Columnas >
Cuando la culpa no es del indio...
Cuando la culpa no es del indio, sino del que lo hace compadre y cansados de que se echen la pelotita los del PAN con los del PRI y los de MORENA con los del PAN y así sucesivamente, nosotros los ciudadanos de a pie solo queremos que se nos dé la seguridad que tanto ansiamos.
Los tiempos violentos que vivimos hoy en día no son más que el resultado de sexenios y hasta de varias décadas de corrupción, no solo de gobiernos priistas, sino de gobiernos panistas y hoy en día de los morenistas.
Con cada cambio de gobierno se registran tiempos violentos, no solo en nuestra ciudad, sino también en la entidad, no sin dejar de señalar también a nivel federal; habría que recordar el inicio de Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y hasta del mismo Andrés Manuel López Obrador.
Pero enfocándonos en Tamaulipas, todavía recuerdo como si hubiera sido ayer cuando en el 2016 tras la llegada de Francisco García Cabeza de Vaca, los primeros meses de su sexenio, el ahora exgobernador señaló directamente a los gobiernos priistas de la violencia que se vivía en la entidad.
Aún vívidas en mi mente están aquellas imágenes en las que Maki Esther Domínguez señalaba en la entrada a la colonia Bugambilias que acabarían con la inseguridad; ¡Esta ciudad está imposible, si te gusta como está, si te gustan las balaceras y el peligro en el que vivimos en que nos tienen nuestras autoridades vota por lo mismo, si no tienes otra opción!
Pero en fin esa esa es otra historia diría el abuelo, lo que sí no es menos cierto, es que de nueva cuenta la historia se repite y como si hubiera sido ayer, la mayoría de los alcaldes, diputados y senadores también respaldaban las acciones que se tomaban, lo que también es cierto, es que Tamaulipas aún no se reponía de las matanzas de San Fernando y de la guerra encarnizada que se había vivido en el estado y que inclusive llevó a la desaparición de las policías municipales en toda la entidad, debido al grado de corrupción que existía.
Quién soy yo para poder señalar lo mal que gobiernan, gobernaron o inclusive gobernarán, lo que sí es de señalar es que no solo los ciudadanos de Nuevo Laredo, Matamoros, Reynosa o cualquier otra ciudad de Tamaulipas pedimos a los gobernantes, que es lo más sagrado que tenemos, nuestro derecho a una vida digna, segura, pero sobre todo libre de violencia.
A nuestros diputados locales, que se dejen de protagonizar actos bochornosos y que se dediquen a legislar, pero sobre todo en materia de seguridad que está tan vejada y que si las penas por cometer delitos son tan benévolas hoy con el Nuevo Sistema Penal Acusatorio, que busquen penas más severas para intentar disuadir al delincuente a cometerlas.
Y a nuestros legisladores federales, que busquen más recursos tanto en la Cámara de Diputados y en la de Senadores, más y mejores recursos para la capacitación y modernización de la Seguridad Pública, impartición y procuración de la justicia.
Aún recuerdo que fue inaugurada con bongos y platillos la Universidad Policial en la capital del estado, en la que según, se tendría en Tamaulipas policías mejor capacitados y con mejores salarios, los cuales aún seguimos esperando.
Lo que sí es de señalar, es el daño social que se ha generado, la narcocultura que se vive, como hoy los que serán el futuro de Tamaulipas sueñan con ser buchones y como la industria poco a poco ha ido perdiendo importancia, la que por décadas fue uno de los principales atractivos para venir a vivir y establecerse en Reynosa, en Matamoros, Nuevo Laredo, entre otras.
No importa quien este en el poder, ya sea en la Presidencia Municipal, en la Gubernatura, o en la Cámara de Diputados Local o Federal y en la Cámara de Senadores lo que en verdad queremos es que se pongan a trabajar y que nos den lo que en verdad merecemos.
Todavía recuerdo cuando podías ir a una de las tantas discos que había en la zona rosa, o en la zona dorada, como Barrio Antiguo, Yes, Kalipso, Sargent Peper, además de otras más antiguas como La Concha, Fiesta Mexicana, Lambada, Zodiac y poder regresarte en horas de la madrugada; en las que ibas a divertirte a una de las plazas, como la de "Los enamorados", la Treviño Zapata, la de La Juárez, o hasta la misma Plaza Principal hasta en horas de la madrugada, o ya si eras más alocado al famoso rol.
Qué tiempos aquellos, los cuales ya no volverán, acordarte de las peseras, de los urbanos, inclusive de esperar para ir a la feria para comprarle a los merolicos los paquetes de platos, vasos y cobijas; y en los que hasta los policías todavía eran vistos con buenos ojos.
Solo queda la añoranza de buenos presidentes municipales, aquel que le decía a las jefas de colonia que tenían las patas chorreadas, en las que solo bastaba que fueran a pedir los apoyos para los más necesitados, ya solo el recuerdo queda de aquella Reynosa, en la que cientos de migrantes de San Luis, Veracruz y otros estados venían a trabajar a la Zenith, Componentes o la Rey-Mex.