Columnas - Salvador Camarena

La mortal disputa por ser la única oposición

  • Por: SALVADOR CAMARENA
  • 17 SEPTIEMBRE 2023
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La mortal disputa por ser la única oposición

El horizonte político asoma con una durísima batalla, con un Frente Amplio con mucho por perder y un Movimiento Ciudadano empleándose a sabiendas de que, en todo caso, con dividir ganan

Agotado el proceso interno de la oposición constituida por el PRI, el PAN y el PRD, ésta sale de las trincheras para emprender una batalla en la que se juega la posibilidad de pelear el triunfo en las presidenciales y legislativas en 2024. El todo o nada del Frente se llama desfondar a Movimiento Ciudadano.

El Frente Amplio por México empeñará sus energías en descalificar a MC, el partido que si nombra un candidato presidencial mediático le robará el oxígeno indispensable para representar una amenaza electoral ante Morena en los comicios del año próximo.

Desde el cálculo del Frente no hay espacio para una elección a tercios en 2024. Tal escenario daría al oficialismo una ventaja prácticamente irremontable por el gran macizo de votantes con lealtad absoluta al movimiento lopezobradorista.

Si el Frente no logra marginar a los naranjas a fin de que la cita del próximo 2 de junio sea vista por los votantes como una elección binaria entre la frentista Xóchitl Gálvez y la oficialista Claudia Sheinbaum, no solo fracasará en su intento de derrotar a AMLO sino que peligra el objetivo de impedir a éste una mayoría constitucional en el Congreso de la Unión.

Quedarse con todas las papeletas provenientes de la lógica del voto útil pasa por destronar desde ya a la única organización que todavía no resuelve su elección de candidato. Por eso las dirigencias del Frente acudieron esta semana a Nuevo León, a socavar a un aspirante y de paso a su partido.

Sin embargo, por la brusquedad del choque que se avizora entre el Frente y Movimiento Ciudadano, nadie debe descartar un saldo en el que, tras la guerra de acusaciones y ataques, resulte que hay dos opciones muertas para la oposición antes que una fortalecida tras el encontronazo.

Si el Frente no calcula bien su estrategia para dejar bien atrás a MC puede terminar con una victoria pírrica. Debe cuidar que la cruzada para descarrilar al gobernador Samuel García, hasta hoy el único aspirante presidencial de esa organización digno de ser llamado así, no salga demasiado cara.

El partido que tiene hoy todos los incentivos para un choque frontal es el presidido por Dante Delgado. Que el Frente haya ido a Monterrey a mentarle la madre al gobernador García es de entrada benéfico para MC, que incluso sin virtual candidato muestra cuánto preocupa a PRI, PAN y PRD.

No hay una sola encuesta —ni la habido en el pasado inmediato sin el nombre de Luis Donaldo Colosio Riojas— en la que MC sea realmente competitivo frente a Morena. Ocupan un consistente, mas lejano, tercer lugar en la adelantada sucesión presidencial de Andrés Manuel.

La escaramuza de esta semana mostró que hoy es inexistente la posibilidad de una alianza entre las dos oposiciones, por más que Xóchitl Gálvez haya manifestado su interés en dialogar con Dante Delgado, por más que el gobernador Enrique Alfaro pidiera revisar la estrategia individualista de MC.

La campaña que los naranjas lanzaron en contra del PRI en el marco de los comicios de Coahuila y Estado de México fue una espina que el Frente no se quitó sin buscar revancha. A eso fueron los frentistas a Monterrey esta semana, a humillar a Samuel García, a cobrar afrentas con amenazas.

Sin que haya procedido a formalizarlo, García ya tiene una pierna en la precampaña electoral del 2024. A salvedad de lo que haga Marcelo Ebrard, que tiene en el presidente naranja a un amigo y aliado, el gobernante neoleonés personifica un candidato que podría servirle a MC y a Morena.

Dante Delgado ha puesto sobre la mesa su renuncia a la política si su partido no supera al Frente en junio. No es imposible que el veracruzano gane tal apuesta, pero con Samuel en la boleta es altamente improbable. El gobernador tiene juventud, personalidad y enjundia, pero poco más que eso.

Y es que Movimiento Ciudadano vive esta no precampaña en doble carril. Esperando lo que haga Ebrard, que representa todavía un candidato con más fuerza que García, y dándole golpes a la imagen del Frente como una opción cascada, del pasado, sin remedio. Todo para seguir creciendo, no necesariamente para ganar, en la siguiente elección.

Por ello el Frente capitaliza su condición de grillete de García. Con su peso en el Congreso de Nuevo León, y el control que tienen de la Fiscalía del estado, el PRI y el PAN pueden complicar la candidatura del joven emecista al amenazar su retorno, tras perder la elección, a Palacio de Gobierno.

García proyecta una imagen de empuje y liderazgo empresarial, pero los problemas de su estado —por ejemplo el abasto de agua— son enormes y su control político muy deficiente: la entidad que presume pujanza vive hoy condiciones propias de un thriller, con muertes de alto impacto incluidas.

El emecista fue el factor sorpresa de la elección de hace dos años, cuando rebasó no al PRI ni al PAN —que tras varios sexenios de alternancia acumulaban descrédito por igual— sino a Morena, que tenía una candidata prometedora que sin embargo se desfondó temprano en la campaña.

La victoria fue un campanazo que no se ha traducido en control político a pesar de que el gobernador ha emprendido desde hace meses una estrategia para, mediante el acoso a diputados y sus familias, hacerse del control de un poder legislativo que le tiene maniatado.

De hecho su candidatura puede verse como una fuga hacia adelante en medio de la turbulencia que no puede domar ni con la abierta ayuda de López Obrador, y como una táctica para con esa visibilidad hacerse en 2024 de las curules locales y federales que le ayuden a tener control estatal.

Una jugada que a Palacio Nacional agrada mucho pues previsiblemente quitará votos al Frente. Los piropos que AMLO lanza al gobernante naranja son parte de una tarea de seducción para dividir a la oposición que el tabasqueño ha intentado sin éxito con el jalisciense Alfaro.

Frente a esa eventual ganancia —posiciones suyas, mayor peso nacional, buena relación con la presidenta entrante por los servicios prestados e incluso la probabilidad de volver a competir en 2030—, García luce decidido a correr el riesgo de que el PRIAN le complique regresar al puesto.

Sus declaraciones de que en cuestión de meses mandará a la chingada a PRI y PAN fueron respondidas con un mitin inédito: en plena capital neoleonesa los líderes nacionales del Frente regresaron las mentadas al gobernador, y escalaron la batalla para quedarse con la exclusividad del título de oposición.

Dos opositores peleando y Morena de ganón es algo que ya se vio en el 2018, cuando José Antonio Meade por el PRI, y Ricardo Anaya por el PAN y MC, desperdiciaron municiones en la contienda de ese año al atacarse entre ellos sin asumir, sobre todo Meade, que beneficiaba a AMLO, el real adversario.

Cosa de ver que Claudia Sheinabaum ha tenido una semana redonda al mostrarse lista para una nueva gira tras haber incorporado a su equipo, así sea formalmente, a todos menos uno de aquellos que contendieron en su contra en la interna de Morena. En la cima de las encuestas la morenista ve a la oposición pelear.

El pleito campal por el segundo sitio en lugar de una estrategia para recortar la ventaja que lleva Morena puede reeditar elecciones en donde el triunfo de los del partido guinda nunca se vea realmente comprometido.

El siguiente capítulo de esta pugna se dará tanto en el plano local, es decir en Nuevo León, como a nivel nacional.

El Frente asume que padecerá una ofensiva derivada de la alianza formal entre Samuel y Andrés Manuel. El uso y abuso de, por ejemplo, la Fiscalía General de la República en contra de panistas o priistas neoleoneses no están descartados. De ahí que con el mitin buscaran también curarse en salud.

Y a nivel nacional MC insistirá, con o sin Marcelo bajo su logotipo partidista, en que la ciudadanía les dará en 2024 una contundente oportunidad porque en su momento los de Acción Nacional, los del Revolucionario Institucional y los del partido de la Revolución Democrática ya despilfarraron las suyas.

En esa ruta lo único que hoy estorba a Movimiento Ciudadano, paradójicamente, son liderazgos internos que se han manifestado desde Jalisco e incluso desde Monterrey a favor de no ser un factor de división en la campaña en donde Morena pretende un nuevo control absoluto.

El peso de voces como la de Alfaro y Colosio podría devaluarse si Marcelo cumple la profecía de aliarse con Dante. En tal escenario, la duda es si Ebrard y Xóchitl logran pactar que antes que escalar críticas entre sus organizaciones, los ataques sean redirigidos hacia Morena y Sheinbaum.

De no ser así, en el horizonte político asoma un futuro donde las oposiciones protagonizarán una durísima batalla, con un Frente con mucho por perder y un MC empleándose a sabiendas de que, en todo caso, con dividir ganan.


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