Columnas >
¿Doble discurso?, hipocresía a secas
En las profundidades de un bosque resonaba el rugido de la injusticia. Un lobo, coronado como rey entre sus pares, pretendía instaurar un reinado de equidad y orden. Su decreto era claro: todo lo cazado debía repartirse equitativamente, una medida destinada a aplacar los rugidos del hambre y evitar el caniba-
lismo en tiempos de penuria.
Pero entre la maleza, oculto a la vista, pero no al oído, un asno observaba con ojos avizores. La ley del lobo resonaba como un eco hueco en sus oídos, pues había descubierto la hipocresía del monarca de los lobos. El rey escondía en su guarida el fruto de su caza, ignorando la ley que él mismo había promulgado.
Con voz cargada de sarcasmo y atestando golpes con verdades incomodas, el asno lo confrontó. «¿No deberías tú también compartir tu presa?», clamó con un atisbo de indignación. La mirada del lobo, sorprendida y avergonzada, reflejaba el peso de su propia hipocresía.
Con el corazón apesadumbrado, el lobo tuvo que admitir su falta de nobleza y honor. No estaba dispuesto a cumplir con la ley que exigía a otros seguir. En un acto de humildad forzada, el lobo rey revocó su decreto, dando fin a su breve reinado de justicia fingida.
Este es un claro ejemplo del doble discurso, ese que por años ha estado estrechamente relacionado a la política, y su uso se traduce en la principal trampa en la que cae la gran mayoría de los ciudadanos. Una definición de este es una que encontré navegando y es la que explica que el doble discurso es el uso deliberado de un lenguaje que busca velar, enmascarar, tergiversar o invertir el significado de las palabras. Para mí es hipocresía a secas.
Lo vemos en todos lados, en todos los partidos y creo yo que quienes lo usan se sienten superiores. Olvidan que la gente tiene memoria, que las personas no hacen el mínimo esfuerzo de buscar, piensan que a quienes se dirigen son tontos, bobos e ignorantes, si no ¿cómo explicas que usen esa hipocresía llamada doble discurso?
Vamos a revisar casos específicos recientes: Los panistas lucrando con la muerte de Noé Ramos y Carlos Peña hablando de justicia.
Por un lado vemos a destacadas figuras del panismo tamaulipeco haciéndose bolas con el tema de su compañero asesinado. Cuando ellos eran gobierno gritaban a los cuatro vientos que no se usaran los temas de seguridad como un arma política, que había que cerrar filas y ser prudentes, que no se podía jugar "con el dolor de los tamaulipecos".
Al paso del tiempo dejaron de ser gobierno y antes de enfriarse el cuerpo de su correligionario, inundaron las redes, los medios y proliferaron las entrevistas culpando al estado de omisión.
Por un lado actúan como verdaderos santos, los cuales no solo merecen veladoras y cirios, merecen rosarios enteros. Y por el otro lado, actúan como hienas, vociferando mentiras que terminaron explotándoles en las manos.
El caso de Carlos Peña de Reynosa, es similar, el doble discurso que maneja no se sabe si es producto de actuar con el estómago o realmente obedece a una estrategia.
En una declaración a los medios de comunicación, molesto comentó: "en Tamaulipas presentar una denuncia y nada, es lo mismo". Bueno por un lado se queja de la justicia, pero por otro lado, en más de dos años no ha acudido a su cita con un juez que lo requiere.
Así nada más, no ha ido. No ha podido demostrar su inocencia, la cual por cierto presume mucho, pero sigue sin ir a su cita.
El doble discurso existe en los dos bandos, en el bando del partido oficial, como en el lado de la oposición. La gente no solo debe identificarlo, debe de no caer en estos juegos, que en nada abonan a nuestra democracia.
Reenviado
No hay poderes transexenales. Las estrellas de hoy serán desplazadas por aquellas que hoy brillan discretas. Creer que los que hoy mandando lo seguirán haciendo mañana, están en un error.