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¿Dónde están las cuotas escolares…?

  • Por: CLEMENTE ZAPATA
  • 09 SEPTIEMBRE 2021
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¿Dónde están las cuotas escolares…?

En marzo del 2020, en Tamaulipas, se decretó que no se regresaría a las clases presenciales, debido a la pandemia del SARS-CoV-2, conocido mejor como coronavirus o Covid-19.

Todos los alumnos en la entidad dejaron las aulas escolares, las actividades deportivas, recreativas, las reuniones sociales y fueron conminados a quedarse en casa.

El “home-office”, por pocos practicado en la entidad, creció de forma exponencial para evitar los contagios del coronavirus que para marzo del 2020 se dejaban ver las primeras decenas de casos.

No había vacunas y apenas iniciaban las primeras investigaciones para un inmunizador. La curva de contagios iba hacia arriba y los hospitales empezaban a llenarse de pacientes que necesitaban oxígeno y/o intubación.

Todo este escenario nos trastocó la vida. La modificó. Nos llenó de miedo, incertidumbre; pero también de incredulidad, a pesar que de forma diaria y por centenas la población en México se contagió y también moría…

Para marzo del 2020, todas las escuelas de Tamaulipas habían cobrado ya las cuotas escolares del ciclo 2019-2020, incluido las inscripciones para los de nuevo ingreso, del ciclo escolar 2020-2021, que se dio en febrero, es decir un mes antes.

En México se inauguraron las clases en línea, Tamaulipas no fue la excepción y aunque no todos pudieron tomar sus clases, por falta de conectividad, dispositivos o recursos económicos, una nueva modalidad escolar iniciaba.

Aunque para el ciclo 2020-2021 no todos los padres de familia pudieron pagar sus cuotas, las exigencias de la mayoría de los directores de preescolar, primaria, secundaria y bachillerato, a través de la Mesa Directiva de la Sociedad de Padres de Familia nunca se cesó; por el contrario, las amenazas para que pagaran estuvieron presentes.

Para este ciclo escolar, el 2021-2022, sucedió lo mismo: “pague o no inscriba a su hijo o hijos”, fue la sentencia. Se podía olvidar cualquier documento, menos el recibo de pago hecho por transferencia o depósito en efectivo; hasta esas llegamos.

Para el periodo de inscripción para los de nuevo ingreso en febrero de este año y para el resto de los grados, en el mes de julio, fue lo mismo a pesar de que no se sabía si las clases serían en línea o presenciales.

Con el regreso a las clases presenciales el 30 de agosto reciente, se comprobó algo que todo el mundo sospechaba: las cuotas escolares no se emplean en beneficio del plantel, al menos no de todos los planteles tamaulipecos pues hay excepciones aunque pocas.

Son cientos las escuelas que lucen abandonadas en la geografía estatal y, sospechosamente, los padres de familia de esos planteles aseguran que año con año la cuota escolar la pagaron a pesar de que no había clases presenciales.

Algunos alcaldes tamaulipecos apoyaron en la limpieza de las escuelas para el reciente ciclo. Las desmontaron, las barrieron, las trapearon y hasta les hicieron reparaciones, por lo que la escuela no gastó ni un peso.

La propia Secretaría de Educación de Tamaulipas reconoció un ahorro de 150 millones de pesos al no cubrir gastos de agua y luz de los planteles; “dinero que se empleó en compra de útiles escolares, mochilas, uniformes y zapatos para este ciclo escolar”, así dijo MAGDALENA MORENO ORTIZ.

En Tampico y Ciudad Madero, a pesar de que no hay clases presenciales, algunas escuelas se vieron beneficiadas con programas de limpieza.

Precisamente allí, en la zona sur, en el municipio de Altamira, la agrupación “Gestores Productivos Comunitarios” comandada por el luchador social, FREDY ANTONIO TORRES MAR, exigía a los directores que regresaran las cuotas escolares.

Lo hacía bajo el argumento de que las escuelas, al menos en Altamira, lucían completamente abandonadas y, además, no había clases presenciales; la pregunta que todos nos hacemos: ¿en qué se gastan las cuotas?

Es una realidad que muchos jefes de familia (padre, madre o ambos) batallan para completar el gasto, independientemente de la pandemia y la crisis económica que se vive, de manera que exigirles una cuota, que es evidente no se emplea en la escuela, es algo criminal.

¿A dónde van a parar las cuotas escolares…? ¿Qué medidas ha adoptado la subsecretaria de Educación Básica, MAGDALENA MORENO ORTIZ para dar certidumbre de que hay buen manejo de este recurso…? Son incógnitas que a pesar del tiempo no han sido subsanadas…

Del ciclo escolar 2019-2020 hubo remanentes de las cuotas escolares, pues se cancelaron las clases presenciales en marzo del 2020, ¿dónde quedaron…?

En el ciclo escolar 2020-2021, las clases fueron presenciales y a pesar de ello las exigencias de las cuotas escolares fue la misma tónica, aunque algunos padres de familia (pocos), se negaron a pagarlas.

En este ciclo 2021-2022, que ha sido tipo “híbrido”, pues de acuerdo al semáforo epidemiológico no todas las escuelas de Tamaulipas pueden regresar a presenciales, la exigencia de las cuotas escolares no se frenó.

Desde la pandemia, de aquel marzo del 2020, los recursos de las cuotas escolares suman tres ciclos en forma consecutiva. En multiplicaciones y sumas hipotéticas, es decir un universo de 500 alumnos, con una cuota mínima de mil pesos por inscripción y multiplicado por tres años, cualquiera sabrá lo jugosas que son las cuotas escolares para quienes las manejan, en una época sin clases presenciales.

Hay planteles en Tamaulipas que tienen casi dos mil alumnos sumados los dos turnos y cobraron mil 750 pesos de inscripción, disfrazada de cuota escolar… saque las suma y por tres ciclos escolares… Ufff, jugosísimo…

¿En dónde están esas cuotas…? ¿Por qué la educación pública, templo del conocimiento y donde se enseña cívica, es demasiado opaca en el tema de las cuotas escolares…? ¿Aguantarán una auditoría…? Pendientes…

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