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¿A quién sirve el ejército?
A las mexicanas y mexicanos: "Quienes integramos las instituciones tenemos el compromiso de velar por la unión nacional y debemos discernir de aquellos que con comentarios tendenciosos generados por sus intereses y ambiciones personales antes que los intereses nacionales pretenden apartar a las Fuerzas Armadas de la confianza y respeto que deposita la ciudadanía en las mujeres y los hombres que tienen la delicada tarea de servir al país", dijo el secretario de la Defensa Nacional el pasado 13 de septiembre durante su discurso con motivo de la conmemoración de los Niños Héroes.
Y, es que no podemos tapar el sol con un dedo, pues no han sido pocas las críticas de la derecha y de las plumas a su servicio sobre la actuación de las Fuerzas Armadas y la decisión de adscribir a la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional. En un doble discurso dicen respetar al Ejército y reconocen su capacidad táctica y disciplina, mientras que, por otro lado, se niegan a reconocer la pertinencia de sus funciones para pacificar al país.
Insisten de diversas maneras en crear un ambiente de confrontación, pretendiendo sembrar miedo y desconfianza entre la ciudadanía, quien una vez más ha dado muestras de gran madurez y de tener un claro entendimiento de lo que significa el Ejército Mexicano para el país, así como de los buenos resultados que ha tenido en las tareas encomendadas durante la presente administración. Por eso es que no debe sorprendernos el alto grado de confianza que el pueblo le tiene, basta señalar la reciente encuesta publicada aquí en EL UNIVERSAL en la que 80% de la población apoya la iniciativa presidencial sobre la Guardia Nacional, y es que mayoritariamente consideran que es un importante avance en materia de seguridad.
El contundente discurso del 13 de septiembre del secretario Luis Cresencio Sandoval es una respuesta franca y contundente a quienes pretenden denostarlo señalándolo como un soldado sometido y acrítico a su comandante en jefe, el Presidente de la República. Por supuesto que quienes los critican saben que es la Constitución la que señala expresamente que el Presidente de México es el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, por lo tanto, la posición y acciones manifestadas por el secretario demuestran una clara lealtad a la Constitución, a su Comandante Supremo, a la Patria y por lo tanto al pueblo de México.
No es necesario decir, pues de sobra lo sabemos, lo que hizo el ejército durante la fase más crítica de la pandemia por el Covid-19 y sigue haciendo, ni referir su actuar durante los desastres naturales y mucho menos su destacada participación en el combate al crimen organizado, tareas todas para el bienestar y la tranquilidad de la sociedad nacional.
Y tampoco es necesario tratar de convencer a nadie de que el Ejército Mexicano no es un ente bélico como el de otras naciones, ya que, si bien su atribución principal es la de garantizar la soberanía, integridad territorial, independencia y seguridad interior del país, por la naturaleza pacifista y no intervencionista de México, fundamentalmente su tarea ha sido la de prestar auxilio a la población en situaciones de emergencia social y promover acciones cívicas y de beneficio comunitario.
El Ejército Mexicano está con el pueblo y trabaja por su seguridad, mientras algunos que se ostentan como sus representantes le han dado la espalda, tratando de impedir a toda costa que un cuerpo profesional, disciplinado, efectivo, eficiente, probo y capacitado que goza de estima y legitimidad, posibilite el establecimiento de la paz. Más bien habría que preguntarnos, ¿a qué jefe supremo sirven con sumisión y mansedumbre los verdaderos enemigos del pueblo? (Activista social)
Twitter: @larapaola1