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A los jóvenes no les interesa la política

Este domingo, todo un festival electoral que confío en que el ciudadano responderá con creces acudiendo a las urnas, como en las elecciones presidenciales del 2018, en donde aproximadamente un 62 por ciento acudió a votar y de paso a darle una santa revolcada al PAN y al PRI con sus respectivos candidatos, que no quedaron buenos ni para mandados cortos. De ese tamaño fue la paliza que ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR les acomodó a RICARDO ANAYA y a JOSÉ ANTONIO MEADE, de coleada.

Pero hoy, el escenario es diferente, la inconformidad la carga "El Peje". Para su buena ventura, la pazguata oposición quemó cinco años y medio en restregar las incompetencias del gobierno de la 4T, trabajo inútil, porque López Obrador siguió conservando un buen nivel de aprobación ciudadana, del 50 y a veces hasta el 60 por ciento.

A los jóvenes no les interesa la política

Lógico que con esos datos tiene para darle vuelo a la candidata de su partido, pero no por eso ya está cantada la victoria; la oposición se anotó un buen punto con la organización de la "marea rosa", evento multitudinario, lamentablemente solamente en Ciudad de México, porque en otras grandes ciudades, como Monterrey, Guadalajara y Puebla, las congregaciones no estuvieron al nivel del número de sus respectivos habitantes, y con el añadido de que los jóvenes brillaron por su ausencia, lo mismo en las macrociudades que en las pequeñas y medianas, como nuestra madreada Reynosa, en donde no llegaron ni a 500 los que se juntaron en la plaza principal, y de jóvenes no se vio siquiera una docena.

Algo está pasando para que la política no interese a las juventudes, son muy pocos los que toman parte. Supongo que ellos no tienen interés porque ven prácticas deleznables como la corrupción, pero mientras se interesan el domingo que viene hay elecciones para presidente de México, gobernadores -en algunos estados-, senadores, diputados federales, alcaldes y diputados locales.

En lo que corresponde a Tamaulipas, altiva y heroica, consta de un padrón de dos millones 800 mil votantes en números redondos. Instalarán casi cinco mil casillas por los 43 municipios.

En lo referente a nuestra madreada Reynosa, la lista nominal, en números redondos, anda en 580 mil votantes, se instalarán poco más de 1,100 casillas y eso va a ser un obstáculo insalvable, por lo menos para dos de los cuatro candidatos alcaldicios. Tener representación en poco más de mil casillas no es cosa de enchílame otra.

El partido en el poder, ya se sabe que no batalla, porque tiene una estructura política electoral a su disposición, pero el PAN, Movimiento Ciudadano y el PRD, vaya que tendrán problemas, primero, para conseguir los recursos económicos para convencer a los recursos humanos a que este domingo se lo chuten desde las 8:00 a por lo menos las 20:00 horas.

Ya son muy pocos los que lo hacen "de a grapa" o por amor al partido, pero aparte de lo anterior los partidos tienen que cerciorarse de la fidelidad de sus representantes en las casillas electorales. Hay muchas historias al respecto en donde por "angas o mangas" los designados salen con que ese día se le murió la abuelita o tuvo que salir de urgencia a Monterrey, y lo más frecuente, que a mitad de la jornada electoral les dio chorrillo y se tuvo que ir para la casa.

Aparte de ello está, también, que los partidos tienen que examinar quiénes son los representantes del INE en las casillas. El presidente nacional del PAN, MARKO CORTÉS, según sus datos, en Reynosa los representantes del INE han sido los mismos desde el 2018.

La Ley Electoral dispone que esos representantes deben ser producto de una insaculación, así que está por verse si van a cambiar representantes, que se me hace que ya no hay tiempo y, por lo mismo, la cama quedará tendida para las impugnaciones, cosa que doy por descontado que también lo hará el MORENA, porque según sus infiltrados, por las colonias de las orillas han reportado que panistas han estado tratando de comprar votos, una práctica añeja y que, por lo visto, para seguir en vigencia.

Y es que, oiga usted, la política está convertida en una mesa de póker, en donde el juego limpio es lo que menos se lleva a la práctica. Si algún candidato quiere sentarse en esa mesa debe saber, lo mismo tallar cartas, que esconderlas en la manga de la camisa, y aparte contar con fajos de billetes para responder a la hora de doblar las apuestas. Si no tiene habilidades propias de tahúres y billetes en cantidades suficientes, no tiene nada qué hacer en ese juego.

Sé que mis lectores dirán que está muy descarnado lo que les he descrito del juego de la política, pero platiquen con cualquier candidato, coordinador u operador y les confirmará todo esto que les estoy diciendo.

Mientras tanto, hay que prender veladoras para que la jornada electoral culmine con tranquilidad. 

Ya tuvimos fogonazos, lo mismo por El Mante que por Padilla, Jiménez y Nuevo Laredo. Ojalá y hasta ahí lleguen las cosas, aunque en el plano de las discusiones se da por descontado que las elecciones de Victoria, Nuevo Laredo, Reynosa, Río Bravo y Matamoros terminarán judicializándose, y una vez que las autoridades electorales den el veredicto definitivo, a ver con qué actitud asumen la derrota, porque aunque el fallo sea de una autoridad, no siempre deja satisfecho a los candidatos y a sus seguidores.

Lo anterior me recuerda el escenario electoral de 1977, en donde tras las decisiones del Congreso del Estado, que era el Colegio Electoral de entonces, pues aún no existían ni el IFE ni menos el INE, sobrevinieron reclamos por vía violenta incendiando el palacio municipal de El Mante, lapidando el de Matamoros, así como el de Río Bravo, y en Reynosa quedamos aislados, porque los inconformes bloquearon las salidas por las carreteras a Río Bravo, San Fernando y a Monterrey. Para aplacar las iras populares crearon Juntas de Administración Civil en Reynosa y Altamira, y tuvieron que reconocer el triunfo de la oposición en municipios como Matamoros, Río Bravo y Nuevo Laredo.

Como dicen en el rancho, en este mundo nada es nuevo, todo un repetir constante que, si las acciones se les van de las manos a los árbitros, muy probablemente tendremos las historias de 1977, pero como ya lo apunté líneas arriba, a prender veladoras para que los derrotados acepten con cristiana asignación el trancazo.

Y por hoy, BASTA.

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Juan Gilberto Banda Reyes

Juan Gilberto Banda Reyes

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