auditoría Superior del Estado (ASE) ha fortalecido su labor con una visión que va más allá del simple cumplimiento financiero: evaluar si las políticas públicas realmente están funcionando.

La reciente auditoría a la Cuenta Pública 2023 incluyó 195 revisiones, de las cuales 34 fueron auditorías de desempeño, enfocadas en analizar no solo cómo se ejercieron los recursos, sino qué resultados generaron en sectores fundamentales como salud, educación y obra pública.

Las auditorías de desempeño realizadas en Tamaulipas han permitido identificar no solo deficiencias sino también, áreas de mejora en sectores estratégicos. Sus hallazgos ponen de relieve que no es suficiente con gastar correctamente, sino que hay que gastar bien. Una auditoría financiera puede decirnos que un recurso fue ejercido, pero sólo una auditoría de desempeño nos dice si ese gasto sirvió para algo. 

En Tamaulipas transitamos hacia un cambio de enfoque. De la fiscalización a la mejora de políticas públicas. En este contexto, el desafío  de la fiscalización es señalar errores pero ante todo, proponer soluciones para que los recursos se apliquen con mayor eficiencia y generen un impacto positivo en la sociedad..

En este sentido, la ASE ha impulsado la capacitación de servidores públicos para mejorar la planificación del gasto y evitar observaciones posteriores. 

La fiscalización ya no es solo un ejercicio técnico, sino una herramienta de transformación social . Tamaulipas está avanzando hacia un modelo en el que la transparencia no solo sea un requisito legal, sino un mecanismo para garantizar que el dinero público realmente beneficie a la ciudadanía.

El éxito de una auditoría no está en cuántos errores encuentra, sino en cuántos problemas se resuelve . La ASE ha dado pasos importantes al evaluar el impacto del gasto público, pero el verdadero desafío es consolidar este enfoque en todos los niveles de gobierno. El mensaje es único, no se trata solo de revisar números, sino de cambiar vidas. 

La rendición de cuentas no es un fin en sí mismo, sino el nacimiento sobre el que se construye un gobierno más justo, transparente y comprometido con la gente.

Tamaulipas está avanzando en este camino, porque al final del día, cuando los recursos se manejan con eficiencia y transparencia, el mayor beneficiado  serán siempre las y los tamaulipecos.


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