Lanzan dardo al Ejército
El organismo revela el contenido de oficios que ya habían sido mencionados por el GIEI en sus informes. El grupo de expertos asume que hay más de 800 que aún faltan. La duda ahora es qué ha hecho la Fiscalía con esta información
Ciudad de México
La comisión de la verdad para el caso Ayotzinapa ha publicado una serie de documentos de espionaje militar este martes, relacionados con el monitoreo castrense a la red criminal de Iguala, en la época del ataque contra los estudiantes normalistas, y la desaparición de 43. Estos documentos ya eran conocidos para los equipos de investigación, principalmente el GIEI, dependiente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que los menciona en varios de sus informes de los últimos años. Ahora, la comisión publica su contenido íntegro.
Este paquete de documentos, 18 en total, no son los que el GIEI y las familias han pedido en las últimas reuniones que han mantenido con el presidente, Andrés Manuel López Obrador, y con los integrantes de la comisión, principalmente su responsable, Alejandro Encinas. Incorporados en los informes del GIEI desde febrero de 2022, las familias de los 43 conocían su contenido. La exigencia sigue siendo la misma, la entrega de otros 800, muchos de ellos del día del ataque, el 26 de septiembre de 2014, y las jornadas inmediatamente posteriores. En todo caso, los 18 liberados muestran una realidad fascinante: la enorme cantidad de personas a las que el Ejército interceptaba sus comunicaciones.
El gesto de Encinas y de la comisión con la publicación de los documentos merece una lectura política. Su liberación ocurre cuando aún arden las declaraciones de López Obrador sobre el buen actuar castrense. Ante las quejas de las familias sobre la opacidad del Ejército, el mandatario ha dicho hasta el cansancio que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha dado todo lo que tiene sobre el caso Ayotzinapa. También ha criticado posibles malas intenciones del GIEI por su filiación -la CIDH y la Organización de Estados Americanos. Pero con este paquete de documentos publicado este martes y el informe que los contiene, Encinas insiste en que el Ejército podría tener más información.
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La publicación de los documentos pone en el punto de mira además a la Fiscalía General de la República (FGR), en concreto a la unidad especial para el caso Ayotzinapa (UEILCA), liderada por el abogado tabasqueño Rosendo Gómez Piedra. La información recogida en estos documentos refiere, por ejemplo, el posible traslado de un grupo de estudiantes de Iguala a Chilpancingo (CRFI 1202). La duda ahora es qué ha hecho la UEILCA este año y medio con esa información.
LÓGICA INAPELABLE
Diferente en la intensidad y las formas de expresarla, la lógica de las familias, del GIEI y de la comisión, respecto a la información que aún tendría el Ejército, es inapelable. El centro de espionaje del Ejército en Iguala monitoreaba a una buena cantidad de actores criminales en la región en la época del ataque, como muestra el paquete de documentos de la comisión. Esto no es nuevo. En octubre de 2021, la comisión ya publicó dos documentos que el propio Encinas había encontrado en la "Sección Segunda de Inteligencia" de la Sedena. Ambos reflejan el intercambio de mensajes entre cuatro de estos actores, algunos, autoridades, y otros, presuntos integrantes de Guerreros Unidos, organización criminal predominante en la época en la zona.
DOCUMENTOS FALTANTES
Otra posibilidad que han planteado los investigadores estos años es que los documentos faltantes podrían contener análisis de llamadas telefónicas interceptadas -cosa que por cierto no se conocía, la intercepción de llamadas-, cuyo significado es difícil de discernir, a la vista de los documentos conocidos
- En el "CRFI 1203", del 27 de septiembre, aparece por ejemplo una conversación telefónica -el documento de Sedena dice "inaudible"- en que hablan de dos de los actores principales de Guerreros Unidos, su encargado en Iguala, Victor Hugo Benítez Palacios, alias El Tilo, y Gilberto Parra, alias El Loco de Santa Teresa. Sacada de contexto, la conversación resulta confusa, pero quizá haya documentos en el acervo militar que ayuden a explicarla
En eso insiste la comisión en su documento, precisamente al respecto de esta última conversación.
UN DATO
No son caprichos de las familias o de los equipos de investigación. En los documentos faltantes podría aparecer información que completara, explicara o ampliara los datos que figuran en los oficios conocidos. Así, por ejemplo, podrían existir nuevas conversaciones entre los cuatro actores que aparecen en los documentos de octubre de 2021, o versiones más largas. Esto podría dar nuevas pistas respecto al grupo de 17 estudiantes mencionados en una de ellas.