Columnas

Alcoholismo, la enfermedad del miedo

  • Por: ALEJANDRO S
  • 04 JUNIO 2015
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La mayoría de enfermos alcohólicos, por lo regular si no es que siempre, venimos de familias disfuncionales, donde carecimos de algo o nos fue dado de una forma torcida, venimos golpeados desde la etapa más frágil de nuestra vida  ¡LA NIÑEZ¡, por golpes físicos,  emocionales y espirituales, y es precisamente dentro de la familia donde inicia nuestro primer aprendizaje con nuestra madre o nuestro padre, desde los insultos hasta golpes físicos (eres un pend…, no sirves para nada, si fueras como fulanito, desde alzarnos la voz, hasta castigarnos con su silencio, algunos casos graves, prohibirles la comida o utilizar métodos de tortura) varas, reatas, chanclas, palos, cables; en ocasiones tocamientos o abuso sexual por familiares o vecinos.

Todo esto provoca o desencadena dolor, miedo, resentimiento, frustración, impotencia.

 Desde la niñez fuimos hiperactivos.Todo esto se va arrastrando hasta la etapa madura que en el futuro crea individuos neuróticos, inseguros, narcisistas, esquizofrénicos, paranoides, llenos de conmiseración, de ira, insatisfechos sexuales, insatisfacción existencial.

Al conocer al alcohol u otras drogas o a través de conductas torcidas o deformes encontró y busco paraísos artificiales, que momentáneamente llenaron ese vacío existencial pero dado a su organismo llego el momento que lo dañaron en todos los aspectos, pero claro dentro de su consumo también hubo conductas torcidas o hábitos que si bien no conocía, los practicó consciente o inconscientemente, es por eso que se deja de beber y ante la ausencia de alcohol, EL MIEDO hace presa fácil al alcohólico, ya no existe el brebaje que lo desinhibía o lo justificaba de sus actos, todo esto junto con las conductas que se vienen arrastrando, inexplicablemente todo aquello que le causa un placer deformado y enfermizo, vuelve a manifestarse y justificarse, lo primero es la promiscuidad sexual, esto a la larga provoca sufrimiento y ansiedad, es decir su falta de aceptación a la realidad, su falta de espiritualidad, su inconsciencia, lo vuelven presa fácil de conductas deformes.

Cuando estas conductas se hacen insoportables sus miedos crecen primeramente…..MIEDO A VIVIR (no se puede vivir así), MIEDO A LA PRÁCTICA DEL PROGRAMA (prejuicios y justificaciones), MIEDO A QUE LO DESCUBRAN (esposa, los compañeros del grupo, la familia), MIEDO AL QUE DIRAN (vergüenza y miedo que lo han acompañado siempre), quizá este individuo esté cumpliendo con el requisito de si faltas a tus juntas no preguntes por qué recaes”, pero en la situación anterior solo ha parado de beber y creo que hasta aquí sólo ha llegado al clímax de la enfermedad, donde no se concibe la vida sin alcohol, con grupo o sin él, con o sin padrino  es aquí donde se tiene que decidir qué hacer, cambiar de juicios y actitudes y prestar atención al aspecto espiritual o VOLVER A BEBER, porque hasta aquí, ¡muerte espiritual! ya existe, el vacío existencial es enorme y los problemas internos (emocionales, miedo, remordimiento, desesperación, frustración, ansiedad, lastima de sí mismo etc.). PROBLEMAS EXTERNOS: (compañeros de grupo, hogar y trabajo, están a la orden del día).

Primeramente tenemos que entender y comprender que estamos muy enfermos,  que uno de nuestros enemigos más grandes es el resentimiento que de aquí surgen la ira, odio, rencor y muchas formas de enfermedad espiritual, solo un poder superior a nosotros puede ayudarnos y que cada individuo dentro de la agrupación tiene la libertad  de concebirlo, como él quiere llamarle BUDA, CRISTO, JEHOVA, YAVHE, MAHOMA etc., sabemos de antemano que si saneamos el aspecto espiritual, la paz y la tranquilidad se hará manifiesta. , nos compondremos mental y físicamente. 

Dada que nuestra  enfermedad es miedo total y nuestra programa es cien por ciento espiritual, entenderemos que la espiritualidad es la búsqueda de nuestras raíces, de nuestra historia, de nosotros mismos en nuestra verdadera esencia, la relación contigo mismo, con el mundo y la armonía con lo que te rodea, “es encontrar a Dios dentro y fuera de ti”.

Sabemos que quien no conoce su historia vuelve a repetirla, empezamos desmenuzando y diferenciando ¿qué es un instinto?¿qué es un defecto? ¿en qué punto un instinto se vuelve defecto? ¿para qué sirven los instintos? ¿por quién nos fueron dados los instintos? ¿Cómo, cuándo y dónde se descoyuntaron mis instintos? ¿Cómo me afectaron en lo personal? ¿A quienes afecté con mis instintos descoyuntados? En el aspecto sexual, material, social etc., es quizá  aquí donde notamos  que hemos sustentado nuestras vidas y nuestra propia existencia en cosas frágiles, superficiales e inconsistentes, cosas que se desmoronan en mamá, papá, el trabajo, la esposa, el dinero, y las circunstancias, cuando todo esto nos falló bebimos y ahora ya sin beber lo volvimos a hacer y nuevamente nos hizo sufrir, ya dentro del programa tenemos que aprender a vivir sin apegos físicos, ni emocionales de todo lo anterior, la espiritualidad es y debe ser el soporte eterno del hombre:

Veamos al hombre encumbrado económicamente vive del dinero del prestigio y del poder, a leguas se ve su superficialidad, no sólo disfruta de halagos vive de ellos, de sus triunfos, disfraza su falta de humildad y espiritualidad, a través del dinero, trata de auto engañarse que Dios está con el, pero muy en el fondo su dios es dinero, prestigio y poder; vamos, como aquel que se esconde atrás de un hombre rico y poderoso éste muere y éste queda a la deriva y lleno de miedo nunca fue el, siempre estuvo bajo la sombra, así el primero, de pronto pierde el trabajo, por consecuencia pierde dinero, pierde popularidad y se conmisera o se resiente, se llena de miedo, su mundo su dios se viene abajo y queda titiritando, la cobija le ha sido quitada, la máscara fue arrancada y descubrimos al verdadero ser inseguro, miedoso, frustrado etc.

Veamos al otro individuo encumbrado económicamente, éste sobre todo conoce su finalidad como ser humano y ante su creador, disfruta su vida sabe que todo lo que tiene es un medio no un objetivo, aunque le sucediera lo mismo que al primero, muy en su interior vive del desapego material y emocional de las cosas, sabe que su finalidad es servir primero a su creador y luego a los que le rodean y aunque no fuera rico económicamente conoce su esencia y finalidad en este mundo, por tanto no presenta el  sufrimiento que el primero.

A cuantos vemos llegar gritar en los grupos ‘yo si tengo tu no” llámese dinero, y hasta espiritualidad” y tú no tienes nada, éste es un grito vacío de sus carencias, de la frivolidad, pero es solo eso un grito vacío, se usa el disfraz dinero para tapar carencias,¿ conquistas sexuales imagínense que tapan?, a muchos les resulta imposible la felicidad de personas humildes, no pueden entender ni tolerar, que ellos con dinero, con poder o prestigio y todas sus conquistas sexuales sean infelices y “esos pobres hombres hablen de felicidad´´, es decir si yo con todo lo que tengo no soy feliz por qué tu sí, entonces: “no te creo o no te acepto”, como el borracho que viene de la guerra (beber) no cree en la paz, menos en Dios, si está en guerra consigo mismo y los demás.

Tenemos que entender que nuestra enfermedad no se cura con ropa, dinero o cualquier otro tipo de aspecto material, tampoco con sentirnos o ser muy importante dentro de una sociedad (prestigio), menos con ostentar un cargo y tener mando dentro de ciertos individuos (poder), quien ya lo experimentó sabrá que el vacío existencial que se viene arrastrando desde la infancia, los tres gigantes anteriores no lo llenan, es más el vacío tiende a crecer, aunado a conductas sexuales torcidas, entre otros defectos de carácter, vuelven al individuo neurótico, ansioso, deprimido, frustrado, resentido,  soberbio,  orgulloso etc., es necesario concientizar que nuestro crecimiento debe ser integral (llámese recuperación) mente, cuerpo y espíritu, pero necesariamente se enfoca más a lo interno a la búsqueda  de un dios amoroso y a la práctica de principios espirituales, como una disciplina de toda la vida, la humildad, la buena voluntad, la fe, la aceptación en un principio son buenas, pero todo esto junto con la oración y la meditación son mejor.

ATENTAMENTE:

Alcohólicos Anónimos-Región Norte.

Occidental y Calle 1 1590

Col. Longoria

Tel. 923 50 25


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