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Juegos infantiles

  • Por: IGNACIO BECERRIL CANDANOZA
  • 05 ENERO 2018
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Juegos infantiles

Hoy quiero invitarlos a hacer conmigo un Viaje al Pasado, para recordar a lo que jugábamos cuando éramos niños, de lo cual me siento muy orgulloso, porque eran tiempos de convivencia, sobre todo de verdadera creatividad, pues hasta nosotros inventábamos el juego con el cual nos entreteníamos. Quizá tú también hayas jugado o escuchado hablar a tus abuelos, padres o tíos sobre algunos de estos juegos. Y sino has escuchado de alguno de estos juegos, pregúntale a tus abuelos, ellos te explicarán mejor, y veras lo mucho que nos divertíamos.

Corrían los años 60´s, cuando jugábamos a tantas cosas entre ellas a los fusilados, a las escondidas, al cinto escondido, el bebeleche, la matatena, la burra entamalada, las cebollitas, el juego de la oca, serpientes y escaleras, nos gustaba mucho jugar a la pirinola o toma todo, incluso jugar a brincar la cuerda, solíamos los amigos jugar a las canicas, con unas canicas a las que les llamábamos de -agua por ser cristalinas- y a las más grandes les decíamos canicones, incluso mis primeras canicas eran de barro.

Era yo muy bueno para bailar el trompo y la mona con la que jugábamos  a los cancos, tanto en la tierra como en el cemento, me gustaba hacerlo girar sobre mi mano y hasta en la uña. Con el balero me gustaba hacer las diferentes capiruchas, y con el yoyo me divertía mucho hacerlo girar contemplando las diferentes piruetas.

Jugamos también al changáis, nosotros mismos los hacíamos de un palo de escoba, cortando un palito grande y uno pequeño, que por cierto que corajes hacia la abuela al encontrar su escoba sin mango.

Con monedas de 20 o 50 centavos jugábamos a mitad de la calle a las águila y en la banqueta a la raya, nadie me podía ganar, bueno, algunas veces ganaba otras veces perdía, pero me divertía mucho.

Otra cosa que disfrutaba mucho era volar el papalote, hacíamos nuestros papalotes, algunas veces usando plástico, periódico, o papel china, engrudo, hilo y carrizos, los elevábamos tan alto dándoles todo el hilo, algunas veces le poníamos en el hilo un trozo de papel con un pequeño orificio y se iba a través del hilo hasta llegar al papalote, decíamos que era un mensaje, llegamos a poner una navaja de dos filos en la cola de trapo para reventar el hilo de otros papalotes, éramos bien traviesos. Cuando se nos hacía tarde o nomás por no perder tiempo en estar enredando el hilo en el bote preferíamos dejarla ir, total, sabíamos cómo hacer otra y cada vez perfeccionábamos la técnica.

Eran tantos juegos con los que nos divertíamos y echábamos a volar nuestra imaginación, además de pasar un rato agradable con nuestros amigos, que me da nostalgia ver que alguno de éstos nadie los recuerda. 

Los niños hoy en día prefieren estar pegados en un aparato electrónico que convivir con sus compañeros de clase o vecinos, algunos valores como el tiempo de calidad, la responsabilidad, la motivación, unidad, tolerancia y respeto hacia los demás se han perdido a causa de que ya no convivimos como antes, la niñera es la Tablet, la computadora o la televisión, ellos son los que ahora cuidan a nuestros hijos, ¿Es posible?

Los juegos de antaño, aparte de que ayudaban nuestro organismo porque nos permitía hacer ejercicio o imaginar, también nos ayudaban en nuestras emociones con los demás es decir psicológicamente, porque actividades como éstas despiertan la confianza, y la sana convivencia.

Hoy quisiera invitarte a rescatar los juegos tradicionales e inculcarles a nuestros hijos los valores que estos aportan.  

Es por eso y más que hoy quise recordar lo que jugábamos cuando éramos niños. ¡Qué tiempos! 

¡Muchas gracias por hacer juntos Un Viaje al Pasado, hasta la próxima!


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