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La reconfiguración política de Altamira

La derrota del PAN en Altamira es una historia plagada de enredos, intrigas, envidias, traiciones y malas, muy malas decisiones.

Los votos no mienten, la estadística electoral es fría y reveladora: Acción Nacional pagó caro sus equivocaciones garrafales, sus errores de diagnóstico. El partido blanquiazul perdió la alcaldía y las dos diputaciones locales.

La reconfiguración política de Altamira

Tras el resultado electoral del 6 de junio, la clase política de Altamira vive una auténtica y significativa regeneración, un cambio en los liderazgos y el fin de algunos mitos.

Para comenzar, Armando Martínez Manríquez superó las inercias del pasado y la tercera fue la vencida: ganó la presidencia municipal con una clara y sólida diferencia.

'El eterno perdedor', como lo llamaba con insistencia su acérrimo contrincante, se alzó como el gran triunfador de una historia que viene a reconfigurar el panorama político de Altamira.

Una reconfiguración de la escena política con la que se acaba un ciclo e inicia una nueva etapa. Algunos se van. Otros se quedan... y varios más llegan.

Cuando Miguel Gómez Orta despuntaba como el aspirante más firme para obtener la candidatura de Acción Nacional a la presidencia municipal de Altamira, un grupo externo al partido blanquiazul tendió puentes con la Secretaría General de Gobierno para descarrilarlo e imponer como candidato a Ciro Hernández Arteaga.

Ese grupo externo al PAN estaba integrado por dos ex diputados locales, Griselda Carrillo Reyes y Carlos 'El Cacho' Toral, y por dos ex alcaldes priistas, Javier Gil Ortiz y Armando López.

Los cuatro, junto con Ciro Hernández, conformaron el denominado Bloque Opositor de Altamira (BOA). Todos ellos se oponían a que la alcaldesa Alma Laura Amparán y su esposo, el ex alcalde, Juvenal Hernández Llanos, influyeran en la designación del candidato panista a la presidencia municipal.

Si bien de inicio Miguel Gómez Orta no era el candidato del binomio Alma Laura-Juvenal, al final se convirtió en la propuesta que presentaron ante los altos mandos del panismo.

Sin embargo, para entonces, César Verástegui Ostos, secretario general de gobierno, ya había 'comprado' la idea del grupo integrado por Griselda Carrillo, 'El Cacho' Toral, Javier Gil y Armando López: Ciro Hernández era el candidato indicado.  

La idea era respaldada por una serie de encuestas que, ciertamente, ubicaban a Ciro bien posicionado en el mercado electoral de Altamira.

Además, en ese momento, Ciro, acostumbrado a jugar con varias opciones políticas, coqueteaba abiertamente con el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), fintaba y presionaba con irse al partido lopezobradorista. No obstante, en la 4T, siempre tuvo un obstáculo: Armando Martínez Manríquez.

Lo que nunca midieron esas encuestas era el impacto que iba a tener el hecho que Ciro Hernández fuera el candidato del PAN a la alcaldía, después que se la pasó criticando con intensidad en las redes sociales la gestión de Alma Laura Amparán.

Así sucedió: Al momento de aceptar la candidatura de Acción Nacional, Ciro cayó en una grave contradicción: después de realizar toda una precampaña con tono crítico guinda se ponía la camiseta blanquiazul y, no solo eso, sino que lo hacía en fórmula con Alma Laura Amparán, que ahora competía como candidata a diputada local por el Distrito 18.

Ciro Hernández fue víctima de sus propias críticas en contra del sistema político panista altamirense, Las cifras electorales así lo indican: no pudo superar la barrera de los 40 mil votos y, por tanto, cayó derrotado frente a su archirrival, el morenista Armando Martínez Manríquez, quien se mantuvo firme en su posición de opositor.

Pero la derrota panista también exhibió a los promotores de Ciro en Altamira: ¿Dónde quedaron los supuestos votos que le iban a aportar Griselda Carrillo, 'El Cacho' Toral, Javier Gil y Armando López? ¿Dónde quedó la presunta fuerza electoral y la dizque presencia territorial de ese grupo?.

Es más, de último minuto se unió a ellos otro ex alcalde, un gris personaje que intentó montarse en Morena para, una vez que no fue designado candidato, hacerse el ofendido y apoyar al PAN: Pedro Carrillo Estrada.

Pedro Carrillo también se sumó a Ciro Hernández, pero... ¿y los votos? Los votos prometidos nunca llegaron porque el ex alcalde no los tenía en la bolsa. Eran ficción. Eran puro cuento. Eran una vil mentira.

La real estructura carrillista, la que integraban algunos líderes de colonos, la red territorial que sí generaba votos en los sectores populares, se mantuvo en Morena y se la jugó con Armando Martínez Manríquez.

Miguel Gómez Orta, quien en el último trimestre del año pasado se perfilaba para ser el candidato del PAN a la alcaldía de Altamira, vio toda la película desde la barda. Con palomitas y refresco en mano, observó capítulo a capítulo el desastre de la novela blanquiazul altamirense.

El diputado local nunca estuvo en un evento de Ciro Hernández, jamás lo acompañó a un acto de campaña. Siempre marcó su distancia.

El diputado local tenía otros datos, sus propios datos, fríos números que finalmente se confirmaron la noche del 6 de junio: Ciro nunca pudo superar en las encuestas a Armando Martínez, siempre estuvo 5 o 6 puntos porcentuales abajo.

Tras la reconfiguración del escenario político de Altamira, donde 'el perdedor' es ahora el gran ganador, el diputado local Miguel Gómez Orta se mantuvo con vida e incluso salió fortalecido como todo aquél que, en su momento, pronosticó lo que sucedería, pero que nadie hizo caso.

Con una sarcástica sonrisa, el legislador ahora puede decir con toda la tranquilidad y la seguridad de haber estado siempre en lo cierto: 'Se los dije'.

EL DERECHO AL PATALEO: LLUEVEN IMPUGNACIONES

Conforme a lo que señala el artículo 12 de la Ley de Medios de Impugnación Electorales de Tamaulipas, los partidos políticos y los candidatos perdedores presentaron sus quejas legales en el periodo de cuatro días a partir de que conocieron los resultados de los cómputos finales de las elecciones municipales o distritales.

Por supuesto, las impugnaciones llovieron de un lado y otro: donde ganaron los guindas, los azules se inconformaron; y en ciertos lugares donde se alzaron con la victoria los panistas, los morenistas y sus aliados los petistas impugnaron.

De acuerdo a lo que indica el artículo 75 de la Ley de Medios de Impugnación, los recursos legales presentados por los distintos partidos políticos quedarán resueltos a más tardar el 20 de agosto. Es decir, se abre un periodo de casi 2 meses para conocer las resoluciones de los tribunales.

Después de las decisiones tomadas por los magistrados electorales, es cuando se conocerá el reparto final de las diputaciones locales plurinominales en el Congreso del Estado y de las regidurías de representación proporcional en los Cabildos de los municipios.

Y PARA CERRAR...

Sin descanso, Miguel Gómez Orta volverá a recorrer las colonias y los ejidos de Altamira, ahora para agradecer el apoyo que recibió durante su gestión como diputado local, labor que concluye el 30 de septiembre.

'Quiero irles a agradecer, quiero decirles que ya en septiembre concluyo ya mi periodo como diputado y quiero agradecerles a todos', dijo el legislador en un video que subió a su cuenta de Facebook.

Miguel Gómez se reunirá también con empresarios, industriales, ganaderos y agricultores a fin de rendirles un informe de lo que hizo y, sobre todo, para darles las gracias.