Al delincuente hay que tratarlo como lo que es

Con motivo del reciente puente vacacional en honor a don BENITO JUÁREZ GARCÍA, el tráfico vehicular disminuyó notablemente, lo que contrastó con el excesivo movimiento por los cruces internacionales, con todo y las molestas, dilatadas e inútiles revisiones a que son sometidos vehículos y sus tripulantes por elementos de la Guardia Nacional, una disposición que hasta a los mismos elementos castrenses les resulta innecesaria, porque no se les proporciona el equipo necesario para desempeñar ese trabajo, pero como dicen ellos: están sólo para cumplir órdenes.

El caso es que ese movimiento demostró una vez más que lo que es en la región noreste de México, como lo son Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, esto de la crisis económica es algo que no saben qué se siente andar dentro de ella.

Lógicamente, no todos los tamaulipecos, lo mismo neoleoneses, así como coahuilenses, disfrutan de recursos como para aprovechar cualquier puente para ir a comprar o simplemente viajar, preferentemente a McAllen y en menor medida a la isla Del Padre.

Está tan desplazado tanto Laredo como Brownsville por el comercio de McAllen, que el gobernador neoleonés SAMUEL GARCÍA SEPÚLVEDA, aprovechando el reinicio de la inseguridad por la carretera Monterrey – Reynosa, sugirió a sus paisanos y a coahuilenses que, si querían viajar a los Estados Unidos se fueran por la carretera que conduce al puente de Colombia, Nuevo León, por ser el único cachito fronterizo con los Estados Unidos que tiene esa entidad; una sugerencia frívola, rayando en estulta, como son las que le caracteriza al joven Samuel.

No tuvo el pretexto de decir que los asaltos sucedieron en la parte que le corresponde a Nuevo León, por lo mismo lo obligado era declarar que iba a tomar cartas en el asunto para que pudiesen circular por esa autopista con seguridad.

Hagamos el regrandísimo favor, ahora tenemos que andar pidiendo en forma de imploración que cumplan con su obligación, si van a querer ser gobernadores para andar desarrollando obras o andar cortando listones o asistir a ceremonias, de plano la ciudadanía debe tumbarlos. Un gobernador no está sólo para esas danzas, sino también para afrontar las broncas derivadas de la inseguridad.

En México, de veras ya sentimos envidia y de la buena, de que en El Salvador tengan a un presidente que de forma recia y decidida le atoró a la inseguridad. Ayer me enviaron un video en donde varios aviones de la Fuerza Aérea salvadoreña transportaron a miembros de la pandilla conocida como "El Tren de Aragua".

El recibimiento que les dieron a esos centenares de rufianes fue a la medida de lo que merecen: jaloneados y a empujones los llevaron a una bodega, en donde a la de a huevo con papas a unos les trasquilaron sus mugrientas barbas, a la par que a todos los raparon y los retrataron, como también los videograbaron, y de ahí, difusión por todos los medios.

Por tierra salvadoreña no se vale salir con que se están violando derechos humanos de rufianes, se les está tratando como debe ser y se les internó en un reclusorio propio para este tipo de sujetos.

Cuando vemos esas escenas, lógicamente la reflexión es: qué espera el gobierno mexicano, lo mismo a nivel federal que estatal para emprender acciones rudas, pero más que justificadas porque, oiga usted, esto de tener que circular por las carreteras con un rosario en las manos no es de cristianos, porque simplemente dar la seguridad es obligación de los que gobiernan, que si le sacan la vuelta o le tienen temor a tal cosa, no habrá quien los critique, en todo caso el reclamo es por qué mejor no renuncian, para que entren otros a los que no les tiemble la mano.

Pero bien sé que eso nunca sucederá, le seguirán haciendo al tío Lolo, a no ser que en un día de éstos el presidente DONALD TRUMP amanezca de mal humor y con temperatura arriba de los 40 grados y decida, sin ninguna contemplación y menos aviso, tomar decisiones para combatir delincuencia en territorio mexicano.

Claro que no se niegan las acciones que ha venido llevando a cabo últimamente el gobierno de la presidenta CLAUDIA SHEINBAUM por conducto de OMAR GARCÍA HARFUCH, el secretario de Seguridad Pública federal.

Pero como es natural, paciencia a la ciudadanía ya no le queda mucha, nos han traído asoleados desde el 2016, así que no pueden decir que andamos exagerando en exigir pronta solución.

Se comprende incluso que la delincuencia se mueva en cuestiones federales como el narcotráfico y venta, sólo un necio puede exigir se acabe esa actividad cuando es más que sabido son muchos los que ya son adictos a las drogas.

Entonces, habiendo consumidores, lógico habrá vendedores, pero a lo que no se puede uno acostumbrar es a vivir en medio de la inseguridad, que significa la extorsión, el cobro de piso y el secuestro, que de esto último, al menos aquí en Reynosa, ya no se ha sabido de la comisión de ese tipo de delito.

En cambio, el hackeo de cuentas, lo mismo bancarias que de las redes sociales están a la orden del día y sin que a la fecha hayan presentado un solo caso en donde dieron con los responsables.

Esa incertidumbre se suma al miedo de andar por carreteras o de noche por la ciudad, que en esto último bien que han contribuido los rigurosos agentes de Tránsito.

Por si fuera poco, tenemos inseguridad patrimonial por la falta de ética y responsabilidad de dos que tres notarios públicos que al parecer salpicaron a otros diez, por lo que la ciudadanía espera con que no concluye la Fiscalia General de Tamaulipas con el clásico "carpetazo".

Deben dar a conocer en cual agencia del Ministerio Público quienes hayan sido afectados en su patrimonio mediante escrituras ilegales o incluso mediante la extorsión, para que ahí acudan a presentar sus denuncias.

Verá el fiscal IRVING BARRIOS que le van a llover denuncias por docenas, eso es algo que no puede terminar en expedientes paralizados, porque no hubo denunciantes o por la típica metida de pata de llevar a cabo investigaciones sin respetar la formalidad, que ya se sabe, esas violaciones son a propósito, para luego dejar en libertad, ya bien en la agencia del Ministerio Público o en el Juzgado penal a quienes se han prestado a que las personas sean despojadas de su patrimonio por medio de trafiques notariales.

Y si se complica mucho el asunto no faltarán los tristemente famosos jueces de amparo, que están más puestos que un calcetín para proteger a los malandracos, lo mismo violentos que de cuello blanco, con el argumento de que hubo violaciones constitucionales.

Móndrigos, y me refiero a los jueces, porque todavía aparte de ser trampas, -no todos desde luego-, aun así tuvieron la desfachatez de andar pataleando porque los van a poner de patitas en la calle a partir de junio próximo.

Y por hoy, BASTA.

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