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El peor estratega

López Obrador es un mal estratega: Empezó el sexenio con mayoría en el Congreso. Logró cambios constitucionales con el voto de la oposición. Hoy, el Congreso es un dique opositor alimentado por el propio presidente. A punta de agravios, insultos y calumnias, logró que sus partidos rivales se unieran para hacerle frente en el Congreso y rechazar su contra-reforma energética.

Tuvo la posibilidad de voltear al PRI de su lado. Optó por insultarlo y amenazarlo hasta que el PRI se hartó y se alineó con la oposición. MC quería jugar a ser la bisagra y no deseaba sumarse a la Alianza Opositora PAN-PRI-PRD. Hoy están más cerca que nunca, y hablando del 2024. El PAN estaba fracturado. El presidente prefirió buscar la aprehensión de Anaya y presionar para que Calderón no tuviera un partido político. Hoy, las facciones panistas se han reconciliado y están aliadas en su contra.

El peor estratega

Tenía a la Suprema Corte en la bolsa. Orilló a un ministro a renunciar y todos se cuadraron. Pero los despreció, los insultó, los presionó a violar la Constitución. Los ministros se le voltearon. Hoy, ni siquiera le son fieles los nominados por él y celebra como triunfos históricos que obtuvo 4 de 11 votos.

Tenía todo para llevar con el INE una relación espléndida. El Instituto había organizado la elección que le dio el triunfo. Hoy hasta los consejeros nominados por Morena han marcado su distancia de los desplantes autoritarios del presidente y el INE se asume contrapeso ante los lances antidemocráticos de AMLO.

Lo mismo con el Tribunal Electoral federal. Lo tenía sometido, dominado. Los magistrados, hartos de la calumnia, optaron por rebelarse y clamar su autonomía. El presidente perdió control de ese órgano.

Los empresarios se cansaron de tenderle la mano y buscar puntos en común. Una y otra vez los despreció e insultó. ¿El resultado? La inversión en el país está estancada y la economía también. Ni más empleos ni mejores salarios.

No se diga Estados Unidos. Se había hecho de la vista gorda hasta que los agravios del obradorato les colmaron la paciencia.

Tenía sometidos a la mayoría de los medios de comunicación. Hoy se asoman críticas donde antes no las había. Rompimientos con sus periodistas afines. Los abusos del poder contra comunicadores en lo personal han desatado solidaridades antes impensables y el gremio se ha unido para exigir un alto a los asesinatos de colegas.

Hace dos años, la conversación era si López Obrador se iba a reelegir. Hoy la conversación es que ya perdió control de su sucesión.

Me recuerda lo que se ha dicho del dictador Vladimir Putin tras su invasión a Ucrania: es tan mal estratega que juntó a los países de Europa que estaban peleados, unió a republicanos y demócratas americanos que se odiaban, fortaleció a la OTAN que ya no servía para nada, reforzó el liderazgo mundial de su archirrival Estados Unidos, quedó aislado política y financieramente, y generó en Rusia una crisis económica mayúscula. Eso sí: Putin presume que su popularidad aumentó a 82%.

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