Columnas - Marcos Amaro Olivares Olvera

El respeto, el valor perdido de la humanidad

  • Por: MARCOS AMARO OLIVARES OLVERA
  • 16 MARZO 2025
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El respeto, el valor perdido de la humanidad

Esta frase la escuchado desde niño, quizás desde mi primer año de primaria, pero nunca como hasta ahora es tan analizada con mayor profundidad. 

El respeto es esencial en nuestra vida, porque nos permite valorar, auténtica y consideradamente, a los demás y a nosotros mismos y, de esta manera, propiciamos el fortalecimiento de las relaciones y concebimos un mundo mejor para nosotros y para con los que nos rodean.Siendo un elemento escencial en nuestras vidas, es trascendental la educación desde los primeros días de nuestra existencia; por lo tanto, entre muchos beneficios que esto conlleva menciono algunos:

Fortalece la autoestima y la confianza en nuestras propias habilidades, lo que permite contar con la capacidad para poner límites y hacer valer nuestros derechos, al mismo tiempo fortalece el vínculo afectivo al interior de la familia y de otros ámbitos sociales.

"El respeto al derecho ajeno es la paz". Benito Juárez  

También, contribuye a crear un clima positivo, favoreciendo la comunicación clara y libre, aceptando normas y reglas, auspiciando la resolución de diferencias y conflictos. Genera mayor comprensión de las cosas y situaciones, refuerza la sensibilidad y visión, multiplica la empatía y tolerancia; así mismo, promueve una mayor conciencia ambiental para no afectar el entorno de los demás y a desarrollar hábitos de vida sostenibles y saludables.

"Las interacciones sociales positivas basadas en el respeto mutuo favorecen la producción de oxitocina, la hormona del bienestar que reduce el stress y origina un estado de calma, confianza y empatía".

Sin embargo, vemos con gran tristeza en casi todos los ámbitos de la vida que la humanidad cada día pierde la esencia del papel fundamental del respeto a nosotros mismos y para con nuestros semejantes, lo que impacta en el resto de los valores humanos y morales, y se vean afectados de manera importante.

Por mencionar algunos cuántos, vemos que el respeto a la patria casi no existe, son otros símbolos, como los tecnológicos, revisten de una importancia mayor para los individuos; el respeto a los mayores es cosa perdida, como así el respeto a la religión de otros en vez de impulsar su distancia y respeto es intolerante. 

El límite a los espacios de otros es invadido constantemente, de igual manera no se respeta nuestro planeta, lo ensuciamos sin importar si afectamos a otros o la misma tierra, no se diga la intolerancia a la diversidad de género, en ambas vías, unos exigen respeto, pero no ofrecen lo mismo que exigen, y los otros no aceptan que así es su naturaleza.

Esto me recuerda a Alain Touraine en su libro de aquel lejano año 2000 que ya mencionaba en su edición del mismo nombre ¿Podremos vivir juntos? 

"¿Como evitar el debilitamiento de las sociedades? Si somos indiferentes a las normas y las pertenencias; el elogio del vacío nos deja sin defensa frente a la violencia, la segregación, el racismo, y nos impide establecer comunicaciones con otros individuos y otras culturas".

"Para saber vivir juntos y seguir al mismo tiempo ser diferentes, respetemos un código de buena conducta, es decir, las reglas del juego social".

Dado lo anterior, concluyo que son escasos los líderes competitivos con verdadera vocación, responsables del dogma que representa el compromiso con la comunidad, protagonistas imprescindibles en el bienestar social. 

En la actualidad es un elemento no tan fácil de practicar en nuestra vida privada y general, pues esto se abreva en la casa, se ratifica en la escuela de valores y se practica en la vida diaria.

Por eso, apelo y promuevo diariamente a fomentar las ideas y circunstancias para la formación de líderes que entiendan que esto no se logra sólo rogando al cielo, es necesario estar capacitándose constantemente y no dejar que el hastío y la procastinación los envuelva y los deje sentados en el sillón de la indiferencia.

Vamos líder, toma tus píldoras de entusiasmo y voluntad y practica el respeto pleno.


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