La detiene INM en Huehuetoca y la 'avientan' a Tabasco
A Karen y sus dos hijos menores de edad los sorprendió en Huehuetoca, Estado de México, el operativo que el Instituto Nacional de Migración (INM) intensificó para evitar la ola migrante
- Tabasco, México
La sorpresa le duró poco y se convirtió en preocupación, pues a la mujer hondureña la aseguraron, la subieron a un camión foráneo y la trasladaron hasta la Estación Migratoria en Tabasco, junto con otras decenas de indocumentados.
"A media noche (del sábado) nos soltaron y nos aventaron a la calle con los niños, sin dinero, sin dónde ir, sin nada, nos quitaron los teléfonos antes de montarnos a las combis, nos dijeron que nos quitáramos las agujetas de los zapatos, nos tuvieron como dos días", dijo a REFORMA la migrante.
"Les dijimos que no tenían derecho de montarnos a las camionetas, pero les dio risa, que ellos eran de Migración y nos podían hacer lo que quisieran, fueron más de 10 o 12 horas de camino hasta Villahermosa, las tarjetas humanitarias ellos mismos las cortan con tijeras, las hacen pedazos", lamentó la señora.
En imágenes que compartió, se registró cómo sus hijos dormían sobre el suelo ya en territorio tabasqueño.
Así como ella, otros migrantes, principalmente venezolanos, reclamaron estos operativos del INM en Huehuetoca, Edomex, donde aprovechan los cambios de rieles los viajeros para abordar el tren que los acerque a la frontera norte.
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"Se llevaron como a cien hermanos en la noche y madrugada (del sábado y domingo, respectivamente), nosotros le decimos al Presidente (Andrés Manuel López Obrador) que si los migrantes son su prioridad, por qué nos avienta a la migra", se quejó Carlo, un venezolano que ya lleva casi un mes en trayecto a los Estados Unidos.
Por ese operativo de Migración, en el que participaron unos 30 agentes y unos 90 elementos de la Guardia Nacional y de la Policía estatal, cientos de migrantes corrieron a los montes para agazaparse entre los matorrales y las milpas.
Se habló de 90 migrantes asegurados, pero los funcionarios del INM no confirmaron ni desmintieron este dato.
"Tengo tres meses caminando de Venezuela hacia acá, vengo a buscar un futuro porque en Venezuela no hay futuro y mi madre está allá, y mi familia, necesito ayuda, en verdad le digo al Presidente que si nos quiere ayudar, que nos deje caminar hacia Estado Unidos", añadió.
Manuel, otro venezolano, narró lo que vivió en el operativo que impidió que los migrantes subieran al tren.
"Estábamos aquí esperando el tren para seguir nuestro rumbo y llegó Migración y nos correteó a todos hacia allá, niños, mujeres, ancianos, jóvenes, salimos corriendo, muchos se cayeron, se fracturaron el pie, muchos corrieron con suerte y nos les pasó nada y por allá están escondidos, allá están, allá están, por allá están los demás escondidos, no sabemos qué hacer", dijo desesperado.
Para Alex, un ciudadano hondureño, los agentes migratorios sólo piden dinero a cambio de que los migrantes sigan su camino.
Calificó a México como "el más duro" de la ruta migrante.
"Este país ya es más duro, porque vienen los de Migración y ven a los migrantes que van llegando y vienen a pedirte tu plata, lo que le digo yo de trayecto, de Juchitán a Oaxaca si dos mil pesos", lamentó.
Karen, reclamó entre lágrimas que los agentes gritaron: "en 20 minutos no queremos ver a nadie aquí".
"Nosotros llegamos ayer, nos quedamos en una banca, en unas planchas allá, aguantando frío con los niños porque aquí es muy helado, nosotros venimos sin cobija, esta chamarra nos tuvimos que gastar la única plata que teníamos allá para comprar las cosas para abrigar a los niños porque la prioridad de nosotros son los niños y ellos deberían saber de que también tienen hijos, también tienen madre, nosotros venimos en el camino sufriendo, ellos no ven el esfuerzo que uno hace de venir desde allá", acusó.
"Vengo con mi niño de Arriaga hasta la Ventosa caminando por calles sin agua, nosotros veníamos pidiendo agua a los conductores que pasaban porque los niños ya venían vomitando, venían mareados, con diarrea, venían con fiebre no traíamos medicamentos, había personas de buen corazón que si se paraban y nos daban agua o frutita para los niños", añadió la hondureña.