En Missouri, en la década de 1990: Corredor de la muerte tenía casi 100 reclusos; ahora sólo tiene ocho
El estatus de Missouri como uno de los estados con mayor actividad en la aplicación de la pena de muerte está a punto de cambiar por una simple razón: el estado se está quedando sin reclusos para ejecutar.
Diciembre 17, 2024 -
SAN LUIS, Missouri.- El estatus de Missouri como uno de los estados con mayor actividad en la aplicación de la pena de muerte está a punto de cambiar por una simple razón: el estado se está quedando sin reclusos para ejecutar.
La inyección letal a Christopher Collings el 3 de diciembre dejó sólo a ocho hombres en el corredor de la muerte, un término figurado dado que los reos a la espera de su ejecución en Missouri están recluidos con otros prisioneros. En contraste, hace tres décadas, casi 100 personas purgaban penas de muerte.
Tres de los ocho reclusos de Missouri casi seguramente pasarán el resto de sus vidas en prisión tras ser declarados mentalmente incompetentes para la ejecución. Las apelaciones judiciales continúan para los otros cinco, y no hay nuevas ejecuciones programadas.
Missouri no es el único. A nivel nacional, el número de personas esperando la pena máxima ha disminuido drásticamente desde el cambio de siglo.
"Estamos en una situación muy, muy diferente a la de hace 25 años, y eso es por muy buenas razones", dijo Robin Maher, director ejecutivo del Centro de Información sobre la Pena de Muerte, una organización sin fines de lucro que no toma postura sobre la pena de muerte pero critica los problemas en su aplicación.
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El reporte Pena de Muerte USA del Fondo de Defensa Legal reveló que 2.180 personas tienen penas de muerte pendientes este año, una disminución desde las 3.682 en 2000. El año pico de Missouri fue 1997, cuando 96 personas estaban en el corredor de la muerte.
Luego de alcanzar un máximo de 98 ejecuciones en Estados Unidos en 1999, la cifra anual no ha superado las 30 desde 2014. En lo que va del presente año, se han llevado a cabo 23 ejecuciones: seis en Alabama, cinco en Texas, cuatro en Missouri, tres en Oklahoma, dos en Carolina del Sur y una en Georgia, Utah y Florida. Hay dos más programadas: el miércoles en Indiana y el jueves en Oklahoma.
La aplicación de la pena de muerte ha disminuido en parte porque muchos estados la han descartado. Veintitrés estados y el Distrito de Columbia han abolido el castigo, y otros cinco tienen moratorias.
Incluso en los estados que mantienen la pena de muerte, los fiscales en casos de asesinato están mucho más inclinados a buscar sentencias de cadena perpetua sin libertad condicional.
En la década de 1990, la nación solía registrar más de 300 nuevas sentencias de muerte anualmente. En contraste, 21 personas fueron condenadas a muerte en todo el país en 2023.
Un factor importante es el costo. En el juicio, a menudo se traen expertos adicionales, los casos tienden a durar más y se requiere una audiencia separada en la fase de penalización, explicó Maher.
Los costos no terminan con la fiscalía. Las apelaciones judiciales a menudo se prolongan durante décadas, acumulando enormes facturas legales incurridas por entidades públicas: fiscales, fiscales generales estatales y defensores públicos. Dieciséis de las 23 ejecuciones de este año involucraron a reclusos encarcelados 20 años o más.