EL OFICIO DE SER PADRE
La figura de la madre ha sido tema de inspiración para pintores, escritores y poetas, pero la figura paterna no, siempre es relegada. Los hombres no tienen la capacidad biológica de sentir en carne propia como se va desarrollando su hijo, deben esperar hasta que nazca para tenerlo entre sus brazos.
La primera reacción del padre al ver a su recién nacido es de sorpresa, es una mezcla de admiración y pasmo. Tal vez se admira de sí mismo, o tal vez admira su capacidad de procrear y continuar su especie. Ve realizado el instinto de conservación.
Pero ser padre va mucho más allá que procrear, lleva implícita la responsabilidad del deber, de cuidad de ese nuevo ser que necesita amparo, protección y vigilancia, mientras no pueda valerse por si mismo.
La industria de cómo criar un niño es millonaria, se alimenta de la ansiedad que sienten los padres al traer un nuevo ser al mundo, y el interés que tienen en hacer lo que es correcto para la criatura. Los padres deben estar atentos para descubrir lo que funciona o no en la crianza de sus hijos, y tratar de actuar a tiempo, ya sea buscando ayuda especializada o redoblando esfuerzos con quien lo necesite, tienen que entender que los hijos no son de un material moldeable como el barro, y que no pueden hacer completamente a sus hijos de acuerdo a sus deseos.
Los psicólogos explican que la figura del padre va cambiando según la etapa del desarrollo del hijo, para un niño de cuatro a ocho años el padre lo sabe todo, los diez piensan que su padre sabe algunas cosas, luego cuando alcanzan la la adolescencia el padre no tiene ni idea de las cosas.
Los padres deben hacer autocrítica y ver realmente como actúan frente a sus hijos, pues aunque haya presencia física del progenitor en casa, eso no basta si actúa como un padre figurativo, aquel que busca cualquier actividad para refugiarse antes de buscar la convivencia con sus hijos ; o bien es de aquellos padres que pasan el tiempo conectados a su trabajo, al teléfono o la computadora, restando importancia a la convivencia con sus vástagos.
Si como padre es estricto, autoritario o intransigente, la tendencia de los hijos será ocultarle cosas al padre para evitar recibir un castigo, pero si por el contrario es uno de esos permisivos o padre ´mensajero´ que para todo los manda con la mamá entonces los hijos no tendrán la guía adecuada para ser mejores y saber cómo comportarse.
Aunque el instinto natural de unos padres protectores es evitar que sus hijos sufran evitándoles desilusiones o tratando de resolverles todo, los especialistas reconocen que es necesario dejar a los hijos, de acuerdo a su edad, resolver sus propios problemas para que aprendan de sus experiencias aunque estas no sean las mejores.
Los psicólogos, especialistas en desarrollo infantil tratan de explicar a los padres que el comportamiento de los niños es un reflejo de sus acciones, y que estos solo aprenderán de sus propios errores y las posteriores consecuencias.
Aceptar lo que Dios les ha mandado y comprometerse a hacer lo mejor posible por educarlos y sacarlos adelante con amor, es todo lo que unos buenos padres pueden hacer.
Vive un día a la vez! ... ignite the moment!...Y recuerda que Dios te ama y yo también.
Monseñor Juan Nicolau, Ph.D. STL, sacerdote jubilado de la Diócesis de Brownsville. Es psicoterapeuta familiar y consejero profesional con licencias.
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