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La economía en los tiempos electorales

Los vientos de la geopolítica comercial soplan a favor de México

Una mujer vende verduras en un mercado en Ciudad de México.La economía en los tiempos electorales

Ciudad de México.- México llega a las elecciones más grandes de su historia, en un contexto económico efervescente. Los vientos de la geopolítica comercial soplan a su favor, mientras que al interior del país, las familias tienen más dinero en el bolsillo. El año pasado, la economía creció 3,2%, por encima de sus pares latinoamericanos, mientras que su moneda se fortalece hasta cotizar a niveles no vistos desde 2015. Este año, la economía no está entre las mayores preocupaciones entre el electorado.


SE NUBLA EL CIELO

Pero no todo está ganado. A la próxima presidenta (muy probablemente, y por primera vez, una mujer) ya se le empieza a nublar este cielo despejado. Los datos más recientes muestran que el Producto Interno Bruto (PIB) lleva dos trimestres consecutivos estancado. La inversión fija, medida clave del crecimiento por venir, se ha ralentizado en el mismo periodo. Al mismo tiempo, analistas advierten de dos deficiencias importantes: una situación fiscal delicada y la carencia de un plan para atraer la inversión que busca salir de China.

El actual momento de optimismo tardó en llegar. En 2019, antes de tomar la presidencia, Andrés Manuel López Obrador se apresuró a cumplir una de sus promesas de campaña: cancelar la construcción ya en curso de un nuevo aeropuerto para la Ciudad de México. La reacción de los mercados dejó ver lo poco que sabían del candidato, ya que inversionistas reaccionaron vendiendo sus activos en pesos, desplomando el tipo de cambio. La inversión fija, aquella destinada a la construcción o la compra de maquinaria, también tuvo una caída que se mantuvo hasta 2022. La contracción económica por la pandemia fue de más de 8% del PIB, cerraron de manera definitiva un millón de empresas y la recuperación de México fue la más lenta en América Latina.


PICOS INFLACIONARIOS

Habiendo pasado los picos inflacionarios post pandemia, México todavía no alcanza el objetivo del banco de central del 3% (la más reciente cifra de inflación es 4,78% en mayo), por lo que las autoridades monetarias hicieron ya un recorte a la tasa de interés. La economía mexicana “se ve bien”, dice Alberto Ramos, economista jefe de Goldman Sachs para América Latina, en un tono plano y sin entusiasmo.

“Cuando se mira el panorama macroeconómico, no se ve ningún desequilibrio importante que requiera una acción política correctiva inmediata. No hay un gran déficit de cuenta corriente o una inflación fuera de control”, dice Ramos, al teléfono desde Nueva York, “lo único es que parece que México quizás no esté aprovechando plenamente las oportunidades que se han presentado”.

Pasado el trago amargo de la cancelación del aeropuerto, los inversionistas están mirando ahora a México, porque Estados Unidos ha recrudecido una guerra comercial con China. El presidente Joe Biden ha ampliado prohibiciones para empresas estadounidenses que invierten en China, e impuesto aranceles del 50% contra ese país y ha diseñado incentivos para atraer la producción de autos eléctricos, además de chips semiconductores.

NUEVO TRATADO

Con un nuevo tratado de libre comercio entre los países de Norteamérica de apenas cuatro años, México es una alternativa natural para el llamado nearshoring. La Secretaría de Economía lo ha llamado el “momento mexicano”, presumiendo cifras récord de Inversión Extranjera Directa (IED) que tocaron 20.300 millones de dólares en el primer trimestre del año. Estos flujos, en combinación con el fuerte ingreso de remesas familiares, explican cómo el tipo de cambio se ha apreciado 17% desde que López Obrador llegó al poder, cotizando actualmente cerca por debajo de los 17 pesos por dólar, un nivel no visto en nueve años.