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Makitos, Vivianos, Abdalas, Benitos...
Nos presumen desde México que el grado de impunidad de la Cuarta Administración de Maki Ortiz en Reynosa es tal, que nada les va a pasar porque, al ser múltipartidistas y, por ahora, bajo contrato del Partido Verde Ecologista de México, les alcanza y para ello hay plata.
Sin embargo, por lo pronto, estos actos de autoritarismo mediático que mantienen en su isla se atoran en los hechos y el Congreso los atoró y evitó daños a la economía de los reynosenses, porque ya se frotaban las manos para aplicar cobros e impuestos a diversas actividades económicas propuestas en la iniciativa de Ley de Ingresos del municipio.
Era un tema cantado, donde las Comisiones de Finanzas, Planeación, Presupuesto y Deuda Pública, y de Asuntos Municipales valoraron los riesgos y cancelaron lo que afectaría directamente la actividad productiva, el empleo y la legalidad en Reynosa.
Es del dominio público que se presumen aliados de Morena, donde hacen inversiones fuertes de relación pública y, por el otro, se ponen la del PVEM para navegar, no obstante su destino inexorable.
Lo mencionamos alguna vez en la radio respecto, además, del Clan Canturosas. Se les olvida que cayó Roma, los otomanos, los bizantinos, los mongoles, los árabes, los mexicas y tantos, que no pueda ser posible, que ellos también dejen su sitio a otros.
Esa es historia básica y siempre diremos que lo gocen, que lo disfruten, porque la rueda de la fortuna nunca deja de girar.
Del caso de Reynosa y de NLD, ni Tarzán tuvo tantas lianas y como sucede a través de la historia, con personajes que fueron todopoderosos y que terminaron eliminados y juzgados por la historia.
Cayó, insisto, Constantino, Cuauhtémoc, Napoleón, Nicolás II, Rómulo y, en corto, tantos presidentes que se asumieron inmortales, que hablar de gobernadores es simple. Algunos sin deberla ni temerla, pero jefes como lo fueron TYR y El Güero.
Otros sí, por supuesto que con todas las de la ley: Javidú, Duarte, Padrés, Borge, Granier, Pablo Salazar. Otros fueron destituidos. Me acuerdo de Rubén Figueroa, Sánchez Vite y hasta el santón Plutarco fue corrido de México por el Tata Lázaro.
La pregunta aquí es, ¿ellos de qué mérito gozan desde Reynosa y NLD para irrumpir en política? Se fue Higareda. Datos que ahora, por supuesto, sostenemos. La soberbia les da para pensar que son cínicamente amorosos, justos, misericordiosos, santos, omniscientes, omnipotentes, eternos y hasta fieles, no obstante que la conciencia política seria sabe que eso es un cuento más en la vida de estos municipios de Tamaulipas.
En justicia, aquí también tenemos que decir que ellos están en su nube porque, especialmente, la clase política de sus localidades es de altísima cobardía. Asómense al PRI, asómense al PAN, y encontrarán nombres y apellidos de personalidades que han sido cooptadas.
En Nuevo Laredo, ni modo de no anotar que Yahleel Abdala del PRI se fue al PAN, que Viviano Vázquez está flojito y cooperando en Morena como titular del DIF, y que Cristabell Zamora, quien se las comía vivas a las personalidades de Morena, ahora es feliz, feliz, feliz.
Con ellos, la palabra vergüenza no existe. Para ellos, como cita la RAE, no les va la "turbación del ánimo ocasionada por la conciencia de alguna falta cometida o por alguna acción deshonrosa y humillante".
Igual en Reynosa, donde dirigentes del PRI y del PAN van, vienen y, bajo el pretexto de mantenerse a flote o sobrevivir, pasan sin ver. Aquí el caso de Benito Sáenz Barella es interesante porque, incluso cuando se pone los guantes, el mismo CDE de su partido se los quita. En fin, están donde están, porque sobrevivir es más rentable.
Y de ahí para arriba, asómense al muladar de los partidos opositores, donde ya se arman nuevas posibilidades, pero no sabemos si van a lograr éxito. Por lo pronto, Enrique de la Madrid renunció al PRI tras 43 años de militancia.
En su argumento de protocolo sostuvo lo siguiente: "Termina mi ciclo en el PRI. Yo creo que después de una reflexión amplia he llegado a la conclusión de que, si quiero seguir influyendo, si quiero contribuir al diálogo constructivo, si quiero contribuir a eliminar esa polarización que tanto daño nos está haciendo, yo debo cambiar de espacio".
Divertido cuando eres hijo de y no sabes lo que significa arremangarse las mangas de la camisa.
Nostra Política.Es difícil dar una definición de la lealtad, pero quizás nos acercaremos a ella si la llamamos el sentimiento que nos guía en presencia de una obligación no definida. Gilbert Keith Chesterton.
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