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Día del Libro
Desde 1995 la UNESCO (la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) aprobó que el día 23 de abril se celebrara el día internacional del libro, fecha en razón del fallecimiento de los escritores Miguel de Cervantes autor del “Quijote”, de William Shakespeare autor de “Romeo y Julieta” y de Inca Garcilazo de la Vega escritor peruano autor del libro “Comentarios Reales” que fallecieron en el año de 1616.
Aunque hay sus inexactitudes en esta fecha porque Cervantes murió el 22 de abril pero fue sepultado el 23 y Shakespeare nació el 23 de abril del calendario Juliano que corresponde al 3 de Mayo del calendario gregoriano que es el que usamos actualmente, sin embargo la fecha del 23 de abril ya es un evento oficial que se celebra en más de 100 países en el mundo.
Si en algún tema estamos de acuerdo todos los mexicanos y el resto de la humanidad es que la lectura es el vehículo principal para tener una mejor educación y por ende un desarrollo personal mayor. El problema radica que aun cuando esta premisa sea aceptada universalmente los resultados de lectura de libros por año por habitante siguen siendo muy bajos sobretodo en América Latina. En México según datos del último censo del INEGI leemos un promedio de 3.8 libros al año, cifra que ha aumentado ya que en el 2006 estábamos en 2.6 y en 2012 en 2.9 libros al año, sin embargo sigue siendo un poco baja con respecto a otros países como Chile que tiene un promedio de 5.4 libros, Argentina de 4.6, Colombia 4.1 y Brasil de 4 libros al año.
Sin embargo si revisamos el número de libros que leen los países de Europa y Asia tenemos ejemplos a seguir como en Finlandia que leen 47 libros al año en promedio o Islandia 40 o Alemania con 38, India con 37, Polonia con 35, es decir la diferencia con nuestro continente es de más de 8 a 1, que se ve reflejado en los niveles culturales, de desarrollo económico, en las oportunidades de empleo, el crecimiento de los indicadores sociales, como la salud y la educación entre otros.
Regresando a los esfuerzos que debemos de seguir haciendo los mexicanos para incrementar los niveles de lectura, es importante destacar que desde el año de 1980 celebramos el “Día Nacional del Libro” cada 12 de Noviembre como un homenaje por el nacimiento de la escritora y poetiza Sor Juana Inés de la Cruz en 1651. Esta celebración nos ha permitido difundir más el libro como un instrumento de transmisión cultural de generaciones para el desarrollo de la sociedad.
Todos sabemos que la lectura no sólo proporciona información sobre diversos temas sino que crea hábitos de reflexión, análisis, concentración, de argumentación que van haciendo que se incremente el léxico en las personas, que tendrán una conversación más fluida y profunda, además de que podrán escribir con claridad evitando errores de ortografía y sintaxis. También podrán conocer otras latitudes de nuestro planeta sin necesidad de viajar y podrán saber temas y datos de otras épocas que sería imposible saber sino es a través de la lectura.
El hábito de leer te abre una serie de posibilidades de desarrollo ya que te hace una persona serena y disciplinada. No hay forma de sentarse a leer un libro sino tienes la paciencia de estar más de una hora concentrado y en silencio leyendo. Muchas veces la gente le rehúye a la lectura argumentando que no se le hace interesante leer porque se aburren, les da sueño o no les atrae lo suficiente los libros. Quizá ello se deba a que no encontraron la lectura correcta a su intereses o a la poca valoración que le dan a aprender una historia nueva que requiere atención total.
Está comprobado que los lectores frecuentes van incrementando tanto su velocidad de lectura como la variedad de temas que leen. De igual manera su “memoria de largo plazo” se incrementa considerablemente y sus conversaciones son más fluidas y profundas que antes de que iniciaran a leer.
En una familia donde los padres leen lo más probable es que los hijos también lo hagan por imitación y por ser un tema de conversación cotidiana. Por ello la importancia de que los padres retomemos esta práctica tan enriquecedora.
Si queremos lograr ser un país verdaderamente competitivo, cerrar la brecha de la desigualdad que tenemos, aumentar nuestros niveles educativos la fórmula más sencilla y económica es trabajando en equipo, con conocimientos básicos, con valores, con principios cívicos y con amor a la patria. Y la forma de adquirir estos conocimientos, actitudes y destrezas se encuentra en la lectura, en la historia de nuestro país que está en los libros y en las nuevas tecnologías que ya están documentadas y al alcance de todos.
Ojalá que todos hagamos conciencia que la mejor manera de ser mejores personas es teniendo más y mejor información y formación que nos permita incrementar nuestros niveles de desempeño profesional y familiar en bien de la sociedad en donde nos desarrollamos.¡Feliz día del libro!
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