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Conmoción por desastre: Con incendios, todavía activos, hablan de reconstruir barrios

Desastres naturales en California: reconstrucción y esperanza

Vehículos carbonizados son iluminados por luces de una empresa eléctrica en viviendas destruidas por el incendio Palisades.Conmoción por desastre: Con incendios, todavía activos,  hablan de reconstruir barrios
Por: Associated Press
Enero 17, 2025 -

Conmocionados tras uno de los desastres naturales más destructivos en la historia del sur de California, miles de familias desconsoladas, propietarios de negocios arrasados y asediados líderes en todo el condado Los Ángeles comienzan a contemplar otra tarea monumental: reconstruir lo perdido y trazar un camino a seguir.

La magnitud de las labores será enorme: el área quemada por los grandes incendios es tres veces el tamaño de Manhattan.

Alex Rosewood y casi toda su familia en Altadena, al noreste de Los Ángeles, perdieron sus hogares: su padre —con quien ella y su esposo vivían—, y su tía, tío y primo en la casa de al lado.

Se perdieron los recuerdos de toda una vida: el juego de naipes de la abuela Rosewood y su colcha inacabada. Las fotos de su boda. Los recuerdos de su abuelo, quien estuvo en la Armada. Todas son cosas que deseaba haber podido salvar en su frenética huida, mientras el humo tornaba el cielo gris y la casa de su primo comenzaba a arder.

Pero Altadena sigue siendo su hogar.

"Todos pensamos reconstruir, seguro", afirmó.

Los bomberos aún están combatiendo los dos incendios más grandes, que han dejado 25 muertos y más de 12.000 estructuras destruidas. Al mismo tiempo, funcionarios gubernamentales han comenzado una tarea épica que se desarrollará durante años: limpiar Altadena, Pacific Palisades y otras comunidades arrasadas de ceniza tóxica y escombros. A eso le seguirá la reconstrucción de hogares, restaurantes, escuelas, boutiques, bancos y templos, todo mientras se busca financiamiento para sufragarlo.

Debido a que aún se está combatiendo el fuego y a que hay escombros peligrosos en áreas quemadas, las autoridades indicaron el jueves que los residentes ansiosos por ver qué queda —si es que aún hay algo— de sus hogares tendrán que aguardar al menos otra semana. Las pérdidas van desde mansiones multimillonarias con vistas al mar hasta casas modestas que alguna vez acogieron a soldados que regresaban de la Segunda Guerra Mundial.

Reconociendo los riesgos para la salud en las áreas quemadas, el condado prohibió el jueves efectuar cualquier limpieza o remoción de escombros de incendios hasta que funcionarios gubernamentales completen una inspección de materiales peligrosos. Mientras tanto, las laderas se han vuelto inestables detrás de algunas casas dañadas. Incluso, un pequeño deslizamiento de tierra en Pacific Palisades esta semana arrojó escombros a las calles.

Aunque hablar de reconstrucción puede ser un consuelo para quienes ansían volver a la normalidad, aún quedan muchas cosas por saber.

¿Cómo serán los nuevos vecindarios? ¿Se utilizarán materiales y diseños resistentes al fuego? ¿Se necesitan más caminos, y más anchos, para permitir evacuaciones más rápidas y un acceso más fácil para los camiones de bomberos durante futuros incendios?

En las codiciadas colinas junto al mar, siempre existe el impulso de reconstruir tras un fuego; ya ha sucedido muchas veces. Pero hay preguntas inevitables acerca de si es sensato seguir haciéndolo en zonas que se sabe que son de alto riesgo, especialmente en una era de cambio climático.

"Va a pasar un tiempo antes de que podamos entrar ahí y construir algo", observó Michael Hricak, profesor adjunto de arquitectura en la Universidad del Sur de California, refiriéndose a los peligrosos productos químicos y a los escombros que dejó el fuego.

En cuanto a nuevas construcciones, "no se trata de ser más fuerte que la madre naturaleza. Se trata de ser un tanto respetuoso de la madre naturaleza y conocer cuáles son los retos".

"¿Estamos simplemente propiciando otro problema para el futuro?", cuestionó Hricak.

Los incendios ocurrieron en un momento difícil, en que la ciudad está inmersa en una transición pospandémica que ha reordenado la vida laboral y dejado muchos edificios del centro con altas tasas de desocupación.

Además, se están planificando los Juegos Olímpicos de 2028, y la región enfrenta la que podría ser la peor crisis de personas sin hogar de la nación, que había sido la prioridad de la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, antes de que los incendios se desataran la semana pasada.

El gobierno aún no ha dado a conocer estimaciones de daños, pero empresas privadas prevén que asciendan a decenas de miles de millones de dólares. Podría convertirse en el desastre causado por el fuego más costoso en la historia de Estados Unidos.

La comunidad de Paradise en el norte de California —donde el incendio más letal en el estado dejó 85 muertos en 2018— ofrece una idea de lo meticulosas y difíciles que pueden ser la recuperación y la reconstrucción.

Ese fuego destruyó unas 11.000 viviendas, aproximadamente el 90% de las estructuras de la comunidad. Unas 3.200 casas y apartamentos han sido reconstruidos.

La localidad, que antes tenía 26.000 habitantes, ha tenido que hacer frente a elevados costos de construcción, costosas primas de seguro y a la incertidumbre sobre la cuantía que recibirán quienes perdieron hogares por parte de Pacific Gas & Electric, una empresa eléctrica y de gas a la que se declaró responsable de provocar la tragedia.

En Los Ángeles —una ciudad conocida por sus densas capas de trámites burocráticos— Bass emitió esta semana una orden ejecutiva para facilitar que los residentes puedan proceder a la reconstrucción rápidamente.

"Mientras nos preparamos para superar el resto de esta emergencia, también tenemos que comenzar a poner en marcha lo que necesitamos hacer para reconstruir", declaró la alcaldesa el miércoles.

El gobierno federal ya ha aprobado una partida de 100 millones de dólares para eliminar pinturas, productos de limpieza, asbestos, baterías y otros residuos domésticos de entre los escombros antes de que los equipos de trabajadores puedan comenzar a retirar los escombros. Robert Fenton Jr., administrador regional de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), dijo que el plan es un paso inicial para que la gente pueda regresar a sus casas.

En otros lugares, la agencia está proporcionando apoyo para ayudar a la gente con alojamiento a corto plazo.

Peter Dolan, quien vivía en Santa Mónica, contó que él y su mejor amigo perdieron sus apartamentos el mismo día. Visitaron juntos el centro de recuperación de desastres para averiguar cuáles serían sus próximos pasos.

"Esto es lo que tengo", dijo el hombre de 55 años, señalando su atuendo: una chaqueta de cuero, pantalones cortos y zapatillas deportivas, la ropa que llevaba puesta el día que tuvo que huir de las llamas.

Dolan no tenía seguro de inquilino, pero pudo solicitar ayuda de la FEMA y cree que recibirá 750 dólares y posiblemente el pago de su estadía en un hotel por unos meses.

Michele Baron y su hija estaban entre quienes acudieron a un centro de recuperación en el oeste de Los Ángeles para informarse cómo obtener nuevos certificados de nacimiento y tarjetas del Segur Social.

Baron lo perdió casi todo cuando su apartamento en Pacific Palisades, donde había vivido durante 21 años, ardió hasta los cimientos. Su hija regresó a la propiedad y rescató un anillo y cerámica que había hecho cuando era niña.

A pesar del trauma, el plan es quedarse.

Ahora que puedo ir a cualquier parte, en cierto modo no quiero, aseguró.