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El presidente reparte impunidad

Fue una mañanera a la defensiva. El presidente López Obrador, arrinconado por las evidencias, tuvo que salir a justificar la corrupción de su secretario particular, de su fiscal general, de su zar antilavado de dinero y de su nuevo encargado de repartir medicinas.

El presidente que prometió combatir la corrupción tolera todas las corruptelas de su equipo, de su gabinete, de sus familiares. Justifica todo. En vez de deslindar responsabilidades y abrir investigaciones creíbles que tengan consecuencias sobre los malos elementos, se pone a la defensiva y, carente de argumentos, ataca con calumnias a periodistas y medios de comunicación. Incapaz de desmentir videos y documentos, se arropa en el insulto. Apuesta por la impunidad. Busca diluir con mentiras cualquier indignación pública que genere una sistemática acumulación de escándalos propios.

El presidente reparte impunidad

En los últimos días se han acumulado cuatro casos escandalosos.

Jueves. Su secretario particular, Alejandro Esquer, y su oficial mayor, Denis Vasto, aparecen en video como parte de una operación carrusel que maneja dinero en efectivo: entran a una sucursal, se forman, depositan fajos de cash, se vuelven a formar, vuelven a depositar, todo, para evadir las leyes contra la evasión fiscal y el lavado de dinero. La investigación fue de Latinus.

Domingo. En su apetito por militarizar toda la administración pública y encomendar al Ejército su gobierno en lo que él se encarga de la campaña del 2024, el presidente nombró a un general para distribuir las medicinas y tratar de paliar el desabasto. A las denuncias de que el general Jens Pedro Lohmann manejó turbiamente la millonaria licitación de 488 ambulancias para el ISSSTE en su cargo anterior, se sumó que la revista Proceso informó que hace doce años estuvo implicado en la desaparición forzada de tres personas, caso que fue sentenciado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Lunes. El Universal publicó en su primera plana un reportaje que desnuda operaciones irregulares del fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero. Con base en una investigación del propio gobierno (es de la Unidad de Inteligencia Financiera, UIF), se revela que en un solo año Gertz compró 122 vehículos de lujo con un valor superior a los 109 millones de pesos. El festín de transferencias y movimientos multimillonarios despertaron sospechas.

Pero, así como la UIF investigó al titular de la FGR, la FGR investigó al titular de la UIF. Y de acuerdo con Reforma, encontró que con un sueldo de un millón de pesos anuales compró, en tan sólo dos años, propiedades por 40 millones de pesos. Hay una casa que oficialmente vale 24 millones de pesos, pero que por el tamaño y ubicación (Pedregal de San Ángel en la capital del país) parecería que vale mucho más.

Cuatro días, cuatro escándalos. Están implicados funcionarios de primer nivel. Y el presidente, frente a videos y documentos contundentes, tiende un manto de impunidad a los suyos y toma la salida fácil de la injuria contra quienes revelamos sus escándalos. Falsa lucha anticorrupción de un falso demócrata.

SACIAMORBOS

Frente a las calumnias del presidente, la misma respuesta: seguiremos evidenciando su corrupción, al costo que sea.