Policía alemana halla restos derretidos de monedas de oro robadas
Las monedas y una bola tosca de oro fueron descubiertas durante la excavación de un antiguo asentamiento en Manching, y las autoridades dicen que se las considera el mayor hallazgo de oro celta en el siglo XX
BERLÍN — Los policías que investigan el robo de cientos de monedas de oro antiguas de un museo alemán han encontrado bolas de oro que parecen ser resultado del derretimiento de una parte del tesoro, pero aún tienen esperanzas de encontrar el resto intacto.
Hay cuatro sospechosos arrestados por el robo, el 22 de noviembre pasado, de 483 monedas celtas del Museo Romano de la ciudad bávara de Manching. Las monedas, de alrededor del 100 a.C., fueron descubiertas en una excavación arqueológica en 1999.
Las autoridades dijeron que el ADN en un objeto hallado fuera del museo, que se negaron a identificar, los condujo a los sospechosos. Tres de ellos están implicados en una serie de robos en Alemania y Austria que se remontan a 2014. El robo de Manching parece ser el primero de un tesoro cultural por la presunta banda.
Las monedas y una bola tosca de oro fueron descubiertas durante la excavación de un antiguo asentamiento en Manching, y las autoridades dicen que se las considera el mayor hallazgo de oro celta en el siglo XX.
El subjefe de la policía criminal del estado de Baviera, Guido Limmer, dijo a la prensa en Múnich que las autoridades han examinado 18 bolas de oro halladas esta semana, aparentemente el resultado de derretir cuatro monedas de oro cada una. Limmer dijo que la aleación es similar a la de las monedas, aunque continúan los análisis.
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"Sabemos que unas 70 monedas de oro han perdido de manera irrecuperable su significado cultural e histórico", dijo el ministro de Cultura bávaro Markus Blume. "Pero eso significa desde luego que tenemos la esperanza de hallar el resto de las monedas, y así la mayor parte del tesoro".
La búsqueda continuaba en el estado de Mecklenburgo-Pomerania Occidental en el noreste de Alemania, donde arrestaron a tres de los sospechosos, y en otras partes.
Los sospechosos son un ingeniero en telecomunicaciones, un contador, un gerente de tienda y un empleado de una empresa de demoliciones. Un juez ordenó que permanezcan presos hasta su posible inculpación bajo cargos que les valdrían hasta 10 años de prisión.