8M: a 30 años de Beijing

¿Habrá sido la pandemia global o los lentos cambios culturales que mantienen presentes los sesgos y estereotipos respecto a roles que las mujeres debemos desempeñar? La sensación ambiente hoy es que estamos estancadas, que el piso está como ´pegajoso´ y se nos dificulta avanzar
"Para las mujeres y niñas en toda su diversidad: derechos, igualdad y empoderamiento", es el lema de ONU para este 8M, lo que me lleva a reflexionar que la vara política, social, judicial y cultural sigue midiendo a las mujeres de manera distinta que a los hombres indesmentible. Y pese a que durante el Gobierno del presidente Gabriel Boric han existido significativos triunfos en la agenda feminista –ley destinada a prevenir, investigar y sancionar el acoso laboral, el acoso sexual, así como la violencia en el trabajo, Ley de responsabilidad parental y pago efectivo de pensiones de alimentos y Reforma de Pensiones con énfasis en las actuales y futuras jubiladas-, la impresión es que aún estamos al debe.
¿Qué nos sucede como sociedad cuando hablamos de equidad de género que genera una distancia y hasta rechazo? ´Ya están otra vez hablando de los temas de mujeres, un poco agotador no?´ ´¡Ven, en Europa y Estados Unidos están dejando de lado el tema!´, un par de frases como ejemplo. O cuando rechazamos con fuerza la falta de uso de criterio al momento de allanar la casa de una diputada mientras está pariendo o nos pronunciamos sobre la brecha de género que vuelve a aparecer este año en los resultados de la prueba SIMCE, en matemáticas, en favor de los hombres.
¿Habrá sido la pandemia global o los lentos cambios culturales que mantienen presentes los sesgos y estereotipos respecto a roles que las mujeres debemos desempeñar? La sensación ambiente hoy es que estamos estancadas, que el piso está como ´pegajoso´ y se nos dificulta avanzar.
El panorama puede verse sombrío, pero, como dicen los economistas, podemos ver algunos ´brotes verdes´. Hace meses asumió la primera contralora general de la República, en sus casi 100 años de historia; recientemente el Servicio Electoral eligió, por primera vez, a una presidenta de su consejo directivo; en los últimos 4 años aumentaron en 11% la presencia de mujeres en directorios de empresas; la Confederación de la Producción y Comercio (CPC) puso a la cabeza, también por primera vez, a una mujer y dos asumen como general inspector de Carabineros, situación inédita, pudiendo más adelante ser candidatas a encabezar la institución.
Y casi con toda seguridad una mujer quien lidere a la nación.
Por ello creo necesario que las organizaciones de la sociedad civil, mundo público y privado consideremos a un actor clave para generar más fuerza colectiva: los hombres en la construcción de espacios laborales y de vida en un diálogo activo y participativo lo que sin duda nos permitirá que los ´brotes verdes´ se mantengan y crezcan.
A 30 años de la Declaración y Plataforma de acción de Beijing es urgente y necesario que fortalezcamos las alianzas virtuosas y ejerzamos el poder de influir desde nuestros espacios, de manera inteligente y persuasiva contribuyendo a que la agenda feminista se renueve y se active para fomentar el cumplimiento de los derechos de las mujeres y las niñas con políticas, programas e inversión que afecten positivamente sus vidas, cerrar las brechas y alcanzar la igualdad de género para todas y todos.