Columnas

El alcohol nuestro de cada día

  • Por: ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA
  • 28 SEPTIEMBRE 2017
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El alcohol nuestro de cada día

La Historia de mi Vida

Mi nombres es Emiliano y tengo 27 años, soy un joven común y corriente, tengo una familia normal, padres normales, hermanos normales, una esposa normal, un hijo normal y un trabajo normal soy uno más del montón, una persona que a diario se levanta a trabajar para ganarse el pan de cada día con una pequeña diferencia de mucha gente que me rodea. Soy alcohólico. Soy el menor de 5 hijos de una familia de clase media y trabajadora en la que jamás faltó el amor y el respeto. Recuerdo que cuando era niño mi padre que era ferrocarrilero llegaba en las noches siempre con un regalo en las manos para mí, yo lo esperaba ansioso cada noche, podría decir que era para verlo, pero la verdad era por ese regalo nuevo aún en su caja, recuerdo esos colores de esos carritos o pistolas de rayos laser que me traía era algo maravilloso, con el tiempo mi vida siguió su curso, tuve una educación normal, entré a la primaria y después a la secundaria que fue donde hice a mis mejores amigos que hasta la fecha sigo conservando, fue en la secundaria donde por primera vez probé el alcohol y el cigarro, todo comenzó por imitar a los demás amigos que se ponían a fumar debajo de un árbol a la salida de la escuela, al verlos pensaba que se veían con mucho estilo y aparentaban ser mayores a pesar de tener la misma edad que yo, así fue como mi vida empezó a conocer los vicios.

Recuerdo que todos los días saliendo de la secundaria me iba corriendo a ese punto de reunión donde me esperaban mis nuevos amigos con toda clase de cigarros de muchos colores y muchas marcas, era un festín de cigarros porque siempre comprábamos varias cajetillas y las compartíamos, no faltó mucho para que alguien mencionara la idea de comprar unas cervezas e irnos a la casa de una amiga a beberlas ya que su mamá nos daría permiso, era la mamá más buena onda del mundo pensábamos todos. Así pasaron los años y todos fuimos creciendo y nuestro vicio por el alcohol y el cigarro aumentó a tal grado de siempre estar bebiendo cerveza sin importar el día o la ocasión; al entrar al bachilleres mis amistades cambiaron, pero los gustos eran los mismos siempre trataba de hacer amistad con aquellas personas que bebían y gustaban de pasar un rato en algún lugar consumiendo cerveza, y si llegaba a conocer a alguien que no bebiera, no me importaba, yo bebía solo, hasta este punto mi gusto por la cerveza era dentro de lo normal, no llegué a ponerme borracheras grandes donde tuviera lagunas mentales, no, yo jamás sospeché que la enfermedad del alcoholismo acechaba lentamente.

Todos empezamos de poquito en poquito

Al salir del bachilleres entré inmediatamente a la universidad con muy pocos ánimos ya que entré a una carrera que no me gustaba y solo entré para darle gusto a mi mamá, pero desgraciadamente ese gusto no duró mucho ya que a los 2 o 3 meses deserté y seguí mi camino sin mirar atrás, ingresé a otra universidad ahora si con mucho ánimo y claro más ánimos de hacer amigos y buscar fiestas los cuales no tardaron a llegar, y esa misma semana se hizo una fiesta para conocer a los nuevos amigos, ese tipo de fiestas siguieron cada semana durante varios años, fue entonces cuando conocí las lagunas mentales recuerdo que en 2 ocasiones me quedé dormido al volante y desperté de un golpe en la cabeza propinado por un amiga que notó la acción, la cual se repitió unos metros adelante, ya con el segundo golpe reaccioné y desperté con la preocupación de que me pude haber matado en ese momento. Asustado y agradecido con Dios pude llegar a mi hogar, no recuerdo a qué horas, en ese momento mis padres me daban mucha libertad a pesar de que en ocasiones mi carro llegó con leves golpes que se los propinaba yo en estado de ebriedad, mi actitud despreocupada sigue por algunos años más hasta que por culpa de la bebida fui descuidando más y más mis estudios, a tal grado de no aprovechar el tiempo libre que tenía para estudiar y lo usaba para beber, lo cual me ocasionaba reprobar constantemente en mis materias.

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