De epicentro nazi a refugio indígena
En las fotografías de aquel México en blanco y negro de los años 30 se ven algunas nubes sobre ese viejo edificio del Distrito Federal en el que ondean dos banderas nazis
Ciudad de México
Una mañana soleada de mayo de 2022, casi un siglo después de que se tomaran las fotos con las banderas nazis, Francisca coloca ropa en la fachada del Casino Alemán, que es ahora un gran escaparate de artesanías. La mujer es chaparra, de piel morena apergaminada y huipil rojo. Vende ropa artesanal en la puerta del edificio, junto a otras mujeres que se refugian del calor bajo sombrillas de playa. Sonríe con la cara de quien ya está de vuelta de todo ante las preguntas de los reporteros y vuelve a su labor sin decir una palabra. La calle López arde con el bullicio del centro de la ciudad. Pasean turistas, vendedores callejeros, coches que hacen sonar la bocina.
El contraste ha sido el protagonista indiscutible de este edificio. Su historia es la de un péndulo que ha transitado entre uno de los momentos más oscuros de la humanidad y una realidad de pobreza y resistencia. En la década de los 30, el nombre de Hitler era apenas un rumor lejano que llegaba desde el viejo continente. Algo todavía desconocido para la población mexicana. Pero su impacto en el país fue mayor de lo que se piensa. “El nazismo tuvo muchísima influencia en México” señala Alicia Gojman, doctora en Historia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que ha estudiado el tema en profundidad. “Manejaban a toda la colonia alemana, como 6.000 personas. No todos eran pronazis, pero los volvieron. Sino, amenazaban a sus familias”, sostiene.
“No solamente tenían labores propagandísticas. También amenazaban a negocios judíos y les cobraban por no atacarlos. Cada vez había más agentes nazis”, amplía la experta. El Casino Alemán, recuerda, era una especie de club privado donde se juntaban diferentes organizaciones, “todas a favor del nacionalsocialismo”. “Era un punto de reunión disfrazado. Publicaban un periódico con un tiraje enorme, y la propaganda que llegaba, entraba desde el Casino”.
En 1938, el presidente Lázaro Cárdenas expropió las explotaciones petroleras a las compañías norteamericanas y británicas que operaban en México. La nacionalización condujo a un clima político extraño de cara al exterior, justo cuando en Europa daba comienzo la Segunda Guerra Mundial. “En México había un sentimiento muy proalemán, cosa que hoy en día no se reconoce. Estaba el caldo de cultivo para hacer alianzas”, apunta el historiador de la UNAM Mauricio Pilatowsky. Muchos personajes relevantes de la vida cultural y política mexicana veían con buenos ojos los planteamientos nacionalistas de Hitler. Por ejemplo: José Vasconcelos, prócer de la educación en México, fundó la revista El Timón, una herramienta de difusión de ideología nazi financiada directamente por Joseph Goebbels, el ministro de propaganda del Führer, como explica Pilatowsky en un artículo.
Una mujer vestida con el típico huipil triqui trabaja en el interior del antiguo Casino Alemán.
Se movían con libertad
El Partido Nacionalsocialista Alemán llegó a contar con 150 miembros en México, según un reportaje del medio alemán Deutsche Welle (DW). La Gestapo se movía con libertad por el país y existían unos 50 grupúsculos nazis que funcionaban de forma paralela, muchos bajo el paraguas del embajador alemán. Incluso la esposa del diplomático reunía a las mujeres de otros políticos para ver películas propagandísticas, cuenta Gojman. “Una gran mayoría de los cónsules eran agentes nazis y pertenecían al partido. El cónsul de Uruguay, Nicaragua, Noruega, Bolivia…”, dice la historiadora. Todo llegó a su fin en mayo de 1942: un submarino alemán hundió un petrolero mexicano al confundir la bandera con la italiana. El país tomó partido por los Aliados, expulsó a los nazis y clausuró el Casino Alemán.
Una de las habitaciones afectadas por el incendio y con el techo derruido en el Casino Alemán.
Buitres inmobiliarios
- El edificio está dañado, pero ha aguantado los terremotos del 85 y el 2017. Ha aguantado demasiado.
- En los últimos años, a las amenazas de los años se le han sumado los buitres inmobiliarios, que lo sobrevuelan a la espera de poder hincarle el diente
- A pesar de su estado, el edificio se encuentra en una localización privilegiada para construir hoteles de lujo u oficinas, a apenas unos pasos del Palacio de Bellas Artes
- De Jesús asegura que incluso han sido atacados por grupos armados que intentaban expulsarlos. Él recuerda por lo menos tres intentos
- La última vez, 25 hombres saltaron a la terraza desde las azoteas de los edificios contiguos, pero lograron repelerles
- Los responsables de Mult, apunta, negocian constantemente con el Gobierno de la ciudad para conseguir mejores casas para los habitantes del Casino.