Columnas

La lírica mozárabe en la Península Ibérica

  • Por: EUGENIO MILLA
  • 19 ABRIL 2020
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La lírica mozárabe en la Península Ibérica

Foto: carmelourso.wordpress.com

Estimado lector siempre es un gusto volver a conectar contigo en este tu espacio de literatura. Como ya sabemos hoy día atravesamos por una situación nueva para nosotros ya que nunca habíamos vivido algo así. Las pandemias aunque nuevas para nosotros, es decir, si se sabía de su existencia pero en realidad, o al menos yo nunca había experimentado algo así, no son ninguna novedad. Durante la época antigua en Egipto hubo una plaga la cual acabo con mucha gente. Como dato curioso había quienes pintaban las puertas con sangre para así engañar al ángel de la muerte. (Ese es el origen de las lindas puertas rojas que por ahí se ven en alguna que otra casa en cualquier vecindario). O como por ejemplo la famosa peste bubónica que azotó principalmente Europa y exterminó a gran número de la población, todo esto provocado por las pulgas que tenían las ratas en aquel entonces. Pero bien, establecidos en el medievo como vimos la semana pasada con el Cantar de Mío Cid, esta semana hablaremos de los orígenes de la poesía lírica castellana y para esto es de suma importancia que conozcan un poquitín acerca de la historia de España.

Habrán de saber que la península Ibérica, a través de la historia ha sufrido o gozado de innumerables invasiones que la han beneficiado culturalmente, haciendo de esta región del mundo algo sui generis, algo así como un continente en miniatura. Los iberos, los griegos, romanos, cartagineses y los celtas en el norte quienes dieron origen a los gallegos. Los romanos, quizá una de las invasiones más importantes junto con la de los moros y la de los bárbaros germanos donde suevos y visigodos terminaron con el dominio del imperio romano en la península y establecieron la religión católica por mandato del monarca visigodo Recaredo.

Durante 700 años las legiones del Cesar se hallaban asentadas por toda Europa, en este caso en la península. Allí los romanos establecieron muchas ciudades dentro de las cinco provincias que conformaban Hispania, incluyendo Portugal la cual se conocía con el nombre de Lusitania. Las otras cuatro eran Baética (Betis), Cartaginesis (Cartago Nova), Terraconesis (Tarragona) y Gallaecia (Galicia). Los romanos además de la construcción de caminos, puentes y acueductos que hasta hoy día podemos disfrutar, hicieron un aporte vital en la cultura peninsular, y ese fue el lenguaje. Al mezclarse el latín vulgar de las legiones romanas con las lenguas locales se fue dando vida a lenguajes que hoy aún siguen vivos dentro de España como el catalán, el castellano y el gallego que son de origen romance. Dentro de España existe otra lengua que no tiene conexión alguna con el latín pero que ha estado allí y permanecido fuerte en la región de Euskadi (País Vasco). Me refiero al euskera. 

En la otra mano después de las invasiones bárbaras al imperio por toda Europa, en la península llega un invasor final, un invasor que permanecerá allí por ochocientos años. Provenientes del norte de África y con estandarte islámico los almorávides o mejor conocidos como moros llegaron a ocupar casi el 90 por ciento de la península en el año 711 d.C.  y en 716 los caudillos asturleoneses como Don Pelayo comienzan la gesta de la reconquista en Cangas de Oñís dando a la cristiandad la esperanza de recobrar los  reinos de la península. Durante estos ochocientos anos, los árabes hicieron grandes aportes médicos, filosóficos y culturales dentro del territorio, si bien es cierto no eran los únicos ocupantes del territorio que practicaban otra religión, también estaban establecidos los judíos de origen sefardí y ellos también harían gran aporte a nuestra cultura, especialmente en lo económico.

Durante mucho tiempo se sostuvo que la poesía gallega en cualquiera de sus variedades, provenzal o autóctona había sido la manifestación literaria más antigua en lengua castellana, ya que de ella se tiene registro y se conservan importantes cancioneros como el Aujda y las  colecciones Vaticana y Brancuti. Pero se ha demostrado que en la región de Andalucía existieron manifestaciones literarias anteriores al siglo XI.

Según Menéndez Pidal uno de los críticos más relevantes acerca de la filología en lengua castellana que han existido, decía que durante el primer periodo de dominio musulmán en la península muchos cristianos y judíos vivieron bajo la férula de los árabes, especial mente en la región denominada como el Al-andaluz y es  justamente  la cultura dominante la que fue la encargada de distribuir y difundir lo cultural por todo el territorio. Es por esto que dentro de este caudal de conocimientos había unos poemas que dormían en un sueño de siglos. Dichos poemas cultos, especialmente escritos en hebreo y en árabe eran conocidos como"muwashjas" pero las muwashajas contaban con un remate escrito en vulgar, es decir en latino que se le conocía como xarchas o jarchas. Y no eran más que estribillos que hacían dichos poemas populares y que además eran repetidos con frecuencia.

La creación de la muwashaja es atribuida irrefutable mente a Muccádam el Cabrí, poeta invidente originario de una provincia del Califato de Córdoba conocida como la Cabra, Éste fue quien dio la estructura a estos poemas y además fue el primero en emplear el verso corto, a mezclar el árabe con otras lenguas vigentes y a utilizar rimas cambiantes. La jarcha permite numerosas variantes en cuanto a la rima rigiéndose pues en una gran diversidad de esquemas diferentes, es decir la rima de la jarcha no cuenta con un patrón típico y mucho menos definido. 

Como ya vimos la muwashaja si se crearon anteriores a los cancioneros galaicoportugueses que ya habíamos mencionado, pero aquí viene lo que es de llamarse la atención dada la mentalidad musulmana y las costumbres medievales de la época; las jarchas emplean términos árabes pero definitivamente hispanos y esto es debido a que los términos hispanos eran los que se empleaban en la casa y era lo que la mayoría de las mujeres que habitaban la península hablaban. Y dentro de estas pequeñas poesías se emplea siempre una voz femenina de doncella enamorada, lo cual no corresponde al gusto ni la boga de aquellos tiempos, sin embargo para la literatura árabe, el echar mano de la voz femenina siempre resulto ser un buen elemento ya que si recordamos Las mil noches y una noche Sherezade es y será la mejor contadora de historias de todos los tiempos.

Espero que este artículo haya sido de tu agrado  y a continuación te dejo un ejemplo de jarchas para que veas como eran. Podrás encontrar en internet un poco más de información acerca del tema y te invito a que lo hagas y disfrutes de este tema literario.

Ejemplo;

¿Qué haré madre? 

Mi amigo está en la puerta.

¿Qué faré, mamma?

Meu-l-habib est ad´ yans.

Decid vosotras, oh hermanillas.

Garid vos, ay hermanelas.

¿Cómo refrenare mi pesar?

¿Com´contener é meu mali?

Aquí pueden ver como el castellano iba tomando forma en los albores del comienzo de España en su camino como reino unificado e independiente.

Sin más, no me despido y nos vemos sin duda el próximo domingo.

¡Hasta la lectura siempre! 

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