Columnas

ARTE DE HACERLE FRENTE AL DOLOR

  • Por: MSGR. JUAN NICOLAU
  • 17 NOVIEMBRE 2020
  • COMPARTIR
ARTE DE HACERLE FRENTE AL DOLOR

La vida es un regalo que debemos recibir humildemente porque la vida ofrece la oportunidad de alcanzar la felicidad duradera. En este camino sin embargo, enfrentamos dolor. Todos sufrimos, ya sea por una o por otra razón. Sin embargo, el problema radica en saber cómo manejar el dolor o qué actitud debemos asumir frente a lo que nos causa dolor.

¿Revelamos nuestro verdadero yo, nos desesperamos, nos resignamos o qué hacemos? Hay un arte en el dolor. A lo largo de la historia, algunos han dominado el arte del sufrimiento. Aprendamos un poco sobre esta habilidad, al menos superficialmente.

Las pasiones rebeldes casi siempre conducen al pecado. El pecado es la fuente ilimitada de dolor en la tierra. No es raro encontrar en la raíz de cualquier sufrimiento una deficiencia moral, ya sea de la víctima o del torturador. Tomemos como ejemplo a un hombre que quedará incapacitado de por vida porque fue atropellado por un conductor ebrio. Un joven está enojado con el mundo y saca a la sociedad sus frustraciones por el adulterio de su madre. Una empleada sufre en el trabajo porque una compañera de trabajo robó de la caja registradora, pero ella carga con la culpa. En resumen, el pecado es un dolor que nosotros mismos nos infringimos o es dirigido a nosotros por otra persona. Cuando cometemos un pecado, no nos damos cuenta de a quién podemos lastimar en el camino.

Los técnicos más sublimes del dolor han sido los estoicos y los cristianos. La filosofía estoica, que en parte fue incorporado al cristianismo, tenía como

su fundador en la época romana se llamaba Zenón de Citia, quien repentinamente perdió toda su fortuna en un naufragio. Aprendió un camino para su desgracia de no causar más daño. El estoicismo busca la felicidad.

Esta filosofía favorece el dominio de las pasiones que tanto mal traen y pretende ahogar los necios deseos que hacen realidad. Porque si lo que se desea no se puede alcanzar, es causa de dolor, y si se logra, conduce a otro deseo: una nueva cadena de deseos caprichosos que torturan y esclavizan al buscador. Es mejor ejercer el control sobre la fuente de donde fluyen estos deseos: la pasión.

Los estoicos también obtuvieron algo admirable a través de su filosofía: la independencia de los acontecimientos externos. "No dejes que los objetos tengan poder sobre ti", aconseja Epicteto. No te ofendas por el que te hace daño, más bien por la opinión que se ha formado a causa de ese delito. 

En resumen, para que algo nos haga daño, primero debemos darle permiso para hacerlo. El sabio desprecio por las cosas externas nace del amor por la vida interior. Ni los santos ni los sabios se ven afectados por los acontecimientos buenos o malos, porque constantemente están reflexionando sobre pensamientos e ideales más nobles. Podemos lograr algo de esta filosofía liberadora si nos enfocamos en el estudio, en la observancia religiosa, en el arte de enfrentar el dolor. En la medida en que nos dediquemos a estas búsquedas, nos liberaremos de los eventos externos. 

El significado supremo del dolor es redención. En el paraíso, la rebelión de los ángeles contra el Creador resultó en un desorden que afecta no solo a la humanidad, sino a todo el universo. El cosmos está sintonizado al revés, como un pueblo trastornado cuando el jefe pierde la cordura. Es necesario recoger todas las cosas y devolverlas a su lugar apropiado. Todo está mal. Nuestras lágrimas redimen el universo. 

Nuestra propia muerte, el máximo dolor que jamás experimentaremos, puede ser aceptada y ofrecida este día para que ya no sea un mal, tendrá sentido: abandonaremos esta vida por la redención del universo, para que todo puede resucitar de nuevo, purificado.

¡Vive un día a la vez! ... ignite the moment!...Y recuerda que Dios te ama y yo también.

Mons. Juan Nicolau, Ph.D. STL, sacerdote jubilado de la Diócesis de Brownsville. Es psicoterapeuta familiar y consejero profesional con licencias.

Continúa leyendo otros autores

DEJA TU COMENTARIO