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Lo que se espera de los debates

Introducidos en la legislación electoral como una forma de acercar más a los candidatos con los electores los debates presidenciales han buscado obtener el contraste de las ideas entre los candidatos sobre los temas que se acuerdan entre los representantes de los contendientes y el órgano electoral, de igual manera las reglas de participación con tiempos, réplicas y contra replicas. 

En las anteriores elecciones federales estos ejercicios ayudaron a reafirmar la intención de voto de la mayoría o bien a cambiar en un porcentaje de mas-menos 3% de lo que las encuestas señalaban antes de realizarse los debates.

Lo que se espera de los debates

Así como la contundencia en los argumentos es muy importante, las ausencias en los debates también han ahuyentado al electorado que ve en su candidato a una persona débil o huidiza para enfrentar a sus contendientes. 

Si bien el televidente o radioescucha de los debates no se puede memorizar todos los temas y argumentos pactados en estas discusiones si se les “graba” los argumentos más sólidos, las palabras más ocurrentes, los chistes, anécdotas o exabruptos de los candidatos que finalmente marcan al ganador de una contienda.

Así han quedado registradas en la memoria colectiva las expresiones de los debates estadounidenses que llevan más de 50 años de historia. El primero en 1960 entre John F. Kennedy y Richard Nixon en donde la “frescura y juventud” de Kennedy contrastó con la imagen “desgastada y poco atractiva” de Nixon siendo estos factores lo que le dieron el triunfo a Kennedy sobre todo con la audiencia televisiva porque los que lo siguieron por la radio consideraron que habían empatado, es decir ganó “la imagen” de Kennedy, de ahí la importancia del aspecto corporal tanto en su imagen como en su lenguaje.

El segundo gran debate estadounidense se dio entre el republicano Gerald Ford y el demócrata Jimmy Carter, este encuentro de ideas es recordado por la frase de Ford donde señaló que “no existía ninguna dominación soviética en la Europa del Este” afirmación que le costó las elecciones. 

El debate entre Ronald Reagan y Jimmy Carter fue una demostración del histrionismo de Reagan que acabo con Carter cuando preguntó ‘‘¿Está usted hoy mejor económicamente que hace cuatro años?’’… Esa misma dosis de humor y creatividad hicieron que Reagan ganara su reelección en su segunda debate a sus 73 años y cuando algunos lo señalaban de vetusto, expresó lo siguiente: “No voy a convertir mi edad en un tema de esta campaña, no voy a explotar, por razones políticas, la juventud y la inexperiencia de mi opositor” y triunfó.

Los siguientes debates entre Clinton-Bush, Al Gore- Bush Jr., Obama-McCain, Obama-Romney y Hilary y Trump también estuvieron marcados por frases o movimientos corporales que hicieron la diferencia entre el ganador y el perdedor. 

En la historia nuestra en México los debates iniciaron en la elección de 1994 coordinado por la Cámara de la Industria de Radio y Televisión y en los posteriores debates se involucró en su organización el Instituto Electoral y se plasmó en su legislación su reglamentación, tanto en el del 2006 y 2012.

En este próximo debate se va a cambiar el formato anterior el llamado “científico” que no permitía la interacción fluida entre los participantes, el moderador se apega al orden de participación y no existen mecanismos de participación ciudadana. 

Ahora habrá moderación e interacción ciudadana, publico participativo y preguntas a través de redes sociales en los tres debates por realizarse. Este ejercicio sin duda permitirá conocer más a fondo la capacidad de respuesta y conocimiento de los candidatos.

Lo cierto es que cada coalición y candidatos independientes tienen fincada su esperanza en ganar estos debates y poder posicionarse mejor ante el electorado. Los temas más álgidos y que están en el ánimo ciudadano son la corrupción, la inseguridad, la pobreza, la impunidad y la falta de oportunidades. Estos factores han ocasionado que el enojo, la esperanza y el coraje sean los sentimientos que más están influyendo en el ánimo del electorado.

Por estas razones el ganador o ganadores del debate serán los ciudadanos que van a conocer más sobre propuestas e historias de los aspirantes a la Presidencia. Alguno de ellos seguramente en la percepción ciudadana saldrá ganador o quizá haya empate una vez que se mida con encuestas, lo que si es que irán lo mejor preparados para enfrentar ahora sí a la opinión pública y al contraste de ideas en un formato más abierto y por ende más enriquecedor.

Que sea para el bien de México y que gane el más capaz, honesto y comprometido con nuestra patria.

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