Columnas - Enrique Juárez Torres

Maki, actos y votos con el color azul

  • Por: ENRIQUE JUÁREZ TORRES
  • 04 NOVIEMBRE 2021
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Maki, actos y votos con el color azul

El 28 de agosto del 2020, el presidente López Obrador durante su gira por Reynosa fue maltratado por el gobierno del Estado; hasta agua le negaron. Por esa razón, motivado por el desaire, lo movió hablar bien de la alcaldesa anfitriona: Maki Ortiz, confrontada también con la administración estatal. 

"Maki es una buena presidenta municipal, y desde el gobierno federal les hacemos un reconocimiento", dijo Andrés Manuel López Obrador. Esa expresión molestó al gobernador, pero infló y dio motivos para que la alcaldesa se la creyera, y no dudó desde ese momento colarse a Morena. Ahí decidió perfilar a su hijo Carlos Peña Ortiz como aspirante a la alcaldía y ella misma por los colores guindas de la Cuarta Transformación.

Desde entonces, sin rubor y sin pudor alguno, buscó acomodo en el partido del presidente, y aunque su ideología es contraria a la de él y su gobierno, a ella no le importó. "El poder, y la familia están primero", le dijo a los panistas que cuestionaron desde entonces su cambio de camiseta.

Maki Ortiz tiene una formación conservadora y forma parte de las élites ultraderechistas más recalcitrantes del Partido Acción Nacional. Su amistad con Margarita Zavala y Felipe Calderón es tan estrecha que se siguen frecuentando a menudo. En el libro "Felipe El Oscuro" de la escritora argentina Olga Wornat, describe a Maki Ortiz como la mujer más cercana al matrimonio Calderón-Zavala, "porque piensan y actúan igual", dicen los panistas que conocen esa relación.

Incluso la cuestionan, "¿cómo es posible que puede convivir con personas que odia y reniega todos los días?", le reprochan, como lo hacen también con Tatiana Clouthier.

La mejor evidencia de que Maki Ortiz rechaza la ideología de Morena y la 4T, fueron sus votos a favor de las reformas estructurales de Enrique Peña Nieto en diciembre del 2013. En todas estuvo de acuerdo y lo festejó en su momento con regocijo.

El 10 de diciembre del 2013, el voto de Maki Ortiz, siendo senadora por el PAN, fue a favor de la reforma energética. El 26 de noviembre del 2013 su voto fue a favor de la reforma financiera bajo el esquema neoliberal. El 20 de diciembre del 2013, también se sumó al voto mayoritario a favor de la controvertida reforma educativa que el gobierno de AMLO anuló en cuanto llegó al poder. El 3 de diciembre del 2013 hizo lo propio al votar en positivo la reforma electoral. El 11 de abril del 2013, cuando se votó la polémica reforma al Código Penal, se reportó ausente.

Los argumentos que esgrimió en cada una de sus participaciones, la entonces senadora Ortiz Domínguez, fueron porque eran "necesarias y correctas", y porque el país caminaba en la dirección indicada. Las ideologías priistas y panistas se volvieron una sola, a pesar del impacto negativo que causaron entre la población más desprotegida del país.

Cuando se echó abajo la reforma energética y educativa, siendo alcaldesa, guardó silencio y no quiso opinar. Ahora que está por iniciar la discusión para anular la reforma eléctrica que también validó, igual no responde. 

En ese contexto se inscribe la historia política de Maki Ortiz en los últimos 18 años cuando ingresó de lleno a la política partidista arropada por Acción Nacional, partido por el que ha sido diputada, senadora, alcaldesa en dos ocasiones y funcionaria federal.

Hoy, está buscando acomodo en Morena, a pesar de que la militancia la rechaza y sus principales figuras se oponen a su llegada, incluso las mismas mujeres con trayectoria y trabajo partidista, han enviado cartas y desplegados a la dirigencia nacional que encabeza Mario Delgado para que se pondere y se valore el historial de la reynosense. En Morena no caben, dicen, las "mulas de Troya". Ella traiciona, miente, principios que son norma en el partido de la Cuarta Transformación.

Maki Ortiz no entendió que aquel "piropo político" del presidente López Obrador del 28 de agosto del 2020, fue una cortesía que así convenía en ese momento, pero ella entendió otra cosa. Ahora recorre el Estado presumiendo un gobierno que los mismos reynosenses reprueban. La ciudad es un desastre en servicios y la inseguridad es de las más altas del país.

Esta semana visitó a los diputados de Morena en el Congreso del Estado y tuvo una encerrona con el líder Armando Zertuche, a quienes les pidió el apoyo para su proyecto. Por cortesía la recibieron, pero saben su historia. Maki Ortiz dice que es tiempo de que Tamaulipas sea gobernado por una mujer, pero las mujeres del Estado, sobre todo las morenistas, dicen que sí, pero que ella No. Su ideología y sus actos van en contra de la Cuarta Transformación y del mismo presidente. Con la alcaldía de su hijo está más que pagada, dicen en la oficina de Mario Delgado.

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