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Ingenioso Hidalgo

  • Por: EUGENIO MILLA
  • 13 JUNIO 2021
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Ingenioso Hidalgo

Escaso y desocupado lector, hoy quiero acercarte a un libro que es el parteaguas no solo de la literatura en lengua castellana, también marca la pauta en la literatura universal. Me refiero a Don Quijote de la Mancha. En sí, al referirnos a esta obra estamos haciendo referencia a dos libros: el Ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha (1605) y El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha (1615).

Antes de entrar de lleno en materia quijotesca es importante hacer un dibujo preciso de cómo es que fue la concepción de esta magnífica obra de la literatura.

Para poder entender es necesario conocer a su creador el gran Miguel de Cervantes Saavedra. Nacido en el seno de una familia humilde, ve la luz en la localidad de Alcalá de Henares provincia de Madrid hacia el año 1547. Hijo de un cirujano barbero, Cervantes crece con ese ejemplo al cual rendirá pleno y merecido tributo dentro de su obra maestra. De hecho, la imagen que todos tenemos de Don Quijote es aquella que surge después del capítulo del Yelmo del Mambrino en el que nuestro caballero despoja a un cirujano dentista de su bacía de azófar y se la coloca en la cabeza. 

Según la leyenda el Yelmo del Mambrino era un artefacto de poder perteneciente a un rey moro y se dice que quien lo portara jamás podría ser herido en batalla. Si piensan en don Quijote, ese raro sombrerito al cual le hace falta un pedazo en la vísera es el mencionado yelmo, pero en realidad es un platillo que se utilizaba para poner agua para la rasura o también servía para colocar los objetos y piezas dentales en caso de que el cirujano tuviera que hacer una extracción.

En su juventud y debido a un problema de tipo legal Cervantes tiene que abandonar España, así que se enlista en la armada y es en esta aventura donde pierde el uso de su mano izquierda. Esta acción le ganó el sobrenombre de "El manco de Lepanto" ya que tuvo el accidente en la batalla naval de Lepanto luchando contra los turcos. 

En su viaje de regreso a España, cae prisionero de unos piratas turcos y pasa cinco años preso en Argel. Pero no todo fue tan malo ya que de esta experiencia logrará escribir El prisionero de Argel.

Ya de regreso, consigue trabajo como administrador de la Armada Invencible pero por el faltante de fondos es encarcelado, y es ahí en prisión donde da rienda suelta a su ingenio y crea la primera parte de Don Quijote de La Mancha, es decir El ingenioso hidalgo. Esta obra se publica en 1605 y al parecer no fue impresa en España, sino que en Flandes ya que el costo era más económico. De esta acción se desprende una de las incógnitas más grandes de la historia de la literatura ¿En dónde quedo el manuscrito original? nadie lo sabe aún pero seguirá siendo un misterio que impregna a la novela de un misticismo especial. 

Una vez publicado el Quijote aparece la segunda parte en la que figura como autor un tal Alonso Fernández de Avellaneda. Este es el segundo gran misterio que rodea a la obra, ya que se cree haya sido publicado por alguno de los enemigos literarios de Cervantes, hay quien piensa que fue obra de Félix Lope de Vega y Carpio.

El Quijote apócrifo, publicado en 1614 en Tarragona, España salió a la luz con la finalidad de perjudicar y ridiculizar a Cervantes. De hecho, y tocante al tema existe una novela policiaca de Alfonso Mateo-Sagasta que trata de este tema que dicho sea de paso se las recomiendo ampliamente. Se titula Ladrones de tinta y es un libro que los llevará por el Madrid del siglo de oro y verán o leerán a muchos de los grandes personajes de la época.

En 1615 y para defenderse de los ataques de Avellaneda, Cervantes escribe la secuela de el Quijote donde no tiene más remedio que acabar con su personaje.

En las próximas ediciones cubriremos los capítulos más importantes de ambos libros para que tengan ustedes una mejor idea de éste si es que se animan a leerlos.

Para concluir con el artículo me despido esperando que tengas una semana muy aprovechada y llena de mucha lectura y descubrimiento. 

Un abrazo Grande. Aprovecha cada día al máximo, "Carpe Diem" y también "Carpe Nocte" ¿por qué no?

¡Hasta la lectura siempre!

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