Buscando unicornios, Yetis o a Pie Grande

A finales del mes pasado, Delia Quiroga, fundadora del colectivo "10 de marzo", subió un video en el que pide una tregua a los cárteles de la droga, que les permita a las familias no vivir en medio de la violencia. Se trata de llegar a un acuerdo que les permita circular con seguridad para buscar a sus hijos y familiares desaparecidos, ya que, en varias ocasiones, estas heroínas conocidas como "las madres buscadoras" han sido amenazadas, agredidas e inclusive, asesinadas. 

Al poco tiempo de haberse dado a conocer este video, líderes de colectivos de buscadoras de todo el país sostuvieron una reunión para solicitar a los cárteles un pacto social que les permita a las activistas buscar a sus desaparecidos sin que se ejerza violencia en su contra. Así lo informó a través de un video Cecilia Flores, líder de las Madres Buscadoras de Sonora, en donde pidió al presidente hacer una tregua con los grupos de la delincuencia organizada. 

Buscando unicornios, Yetis o a Pie Grande

López Obrador manifestó su apoyo al pacto de paz propuesto por la Sra. Quiroga para que se erradique la desaparición forzada de personas: "Yo estoy de acuerdo, ojalá y se lograra la paz, eso es lo que deseamos todos, que no haya homicidios... Si hay una iniciativa de ese tipo, claro que le apoyamos", dijo el presidente. 

Ante la pregunta de un reportero: "¿Un pacto con los grupos del crimen organizado?", el mandatario contestó: "Que no actúen con violencia, claro que sí, si ese es el planteamiento, a que no actúen de manera violenta". 

Pedirle al crimen organizado que no use la violencia para llevar a cabo sus negocios, sería el equivalente de esperar que el sol no ilumine o que el agua no moje. La violencia es inherente en la operación cotidiana del mundo criminal. El gran problema es que el Estado falló (desde hace casi dos décadas) en limitarla, controlarla y regularla, ya que resulta imposible eliminarla. 

Ahora, en un video que se difundió el viernes, nueve sujetos con chalecos en los que se leen las iniciales CDN (en referencia al cártel del Noreste), leyeron un mensaje: "Esta organización da respuesta a su llamada de tregua (del presidente mexicano) y se une a la misma. De ningún motivo significa debilidad, sino que busca la paz y el bienestar de México".  

Con este comunicado, el presunto integrante del CDN da el visto bueno a la petición de los colectivos que pedían a los líderes criminales una tregua de paz para buscar a sus desaparecidos. 

La historia contemporánea nos dice que organizaciones criminales con un poderío digno de retar al Estado han existido desde hace mucho en distintos países. El cúmulo de la experiencia internacional nos dicta que ninguna mafia ha sido controlada (ya no digamos sometida o extinguida) mediante algún tipo de pacto para la paz. Casos exitosos como los de Italia o Estados Unidos (e inclusive los nuestros en México) en dónde se logró detener la violencia criminal fueron producto de un Estado fuerte con ley en mano y mucha voluntad para el combate frontal contra las organizaciones generadoras de violencia. 

Pensar que un cártel pueda ejercer sus actividades criminales de forma relativamente pacífica y sin violencia homicida, es el equivalente a creer en la existencia de unicornios, Pie Grande o el Yeti.  

Y no digo esto por la petición de las heroicas madres buscadoras (ellas buscan lograr el cese de agresiones en su contra a toda costa) lo digo por parte del Estado.

Twitter: @CarlosSeoaneN