Rinden homenaje a 4 víctimas del tiroteo: Pena, llanto, dolor y fe
Una maestra narra que se había colocado entre los niños y la puerta del aula con la esperanza de que todo era un simulacro en la escuela, pero no lo era
ATLANTA, Georgia.- La pena, el dolor, la esperanza y la fe impregnaron los servicios religiosos del domingo al tiempo que los esfuerzos de una comunidad del área de Atlanta para hacer frente al último tiroteo mortal en una escuela del país incluyeron oraciones, himnos y el relato en primera persona de la tragedia de una profesora que la vivió.
Brooke Lewis-Slamkova, profesora de alimentación y nutrición en la escuela secundaria Apalachee, dijo a la congregación de la Primera Iglesia Metodista Unida de Belén, en el condado Barrow, Georgia, que estaba a mitad de una clase el miércoles cuando sonaron las alarmas de alerta.
Recordó haberse colocado entre los niños y la puerta del aula con la esperanza de escuchar pronto las voces de los administradores de la escuela diciéndole que todo era un simulacro. Pero no escuchó voces familiares en el pasillo y pronto se dio cuenta de que no era un simulacro.
"En cuanto abrieron la puerta con todos sus atuendos policiales, nunca en toda mi vida me había sentido tan feliz de ver a un agente de policía", dijo durante la misa transmitida en vivo. "Abrieron la puerta y dijeron: ´Salgan´".
Lewis-Slamkova se dijo emocionada por lo que presenció una vez que ella y sus estudiantes estuvieron a salvo: Estudiantes consolándose unos a otros y compartiendo sus celulares con aquellos que necesitaban comunicarse con sus seres queridos, padres que llegaban al lugar y ofrecían ayuda y transporte a los estudiantes cuyos padres no había llegado, "padres que aman a sus hijos como deberíamos amar a nuestros hijos todos los días".
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"En momentos como estos, las palabras parecen sobrar", dijo el reverendo Frank Bernat en un servicio anterior en la iglesia. "He buscado las palabras toda la semana y simplemente no están ahí. Y sé que muchos de ustedes están en el mismo barco —abrumados por la emoción".
Colt Gray, de 14 años, ha sido acusado del asesinato de dos estudiantes y dos profesores en la secundaria Apalachee en las afueras de Atlanta, el miércoles. Su padre, Colin Gray, es acusado de asesinato en segundo grado por proporcionarle a su hijo un fusil semiautomático estilo AR 15. Ambos permanecen tras las rejas.
La madre del adolescente sospechoso había llamado a la escuela antes de los asesinatos, advirtiendo al personal de una "emergencia extrema" que involucraba a su hijo, de acuerdo con un familiar.